texto JUAN JOSÉ ANTUNA foto CORTESÍA
El Festival Internacional de Cine del CCH de la UNAM, o como a mí me gusta llamarlo, el “Cecehachero film festival”, realizó su quinta edición de una manera peculiar y particular este año, luego que el año pasado la pandemia frenó el desarrollo de la misma.
Del 14 al 17 de abril pudimos disfrutar una brillante selección de cortometrajes de diferentes partes del mundo, pero más que nada, de jóvenes realizadoras y realizadores tanto de México como de España, esto gracias al aliado especial que tuvo el festival en esta edición en la figura de Rizomarte, productora en España.
Cortometrajes divididos en cinco selecciones especiales: selección oficial, selección ibérica, selección universitaria general, selección universitaria UNAM, y selección cecehachera (con propuestas más que interesantes como los galardonados “Ósculo” y “Ansiedad”, o mi favorito de esta selección “Seremos grandes”), además de dos trabajos como invitados especiales como lo fueron los cortometrajes “Ventanas”, de Axel Domínguez, y “La distance”, de Dana Karvelas.
Exhibidos en seis bloques, mostrando en cada uno de estos cortometrajes de las diferentes selecciones, que fueron proyectados en transmisiones en vivo durante los cuatro días del festival en las páginas de Facebook oficiales, tanto del festival como de Rizomarte. Pudimos ver todo tipo de trabajos: documentales como los mexicanos “Último gol”, “Hombre máquina”, e “Inverso”; los españoles “La fortaleza del agua” y “#BOZA”, y el universitario “Un año sin primavera”; fueron algunos de nuestros favoritos.
Dentro del cortometraje de ficción encontramos en “Humano”, “Un hombre de ningún lado”, “Cómplices”, “El día que te maté”, “Run Amok” y “Mr. Blue” a algunos de los más destacados, y en la animación varias fueron propuestas más que destacadas como el cortometraje argentino “Muñeca rota” de Gaspar Aguirre y Román Sovrano, “Esclavizados” de Daniel Reascas y “Sin título” de José Luis Silva.
Hubo desde los que tuvieron una gran producción y actores internacionalmente reconocidos (como el mexicano “Hierba Mala” de Carlos Trujano, protagonizado por Noe Hernández, o “Salvo el crepúsculo” de Mario Hernández, estelarizado por Clara Alvarado), hasta los más sencillos técnicamente, pero cuya propuesta narrativa era más que interesante, como el caso “Cyber” de Mario Iván Cenablo, “Tu vestido rosa” de Cristo Fernández, o el galardonado “DOGMA” de Dennys Rodríguez.
También los hubo los que fueron más experimentales, todos mostrando temas valiosos e importantes, abordados a través de ideas y miradas jóvenes, miradas que empiezan a hacer el cambio en la mentalidad y en el orden audiovisual. La temática de esta quinta edición fue la equidad de género y la diversidad sexual, y me parece que se ha dado una visualización más que importante a estos temas tratados, algo que se nota y se ve desde su impresionante y bellísimo cartel.
Tanto en los trabajos que pudimos ver en las diferentes selecciones y en la proyección temática, como en los diálogos y paneles, dentro de los cuales, los que me resultaron más interesantes y destacados fueron “La imagen de la mujer en el cine iberoamericano”, “El poder narrativo de los efectos visuales”, “Mujeres en el cine y el audiovisual” y “Sensibilizar por lo queer a través del cine”; ya que de alguna manera, nos mostraron que si bien son importantes las luchas por los cambios en la industria en cuanto a no bajar la guardia y no claudicar para que haya cada vez más terreno parejo para todas y todos en el cine, sean hombres, mujeres, jóvenes, mayores o cual sea su preferencia sexual; es aún más importante abrirse camino por uno mismo y crearse las oportunidades desde el emprendimiento, el valor, y la trinchera propia.
Otra cosa que destacó de esta edición es la importante visibilidad que se le ha dado al quehacer audiovisual en todas sus vertientes, más allá del arte cinematográfico. Vertientes desde el videomapping, pasando por el gameplay, con profesionales tanto de los videojuegos como del lenguaje cinematográfico analizando los gráficos y la estructura narrativa de los videojuegos en una noche llena de adrenalina, hasta el video expandido, con el único evento que se realizó en público dentro de las actividades que organizó el equipo de Rizomarte.
Dentro de las actividades desarrolladas a la par con el festival y que se llevaron a cabo en la plataforma de Filminlatino, se exhibieron algunos cortometrajes seleccionados y galardonados de las pasadas ediciones, así como los tres largometrajes documentales en competencia de esta edición, los muy interesantes “Ermitaños” de Daniela Uribe, “Fannika” de Samuel Fuentes, que fue el seleccionado en la curaduría de Rizomarte, y el galardonado “Indocumentado sin miedo” de Arturo Pulido. También se contó con la proyección especial del documental “Guds: de la huelga al activismo”.
Cabe destacar que además de todo el equipo de programación, voluntarios y coordinadores de cada una de las diferentes dependencias del festival, todos encabezados por su director y fundador Brandon Ibarra; se siente en la armonía e identidad de este festival, lo unidos que están con la institución educativa y plantel que es sede de sus actividades, se nota que hay una comunidad detrás y alrededor del proyecto, que va desde los estudiantes que forman parte del plantel, los estudiantes egresados, los estudiantes universitarios y los propios directivos y docentes del CCH Vallejo, y me parece eso da sustento y fundamento de una sola cosa: tendremos Cecehachero para rato, y nosotros en Cinéfagos estaremos más que contentos de ser partícipes y poder acompañarlos en esta historia.
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