sábado, 29 de octubre de 2022

71 Muestra Internacional de Cine

texto JUAN JOSÉ ANTUNA

Del 13 al 19 de junio se llevó a cabo en Durango capital la 71 Muestra Internacional de Cine impulsada por la Filmoteca de la Universidad Juárez del Estado de Durango. La muestra contó con 7 de las 14 películas de la muestra exhibida en la Cineteca Nacional, teniendo como sedes el Auditorio Universitario y el Centro Cultural Revueltas CORE. A continuación, comento brevemente las cinco películas que para mí fueron las más propositivas. 

La fiebre de Petrov

El caótico viaje al que nos somete Kirill en La fiebre de Petrov solo se justifica en la misma vorágine a la que nos introduce la lógica del filme, que bien se podría describir como un híbrido entre "La divina comedia" y "Noches blancas", pero que se basa en la novela "The Petrovs in and Around the Flu", de Alexéi Salnikov. Un delirio que se produce desde incluso antes de que el niño Petrov contrajera fiebre por primera vez, y que hilvana elementos de muchas historias que convergen en la imaginación del adulto Petrov también con fiebre y que es un caricaturista, y que tiene una herida que curar a raíz de la relación con sus padres y que salda de alguna manera con la figura de su hijo.

Hilarante por momentos, muy revuelta por otros tantos; es una historia en la que se siente todo ese genio creativo que maneja Kirill, en donde música y crítica política (un sello inequívoco en el cine del ruso) armonizan a la perfección para los que conocemos su cine de antes, aunque puede resultar algo difícil de seguir para los que lo descubren, pero aun así es un cine que jamás te deja indiferente, sin algo que pensar. La segunda parte de la película, de una manufactura más formal, es una tremenda belleza. Es una de las películas que yo más esperaba de la muestra, y no me dejó decepcionado.

Queridos camaradas

La película más reciente del formalísimo director ruso Andrei Konchalovski, centra su desarrollo en un hecho ocurrido en Novocherkask, un pueblo de la vieja URSS en el que se narra los tres caóticos días en que se da una huelga en una de las fábricas, luego de que los trabajadores sufren, además de un recorte en su salario, un aumento de precios y desabasto en productos de primera necesidad. 

Entre el conflicto está situada Lyuda, que es parte del partido comunista de la forma más arraigada posible, aunque extrañe con añoranza los días de Stalin, y no comulgue en su totalidad con los que quedaron al mando después de su muerte. Pero todo se ve trastocado cuando la vida de su hija corre peligro, y su temor es inminente por el hecho de que sea una de las víctimas del tiroteo orquestado por la KGB y del cual hacen responsable al ejército.

La actuación de Julia Vysotskaya es verdaderamente trepidante, vemos este conflicto interno entre seguir con la doctrina que toda su vida ha comulgado o dejarla de lado con tal de encontrar a su hija; el personaje del padre de Lyuda también es parteaguas de esa lucha y el cambio que se veía entre los días más gloriosos de la URSS y lo que el cambio que se ejecuta en ese lugar representa. La película con la fotografía más bella de todas las presentadas en la muestra.

La traviata, mis hermanos y yo

Película del también actor Yohan Manca, que nos muestra la historia de crecimiento de Nour, un joven de 14 años que, en las vacaciones de verano en la costa sur de Francia, debe encontrar un trabajo para ayudar a sus hermanos con los gastos de su madre que está en coma y a la que ellos quieren tener en casa. Entre las peleas de sus hermanos por las responsabilidades que en cierto aspecto no los deja emprender su vida fuera del hogar, es que se envuelve la relación de cariño y apoyo de todos por un deseo en común y Nour, en un descubrimiento de lo que podría llegar a ser no siendo nada, se palpita este deseo de irse, sin poder irse, aunque quiera irse.

Si algo tiene el cine francés, más en películas dramáticas con un alto grado de calidad como lo es esta, es el buen desarrollo de los personajes, que va más allá del trabajo previo en el guion. Acá vemos por qué cada uno de los hermanos es como es durante la trama, y las consecuencias que estas puedan acarrear. Vemos, al menos en la compleja situación de la relación entre ellos, lo mejor del filme; las cuestiones externas a esta trama no llegan a desarrollarse de manera tan redonda, aun así, abonan a lo que ya está construido. La actuación de todo el reparto es correcta, en lo particular me gustó el trabajo desempeñado por la actriz Judith Chemla en un papel, que, si bien es muy importante, no es protagónico.

Solo una mujer

Trabajo más que destacado de Sherry Hormann, en el cual utiliza varios recursos narrativos para hacer aún más poderosa y resonante la historia verídica detrás del extraordinario guion. Material de archivo y foto fija se unen a la recreación que se hace bajo la narración expuesta que plantea la propia protagonista. Si bien la película no empieza con la fuerza que llega a terminar, toca un mensaje que occidente empieza a ver desde una postura quizá más cómoda; en cambio esta película se siente más cercano a la triste y desgarradora realidad, que a las historias de redención con final feliz de la big industry. 

Es un final que sabemos desde el principio, pero que no deja de indignar, de sorprender, y de doler. La actuación de Almila es deslumbrante, recrea de manera perfecta la lucha y la desesperación (con algunos picos de genuina felicidad en el camino, como el día que vive en la casa que le brinda la ayuda social, o durante su relación con Tim) de una mujer que tenía todas las de perder, que tuvo que aguantar que su familia estuviera en su contra, pero que jamás dejó de amarlos, y de pelear por abolir, al menos de su vida y la de su hijo, prácticas del pasado que son inhumanas, incuestionables en muchos lugares por su naturaleza religiosa.

Nudo mixteco

Además de lo ingenioso y versátil de la puesta, dando y pasando una y otra vez por las situaciones que se viven en estos pueblos, cada una desde la historia de los tres personajes principales, que, si bien a ratos nos pudieran parecer jocosas a los que no conocemos los usos y costumbres de estos lugares, hay un gran valor de la directora Ángeles Cruz por tocar temas que pudieran parecer escandalosos para algunos, pero que nos dan una cosa por sentada: no somos tan diferentes los de aquí a los de allá. 

Hay un retrato sin real de las costumbres, sin prejuicio, o que se encasillen como buenas y malas, tanto de las folclóricas y que nos hacen que veamos tan llamativos no solo a estos lugares, sino también a sus personas, pero también retrata esas viejas e insanas costumbres que se deberían erradicar. Hay escenas que rayan no solo en la perfección, sino que también además resultan ser hermosas, como el encuentro entre María y Piedad en su casa de esta, como la de Esteban tocando su clarinete al lado de su madre mientras se quema su casa. 

La circularidad que surge a raíz de la narración de las historias, que encierran un contexto por demás conocido por Ángeles, dan por resultado todo lo que esta película ha recogido en su andar por festivales, en los que no solo ha encontrado reconocimiento por la crítica, sino que además el público reconoce el valor por retratar temas como la enajenación del lugar de origen, la belleza del amor en toda su expresión y cortar raíces que nuestros ascendientes dejaban prosperar como el machismo o el abuso sexual; sino que también la película se vuelve en automático en una obra universal que debería verse como el cine mexicano que se debe divulgar, compartir, dialogar.

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