texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
Luego de su edición presencial de este año, la cual se realizó del 15 al 18 de abril, y que contó con una gran audiencia en todos sus eventos en la ciudad de Xalapa, Veracruz; lugar donde está afincado desde su creación, el ahora Festival Internacional de Cine Independiente Oftálmica 2021, el cual hasta hace un par de años era conocido como la Muestra de Cine Independiente Oftálmica; presentó todos los cortometrajes de su selección en la plataforma de Filminlatino del día 22 al 25 de abril, donde se han podido visualizar en todo el país, y nosotros desde la Revista Cinéfagos, siendo un medio de comunicación aliado especial del festival en esta edición, lo hemos atendido de manera especial.
Hablar de los hilos conductores en este compendio de trabajos mexicanos y latinoamericanos, que abordan tanto temáticas diferentes, como niveles y formas de producción, que nos llevaron desde lo más sencillo hasta lo más sofisticado, de la ficción al documental, sin desatender por supuesto la animación; van más allá del tema de esta edición, que era el de las “transfronteras”, lo que rige a los trabajos seleccionados por los programadores del festival en esta edición, es la libertad.
Libertad creativa, libertad narrativa, libertad por definición en el arte, es sin lugar a dudas el engrane central, el eje pilar de los trabajos mostrados. 29 cortometrajes en total, divididos en seis programas que definían y proponían seis fronteras a romper a través de la mirada, de lo que el ojo veía y el cerebro procesaba, que abarcaban toda clase de situaciones, problemáticas, importantes de atender y que se veían, unas más que otras, de manera más relevantes en cada programa que comprendía la selección completa.
Dentro de los hilos conductores que hay entre muchos de los trabajos me parece está una presencia rica y sustentada de material de archivo impresionante y del cual se hecha mano de una manera acertada, uno no hace más que agradecer lo que se ve en este material plasmado en los trabajos e inquietudes artísticas y narrativas de muchos de estos realizadores. Hay una presencia también en el tema de la libertad por definición, con la alegoría y metáfora del vuelo, esto está más que presente en los cortometrajes que abordan temas feministas, y varias propuestas experimentales abordadas a través de la técnica de la animación en stopmotion. Hacemos un repaso breve y general por los seis programas, y sus trabajos proyectados en particular.
En el programa “Limites Naturales”, pudimos ver las fronteras que se crean a través de las dimensiones geográficas. Como entre el campo y la ciudad, que vimos en el cortometraje documental “Carta al campo” de la realizadora Karla Hernández, en el testimonio de su padre campesino, que tuvo que mudarse a la ciudad para trabajar en la construcción; o los límites que proponen los ríos, o la memoria de estos, como se expone en el cortometraje documental brasileño “Rio desborde” de la realizadora Vivian Castro, en el que a manera de cine ensayo, confronta la figura de dos ríos que fueron parte importante tanto en Brasil como en Chile, y que hoy la gente y los ayuntamientos han olvidado, lo cual por supuesto ha beneficiado a las empresas que se han apoderado de ellos y lo han contaminado, un tema que no se toca tan a profundidad como en el documental mexicano “Resurrección” de Eugenio Polgovsky, pero que de igual manera es muy interesante. Mientras que el tercer cortometraje que completa este programa, el más experimental y corto de todos, explora a través de varias técnicas de animación y montaje, la frontera entre el cielo y la tierra, cuyo tema central es el amor, nos referimos a “Los pájaros no usan zapatos” de Andrea Grain Hayton.
El programa dos, “Enfrentar la Realidad”, nos acercaba a diferentes trabajos que abordaban el tema de los límites que nos hacen alejarnos e identificarnos en el otro, ya sea desde la figura familiar, amorosa, o de un completo desconocido con el cual encontramos similitudes a través del tiempo y el espacio. Vimos por ejemplo en “La confesión” del realizador Facundo Rodríguez, como con una vieja grabación de un par de niños jugando y el mensaje de audio de WhatsApp de una abuela haciendo una simple pregunta, nos hace darnos cuenta como la identidad de una persona puede ser idealizada o percibida por sus cercanos.
También vimos en el cortometraje documental argentino “Lo que sus ojos no ven”, de la realizadora Julieta Pestarino, cómo a través de una investigación que surge de haber encontrado un libro de fotos de André Roosevelt, ésta va a buscar su huella a través del Ecuador, donde sólo encuentra piezas sueltas de un hombre que no se sabía muy bien qué hacía en ese país, un hombre al que parecía ya nadie recordaba, solo ella.
El tercer cortometraje de este programa llamado “Gato por liebre” de Víctor Duarte Mata, muestra a través de dos testimonios, la historia de un hombre indocumentado mexicano que gana la lotería en Texas, donde no la puede cobrar, y el cual decide, tras los consejos de su abogado holandés, convertirse en un gato; ambas historias nos muestran tanto el lado fantástico de la historia que todos quisieran creer, y el lado triste pero realista.
Y el cuarto, “Lagartija” de la realizadora guatemalteca Emily Gularte Oliva, narra cómo la relación del niño Ricky y la jovencita Verónica, quienes son hermanos, se ve trastocada de forma negativa cuando ella le anuncia que su padre biológico irá por ella para pasar el día juntos, pero cuando regresa, y la figura de una niña cuya identidad Verónica no le quiere revelar a Ricky, las palabras hacen que la frustración de ella haga que el enojo de él lo pague una pobre e indefensa lagartija. Cabe destacar que, salvo por el cortometraje de “Lagartija”; los otros tres tenían una especie de tono cómico sutil e implícito, lo cual es algo muy curioso pero agradable.
El tercer programa “Fronteras del hogar”, proponía a través de los trabajos seleccionados, las nuevas mecánicas de los límites territoriales que comprenden la casa, y cómo la noción y la relevancia de ésta transformó de alguna manera su identidad y su definición a partir de los acontecimientos a raíz de la pandemia. Brillantes trabajos pudimos ver como el cortometraje colombiano “ABC del encierro” de Raquel Páez y Mariana Rey, cuya propuesta más que interesante iba hilvanando el discurso de ambas realizadoras con tomas capturadas en la cotidianidad de las dos, a la vez que estas servían de definición para palabras que se iban explorando en el discurso y también se nos mostraba su significado literal, cual diccionario audiovisual.
Vimos también en el cortometraje “El segundo siete”, de Jan Daría Rodríguez, un video ensayo muy interesante de la situación del encierro a través de los recuerdos y la memoria y cómo estos son tan importantes cuando hay que reversionar nuestra vida, cuando no se puede vivir fuera, donde las cosas, o las que recordamos, pasaban. Pudimos volver a ver el cortometraje “Sin título” de José Luis Silva, el cual muestra tanto los problemas de la necesidad de migrar para buscar una mejor vida, y la del feminicidio, a través de una animación más que bien lograda.
Y el cuarto cortometraje de este programa, y uno de mis favoritos de todo el festival, es el documental “Gafe”, Edlyn Castellanos, el cual, a través de las grabaciones realizadas por un trabajador indocumentado que se va Estados Unidos junto con su hija pequeña, narra cómo fue cruzar y llegar hasta el lugar donde pudo encontrar trabajo, un trabajo que muestra solo una historia de las muchas que seguro hay, una que tuvo un final feliz, es un cortometraje bien desarrollado, bien planificado, y con el cual uno se queda con ganas de ver más.
El cuarto programa, el cual comprende el tema de la “Resiliencia”, sin lugar a dudas nos presentó muchos de los mejores trabajos proyectados en la selección. Cortometrajes como “Llegué bien”, el cual también podría haber sido seleccionado en el programa de “Abstracción; “El ciclo del viento”, de Josué Hermes, y Ana del Viento, es un cortometraje hecho en 16mm muy libre y experimental, en el cual el montaje influye mucho, tanto visual como narrativamente, el sonido y la música también proponen con cada secuencia en bucle, hasta que vemos a una mujer volar y desaparecer, una vez librada de los embates que las acechan hasta nuestros días.
“Miss”, de Brenda Bellozo, es sin lugar a dudas uno de los cortometrajes con mayor producción y con mayor propuesta a nivel estético y narrativo. De manufactura impecable, nos narra el encuentro entre dos mujeres del cual no se nos dice nada, y mientras este se da, o previo a que este se dé, uno va predisponiendo cosas de acuerdo a lo que vemos, pero al final no es mas que un acto de ayuda que una le brinda a la otra; un trabajo que me pareció muy bello, muy hermoso, que se le nota el corazón por el tema que trata y la calidad detrás de las personas que apoyaron la realización de este.
Y el cuarto título de este programa fue otro de mis favoritos, y fue el realizado por Marianela Ponce y Sonia Gil Ibáñez llamado “Las aves se reúnen en tu interior”, el cual, a través de un performance cuya coreografía, musicalización, manejo de cámara y edición, son precisos; nos muestra la unión, la libertad y la armonía que hay entre fuerzas y energías que se dan en los canales de sororidad entre las mujeres, donde se nos muestra una vez más la metáfora del vuelo y la liberación femenina.
El quinto programa, el correspondiente a la “Abstracción”, nos mostró la libertad narrativa y de manera más que diversas, nos mostró que cuando se quiere comunicar y compartir a través del audiovisual, temas y emociones auténticas y honestas, el medio jamás va ser una limitante. De alguna manera es una muestra más fehaciente que entre más libre la narrativa, y sin ataduras a reglas y fórmulas rigurosas, es mejor. Vimos en “Enfermedades raras: el amor”, de Marifer Hernández, un interesante ejercicio sobre la idea del amor redefinida por lo que el cine nos ha enseñado, y mostrado precisamente a través de películas icónicas del cine.
En “Bliss”, de Mariana Torres, vimos a través de una especie de collage audiovisual, imágenes sobreponerse unas con otras mientras se hilvanaba un discurso sobre lo perjudicial de los crímenes de odio, las guerras, los falsos líderes o dioses, todo mientras los pixeles se amotinan y el fuego va quemando todo hasta llegar a su fin. En “El cuarto de los misterios”, de Christian Nájera, a través del testimonio de un joven sobre una pareja de ancianos, su casa rara, y el episodio que vivió su hermano luego de entrar a la casa de esos extraños vecinos, se nos muestra un ejercicio más que interesante a través de material de archivo, el cual nos invita a cuestionar la realidad, cuyo trabajo es muy sencillo, pero espléndidamente producido. Y en el último, pero no menos importante, a través de la técnica de stopmotion, Elena Pardo en “Inventario Churubusco” nos muestra el gran trabajo que hacen las personas que hacen que podamos ver aún cine en película, nos muestra el lugar donde todo se desarrolla, el equipo, los utensilios, las personas; un trabajo más que interesante.
Y en el programa, sin lugar a dudas, más importante del festival, el cual comprende al trabajo de los realizadores veracruzanos, no solo pudimos apreciar las diferentes formas de concebir el audiovisual por parte de hacedores de cine en ese estado, sino que también es palpable y permea su preocupación por temas en específico, tanto del de la identidad, el de sus usos y costumbres, el del folclor, pero también se expone, sobre todo, a través del documental, la preocupación por las nuevas generaciones sobre la naturaleza y los recursos naturales y el resguardo de estos.
Además de conocer a los realizadores del estado, el programa también ha resultado importante e interesante para conocer a las asociaciones y productoras que hacen posible trabajos tan importantes, propositivos y de gran calidad como los que pudimos encontrar en los diez títulos seleccionados: “Motor de vida”. de Betzabé García, nos muestra en solo un minuto, la importancia del maíz para la vida del mexicano; “3X10 pesos”, de Aarón Loyo Kumal, es un cortometraje que, a través de las actividades y la gente veracruzana, nos muestra la riqueza gastronómica que tiene el poblado de Jalcomulco.
“Rezumba y suena: el patio Muñoz”, de Ana Mary Ramos y Juan Manuel Barreda, nos muestra uno de los documentales más interesantes, el cual retrata la importancia y relevancia que tiene para la identidad veracruzana el son jarocho y los fandangos, en un lugar clave para su desarrollo en Xalapa, y cómo esta tradición combate a capa y espada contra el olvido de las nuevas generaciones y los intereses que hicieron que la tradición del patio Muñoz se perdiera; “Viaje al origen”, de Amehd Coca C., es un cortometraje producido en stopmotion que muestra la importancia ancestral de los temazcales y todas las energías que fluyen en esta actividad ceremonial, como lo era para nuestros antepasados.
“Los nuevos bosques”, de León Felipe Mendoza y la Dra. Mariana Toledo, nos presenta en uno de los mejores trabajos de la selección la importancia de los bosques de niebla y los bosques secundarios para nuestros ecosistemas y la vida silvestre en las particulares regiones de la montaña en Veracruz, así como la importancia de que se haga una legislación pertinente para que los dueños de estos lugares sigan protegiéndolos, y no busquen alternativas más agresivas hacia con la tierra para poder subsistir, como ya habido casos, pero también están los casos dignos de contarse de los que hacen la diferencia, como el rancho de Las Cañadas; “Sobre la hierba”, de Patricia Lucido Mendoza, narra de manera breve la historia de Luisa, una mujer que cultiva y produce medicina herbolaria, y la cual habla sobre los cambios que habrá tanto si cuidamos nuestro medio ambiente, o si no lo hacemos.
“Pandora”, de Iván Cabrera, narra la historia de un matrimonio infeliz que, a través de una venus encontrada, empiezan a satisfacer de alguna manera la necesidad de lo que les faltaba, ya sea momentánea, en el caso del hombre, o permanente, en el caso de la mujer, la cual necesitaba valentía y libertad; “Taxi”, de Uzu Morales, es un documental que nos narra de manera muy brillante a través del testimonio de dos mujeres taxistas que han experimentado la violencia que se vive en contra de este gremio por parte del crimen organizado, lo que es salir a las calles a raíz de lo ya vivido; “El nuevo Ícaro”, de Alejandro Voorduin, que nos presenta la historia de un Ícaro en nuestros tiempos, el cual tiene un hijo que lleva por nombre Ícaro, el cual nos narra la historia de cómo empieza a buscar a su padre cuando este desaparece, el cual le hereda, entre otras cosas, la locura necesaria para vivir feliz; y por último “Hieren”, de Edgar Berry, nos narra a manera de pensamiento todo lo que un joven experimenta y tiene que sufrir desde siempre por su identidad, un trabajo que nos muestra una cara muy diferente del tema del suicidio.
Como podrán ver, una selección muy rica y diversa la que tuvo el Oftálmica en esta edición, y nosotros no esperamos más que el próximo año nos traiga trabajos iguales o más propositivos que nos inviten y nos hagan ver, a través de las miradas de sus realizadores, de una manera diferente nuestra realidad y el quehacer audiovisual y cinematográfico.
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