texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
Si bien es notable, y está comprobado el gran crecimiento que ha tenido el cine duranguense desde aquellos primeros trabajos que se empezaban a mover a principios de la década pasada, con la labor de Christian Sida a través del “Hecho en Durango” desde que estaba en el Festival de Cine del ICED, y los demás festivales que han estado como el Paloma Itinerante; así como de alguna manera se pone en evidencia el trabajo de jóvenes que han venido haciendo comunidad y amalgamando proyectos desde que empezaron en el extinto CCA, formando productoras que al día de hoy son quienes mueven la pequeña industria en el cine local como ASA Cine, Ola Stories, 4 Puntos, CanoSubia, Casa Ega, entre muchas más.
Una vez escrito lo anterior, que no busca más que fungir como vínculo de introducción del ejercicio al que a continuación me someto, y los someteré, pues con las obviedades ya dichas anteriormente, creo necesario y apropiado, sirviéndome de la última competencia del “Hecho en Durango” realizada en el marco del Festival del Nuevo Cine de Durango (ejercicio que me puedo permitir hacer, pues es un festival al que, además de tenerle cariño por el cine que he descubierto en sus pasadas ediciones, no estoy vinculado de ninguna forma en cuanto a su organización se refiere), enlistaré los trabajos seleccionados en orden de apreciación (es decir del trabajo que más me gustó, al que menos me gustó), pero además los acompañaré con críticas centradas y concisas de sus atributos y/o deficiencias.
Y me atrevo a hacerlo porque al ser trabajos ya notables en cuanto a producción en general se refiere, creo que su acercamiento con la crítica puede traerles una retroalimentación necesaria para seguir trabajando tanto en lo técnico como en lo discursivo. De igual manera, creo que les resultará refrescante leer observaciones desde otro punto de vista, pues como lo comenté anteriormente, conociéndose prácticamente todos los involucrados en los proyectos (yo conozco a varios) e incluso apoyándose y colaborando en más de un proyecto en competencia, es muy probable que, además de ver solo los puntos positivos y destacados de sus trabajos y recibir halagos, el vínculo emocional que hay en esas historias, y con esas historias, les puede nublar un poco de las áreas de crecimiento.
Y, al igual que lo hago con los Oscares y los Arieles, jugaré a imaginar que soy tanto programador y jurado, y me tomaré la libertad de mencionar qué proyectos yo no habría seleccionado, y cuáles a mi parecer debieron ser los ganadores de los premios que otorgó el festival y sus aliados. Antes de abordar como tal el ejercicio, me permito a continuación hacer apuntes generales de lo que pude observar en la competencia, y posterior a ello paso a hacer el ejercicio de lo mejor y lo peor a consideración de su servidor, del “Hecho en Durango”, que cabe aclarar, y por si es necesario decirlo, acá nada es personal, y recordar que aunque mi criterio, conocimiento y bagaje como crítico de cine cubriendo varios festivales en el país desde hace 9 años, todo lo acá expuesto desde la subjetividad de su servidor, es una percepción propia, y por consiguiente, no tiene por qué ser ley.
El hecho de que a mí no me haya llenado el ojo algún trabajo, no lo hace malo o menos meritorio que otros, simplemente es mi apreciación, y por supuesto puede estar en contra de lo que la mayoría de personas pudiera pensar, incluso el realizador. Pero si me permito hacer dichos apuntes es precisamente por el conocimiento y bagaje que me han permitido escribir letras para un gran número de películas y proyectos de realizadores nacionales, e incluso locales. De modo que, espero que de algo les sirvan las palabras que a continuación expone su servidor… o no.
Apuntes generales
Es imprescindible que, a la hora del montaje, tanto editor como director revisen una, tres, diez, las veces que sean necesarias, la corrida de créditos antes de exportar. Los errores ortográficos son notorios y groseros en una gran cantidad de trabajos. Errores en nombres de pila, háganme ustedes el favor.
Me parece que Alejandro Subía ya puede ser considerado como el “Chivo” duranguense. Pues no solo fotografía, o asesora, o auxilia, o asiste una gran cantidad de trabajos, sino que les resuelve técnicamente, y les hace más del 50 por ciento de la película a más de un realizador a través de su trabajo. Y por eso es más que merecido su reconocimiento como mejor fotógrafo, más no así a la mejor fotografía en el festival. La ambigüedad rara vez juega bien. O, dicho en otras palabras, no todos saben trabajar la ambigüedad.
Me parece de muy mal gusto hablar de fierros y costos en proyectos de este perfil. El trabajo se sostiene o no, se haya hecho con lo que se haya hecho, se haya gastado lo que se haya gastado, punto. Para un romántico como su servidor, los números sirven solo para estadísticas, no para el arte. Salvo que tu proyecto trate sobre números, estadísticas, dinero.
Una gran cantidad de niños en los cortometrajes llegaron a voltear a la cámara. Pero en ningún caso se arruina la experiencia de la historia. Los dos trabajos que plantean en su trama el tema de las vivencias en un contexto de crimen organizado, utilizan una frase tan dura como verídica: “aquí no pasa nada”.
Los cortometrajes
Adiós
El mejor estudio de personaje de todos. Iluminación, composición de cuadro, arte, sonido, guion (el trabajo de guion es por demás interesante, la atención a los detalles, a la identidad a través de los modismos), actuaciones secundarias (la escena de la conversación de hermanos es brutal: el texto, los silencios, el actor que hace al hermano era digno contendiente a la mejor actuación masculina de la competencia), todo está al servicio del desarrollo del personaje principal. Por ahí un detalle con el sonido en el monólogo final, pero para ese momento uno ya está tan compenetrado con la historia, que no arruina la experiencia para nada. El único trabajo que logró conmoverme.
Chan-Chan
El trabajo de Gian me sigue sorprendiendo gratamente. Cada uno de sus cortometrajes es mejor que el anterior, va in crescendo constantemente, todo el tiempo. Discursivamente, el uso de la lumbre y cómo es capturada su luz a través de la cámara, es otro nivel. Sin duda alguna Gian es uno de los mejores alumnos que dejó el CCA. Por cierto, lo mejor del corto, el realismo de los escuincles, por eso se llevaron su premio.
La niña de mis ojos
El trabajo con tono contemplativo más perfecto en cuanto al tempo se refiere. Hay una perfecta transición luminosa conforme a la narrativa que sugiere la trama. El mejor trabajo fotográfico para mi gusto. Le perdono el time lapse y un par de temblores de cámara. Lo único que faltó para que fuera perfecto fue saber cómo murió la niña.
Brujería
Del trabajo del tocayo Hinojosa ya escribí largo y tendido por acá. https://produccioneslaviejaescuelapresenta.blogspot.com/2024/09/brujeria.html?m=1
Temporada de caza
Por mucho, el mejor trabajo de Laura. Una felicitación para Alex “Jack” Rutiaga.
Cuenta regresiva
Historia que baila entre Orwell y Wells. Digno contendiente a la Mejor Fotografía. Pareciera que se tarda un poquito en arrancar, pero es parte del baile. La actuación de la única actriz a cuadro y el montaje, de igual manera muy destacables.
Alas rojas
Tiene una bonita historia, y un trabajo en animación 3D bastante bueno. El mejor trabajo de animación en general diría yo.
La vida tragicómica de Maxx
Si bien no pasa de ser una anécdota (eso sí, muy divertida), el trabajo de animación y todo el ensamble que se hace a nivel montaje, lo hacen muy llamativo. Además, el recurso de romper la cuarta pared lo hace muy fresco en comparación a los demás, y funciona justo por el tono que se propone.
Historia sobre rieles
Si bien yo no lo considero el mejor trabajo de animación de todos, está muy bien cuidado. Además de que es completamente plausible la simbiosis que se forma de manera muy orgánica entre la narración de la historia y la historia dentro de esta, con las dos técnicas de animación. Al final de cuentas se comprende perfectamente porque se le da una mención especial al cortometraje por el mensaje social que desarrolla su discurso. Historias para sobrevivir a la realidad y para no olvidar a quienes hicieron que nuestra realidad no fuera tan dura.
El hombre del sombrero
A raja tabla, como dirían los clásicos, el único trabajo de stop motion que me gustó, además de que se nota el amor y las buenas intenciones del proyecto. Una vez más se utiliza el recurso de las técnicas de animación para contar las historias dentro de las historias, además de que se tomaron el tiempo para trabajar con diálogos. Plausible.
Amapolas y narcisos
El personaje que interpreta Itzel en esta historia no se parece en nada a Itzel, y podría parecer que esto es suficiente para que ganara el galardón a Mejor Actriz, pero la realidad es que el trabajo de Itzel en esta historia va mucho más allá. Pudo haberse ido a picos, pero se manejó en una ecuanimidad y una sutileza, que permite ver el lado más frío de la depresión y la tristeza. El resto de actuaciones bien, la dirección bastante bien en general. Solo hay algo, que no sabría definir a ciencia cierta qué es, que no me terminó de cuadrar. Tendría que verlo nuevamente para definir qué fue.
Nictofobia
Un buen trabajo (sencillo, simple) de stop motion con algunos trazos en 2D, que en poco tiempo logra crear una historia con estructura. Solo la iluminación (manipuladora) no me gustó.
Gretta
Alta costura en muchos sentidos: planos aplicados, paleta de color, actuaciones, montaje, el desarrollo de historia y discurso se toma su tiempo y ese riesgo se agradece, aunque por momentos mucho de todo no le favorece. Aun con todo lo anterior, las deficiencias en el sonido, sí logran arruinar la experiencia.
Huevitos de toro
Juego de meta-cine concienzudo que intenta sorprender, pero que es muy obvio. La secuencia del caballo y su jinete por el pastizal (creó que sí se le dice así) está muy bien lograda.
Cuando vuelvas
Buena manufactura. El argumento de este trabajo tiene una idea gemela en “Y entonces llegaron ellas”, solo que sin el extraordinario final de Silvia Tort.
Revolvente
Tiene algo “woodyliano” este corto, y eso me hizo reír mucho, en el buen sentido de la palabra. Lástima de sonido. Incluso el trabajo fotográfico es inconsistente.
Dobla tu ropa
Buena manufactura, y no dudo ni un poco que se divirtieron haciendo este corto. Pero habiendo visto trabajos previos de Sinaí, quizá estemos ante su trabajo más pobre discursivamente hablando.
Resiliencia
Aséptico. La manufactura es limpia, incluso diría yo que roza en la perfección, pero a pesar del elemento del movimiento, lo sentí sin vida. Quizá no fui capaz de apreciar del todo el discurso que se estaba elaborando.
Cliché
Diría Borges: feble. Aunque aplaudo las palabras del creador en la presentación. Igual yo no lo habría seleccionado.
Lienzo rojo
Tiene algunos buenos trazos, y se comprende por qué se hizo así, porque de otra forma habría sido extremadamente difícil. Aun así, yo no lo habría seleccionado, teniendo en cuenta las otras animaciones que se tenían en competencia.
Comentario final
Lo dicho, y como se tenía contemplado, el Hecho en Durango desbordó, era algo de esperarse al hacer una selección tan numerosa. Pero hablando con verdades, ¿Cuántas personas, realizadoras o no, de los que estuvieron el domingo, estuvieron en más de dos películas de la programación? Con los dedos de las manos, yo podría contar a esas personas. Y hay que decirlo, es de descartar y admirar la chamba que Cano y Christian se aventaron para conseguir esas películas, que, si bien no todas en lo particular le gustaron a su servidor, son películas que enriquecen, que uno aprecia poder ver en pantalla grande y que de otra manera jamás habrían llegado a Durango.
Pero seguimos teniendo y viendo el mismo problema los que estamos de distintas formas vinculados no solo con la cuestión festivalera, sino con la proyección de cine mexicano y del cine más allá de Hollywood, y ese problema es que los realizadores, y la gente en general ya no ven cine, al menos lo que yo considero como el cine desde un espectro totalmente artístico, más allá de caras, formas, formatos, estéticas. Esos otros cines que al día de hoy son el verdadero movimiento y ejemplo del cine. En conclusión: los concursos son para muchos, los festivales son para muy pocos. Aunque también, como diría Gilles Jacob: cada quien su cine.
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