jueves, 27 de agosto de 2020

El Synth Pop en español de los 90´s: cuando el rock dejó de sonar como rock

texto ANDREI MALDONADO

Los cimientos del Synth Pop fueron colocados a final de los años 70’s, su influencia en el medio musical en español engendró semillas exitosas en la década siguiente, pero no fue sino hasta la segunda mitad de los noventas que este subgénero del New Wave invadió a los rockeros, que para ese entonces empezaban a sucumbir ante el techno-pop.

Bandas como Caifanes, La Ley y Soda Stereo habían manifestado en sus inicios la influencia de icónicos grupos del llamado “pop sintético” como Duran Duran, Talk Talk, The Police, The Cure y Depeche Mode, misma de la que se fueron alejando apenas comenzada la década de los 90’s, para abrazar el hard-rock (en mayor o menor medida) que ya ponía en práctica Héroes del Silencio.

Pero a la par de estos proyectos, grupos como Mecano, Moenia y Virus tuvieron un gran auge manteniéndose en el techno-pop, impulsando que más grupos en español surgieran, principalmente en México, donde aparecieron propuestas como Onda Vaselina, Kabah, Sentidos Opuestos, entre otros, que fueron acaparando público, ventas y escenarios.

A partir de 1994 comenzó el proceso de separación de los tres gigantes del rock en español: Héroes, Soda y Caifanes, dando paso a trabajos como solistas de sus integrantes. Fue así como varios de ellos apostaron por discos vanguardistas, que les permitieran tener un alejamiento con sus grupos y demostraran que eran capaces de abrazar la música “del futuro”.

Mismo derrotero eligieron las bandas que no se disolvieron, como La Ley y Lucybell, que sin embargo también querían entrar al mercado que marcaba el próximo inicio del Nuevo Milenio, influenciados ahora por bandas en inglés como Garbage y The Prodigy. Melodías inundadas de sintetizadores y efectos de computadora, auténticos laboratorios de la música.

El resultado no fue, en todo caso, demasiado exitoso, no por la calidad de los materiales que surgieron de este proceso, sino porque sus fans no resistieron el cambio tan drástico en la música que venían manejando, el cual además vino de la mano con un cambio de imagen mucho más futurista, con el que no todos los más allegados a su pasado se sintieron identificados.

Las carátulas de dichos materiales, la forma de promocionarlos e incluso sus videoclips muestran una inquietud por el futuro, un deseo de desapego y cierto pesimismo por el mundo digital, en el cual, irónicamente, habían caído. A continuación un breve listado con los discos más representativos del Synth-Pop hecho por bandas y solistas provenientes del rock en español.


Radical Sonora (1997) - Enrique Bunbury
Enrique Bunbury dejó a Héroes del Silencio para lanzar, en 1997, su primer álbum como solista: “Radical Sonora”, un material de 12 tracks (11 en Latinoamérica) en donde, además de lo electrónico, entremezcla samples y ritmos propios de la región de Marrakech, en donde el aragonés pasó tiempo perfeccionando los temas que ya venía componiendo desde dos discos atrás con el grupo.

El resultado es un viaje psicodélico (en el arte del disco el propio Enrique sugiere oír las canciones con un poco de jachis) gracias a poderosos temas como “Salomé”, y algunos otros que demostraban que el rock no había salido del todo del sistema de Bunbury, como “Negativo”. Lo más experimental se vivió con “Alfa”, y el tema más recordado fue “Alicia (expulsada al País de las Maravillas)”.

Lamentablemente para el intérprete español “Radical Sonora” fue un disco incomprendido, por lo cual tuvo que ir tomando nuevos rumbos con “Pequeño”, un álbum que si bien no dejaba de mostrar matices experimentales, era una versión mucho más próxima a lo que, años después, acostumbraría a su público, su nuevo público, ya no solo a los viejos fans de Héroes.

Vértigo (1997) – La Ley
Despejado el camino para alzarse como la mayor banda de rock en español activa de su tiempo, el grupo chileno liderado por Beto Cuevas apostó mejor por abrazar las tendencias y lanzó, en 1997, el disco “Vértigo”, el más arriesgado de sus trabajos, en donde las letras futuristas se unieron a la mezcla de teclados y sintetizadores para salirse completamente de su propio canon.

Los singles “Fotofobia”, “Vi” y “Tanta Ciudad”, acompañados por videoclips extravagantes y una campaña publicitaria venida del futuro (incluso salían estampas de ellos en las bolsas de Doritos) hizo que los fans de su anterior álbum, “Invisible”, se sintieran traicionados, puesto que ese había sido considerado su mejor material y el más próximo al hard-rock en español.

Una desastrosa gira que incluyó el uso del playback al no poder contar con el músico responsable de la producción (el tecladista Coty Aboitiz quedó fuera del grupo antes del lanzamiento del disco) y la inesperada salida del bajista Luciano Rojas, a horas de su presentación en el primer Vive Latino, puso fin al experimento y devolvió sus orígenes al grupo con el disco “Uno”, del año 2000.


Informe Saiko (1999) – Saiko
Irónicamente, Luciano Rojas y Rodrigo Aboitiz formaron, a su salida de La Ley, un grupo de Synth-pop llamado Saiko, junto con Iván Delgado y la cantante Denisse Malebrán. Contrario a “Vértigo”, el disco debut de la banda, “Informe Saiko”, fue muy bien recibido por la prensa chilena, más allá de la clara influencia que tenían, al grado de ser llamados “el Garbage chileno”.

Las letras lúgubres propias del género, y la genialidad musical que esta vez sí podía ser reproducida en vivo, llevó a Saiko al estrellato de manera casi inmediata, teniendo solo como una piedra en el zapato el hecho de que no pudieron exportar su música al mercado mexicano (el más importante en Latinoamérica), antes de sucumbir a cambiar de género.

Y es que si bien su segundo disco, “Campos Finitos”, también presentaba influencias del Synth-pop, las letras y la música fueron dejando de ser tan experimentales; podíamos decir que perdió el artificio, se hizo un pop mucho más puro, más techno, hasta devenir en rock en el tercer LP, “Las Horas”, que ya daba la bienvenida a la música de los años 2000.

Amanece (2000) – Lucybell
Como en la mayoría de los casos, la llegada de nuevos ritmos en Lucybell vino acompañada de bruscos cambios en su alineación. La salida del tecladista Gabriel Vigliensoni y del bajista Marcelo Muñoz, así como la llegada del multiinstrumentista Eduardo Caces, trajo como consecuencia la aparición de “Amanece”, en el año 200, justo en el comienzo del nuevo milenio.

Un auténtico laboratorio, donde los músicos demostraron ser también grandes ejecutores de los teclados y los sintetizadores. El buen recibimiento del disco se debió a varios factores, entre ellos que la esencia del grupo (las letras) no había sucumbido ante los nuevos tiempos. Pese a ello, Lucybell se sacudió pronto de esta etapa con “Lúmina”, su siguiente trabajo.


Raíz (2001) – Dolores Delirio
Tardíamente el proceso de reconversión de rock a lo eléctrico llegó al Perú en 2001, cuando una de las más icónicas bandas de rock oscuro de aquella nación, Dolores Delirio, lanzó “Raíz”, disco que pese a su potencia musical y lírica no terminó de ser bien recibido por los puristas, puesto que durante buen tiempo el estilo del grupo estuvo más cerca de sonar a Héroes del Silencio.

Pese a ello el trabajo de la banda encabezada por el vocal Ricardo Brenneisen destaca por temas como “Espiral”, “Silencio” y “Escenas de adiós”, entre otros, resultando verdaderamente lamentable que posterior a esta larga producción el grupo peruano no retomara el rumbo y no consiguiera colocar sus temas más allá de las fronteras de la nación inca.

Bocanada (1999) – Gustavo Cerati
Sueños en tránsito (1997) – Nicole

Pese a que no abrazó como tal el Synth-Pop, uno de los músicos que más cambió de género fue Gustavo Cerati. Con “Bocanada”, de 1999, el intérprete argentino sacó más a relucir las aproximaciones al mundo electrónico que ya dejaba ver desde su primer disco, “Amor Amarillo”, y los dos últimos trabajos con Soda Stereo, “Dynamo” y “Sueño Stereo”, todos entre 1992 y 1995.

Sin embargo, a diferencia de los otros músicos ya mencionados, Gustavo no abandonó del todo su esencia, pues continuó presentándose como el rockero que todos conocían, sin los estrafalarios cambios de look de La Ley y de Bunbury, y sin que lo electrónico lo despojara de su herencia musical argentina y el clásico estilo de composiciones líricas casi poéticas.

Sin embargo su conocimiento del género lo dejó de manifiesto en la producción del disco “Sueños en Tránsito”, de la cantante chilena Nicole, el cual surge incluso antes que “Bocanada” y que bien pudo haber servido de primer ensayo de lo que más tarde defendería el propio Cerati durante esa etapa, la posibilidad de manifestarse por completo como un solista, sin una banda.

Del disco de Nicole podemos destacar el tremendo trabajo instrumental de Gustavo, mismo que hizo excelente mancuerna con la delicada voz de la artista con raíces argentinas. Incluso el tema “Despiértame” llegó a escucharse en México, pero lamentablemente la carrera de la cantante, impecable en el hemisferio sur, no tuvo demasiada resonancia en territorio azteca.

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