martes, 4 de mayo de 2021

Oscars 2021: misma fórmula, dividida entre tres (para no ofender a nadie)

texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ

Pensé mucho antes de escribir esto si debía o no publicar algo con respecto de los Oscars de este año, pues además que no vi la ceremonia por el hecho de que había visto muy pocas de las películas nominadas hasta el día de la premiación, y de que simple y llanamente no me llamó mucho la atención atender la agenda de estos premios que cada vez son menos interesantes por el formato de su ceremonia, debo decir que estaba atendiendo la entrevista de jóvenes realizadores de un festival que cubría por esos días, de modo que como se podrán dar cuenta, hay propiedades claras hoy día para su servidor. Que seguro las prioridades para su servidor son muy distintas a cinco años atrás, seguro que lo son. Que, si eso es mejor o no, usted, mi querido lector, está en todo su derecho de juzgar.

El caso es que una vez vistas la gran mayoría de las películas nominadas a los premios de la industria de Hollywood, me nació escribir esto, porque me parece no hay mejor momento de visibilizar el hecho de que hoy día, más allá de los que las grandes revistas y publicaciones entorno al “cine” digan, los premios de la industria en Hollywood cada día son más obsoletos, innecesarios, y definitivamente sirven a un molde que sólo busca aceptación para las producciones que les dejan mayor derrama económica. Con esto no quiero decir que las películas galardonadas en los Oscars no tengan valía o mérito, me parece que la tienen, pero para nada representan. ya no digamos lo mejor del cine en el mundo, ni de cerca representan lo mejor del cine en su país.

Empecemos por el hecho de que me parece este año la AMPAS tuvo a bien repartir sus premios más importantes entre tres producciones, en vista de que no había producción extranjera, o con representación de un extranjero digna en los términos de la industria, que valiera la pena dar los galardones importantes, no todos los años van a tener un Parasite que les caiga como añillo al dedo. Ahora comento las tres galardonadas en cuestión que ejemplifican lo que digo cuando digo que los Oscars solo sirven para dar validez a películas que dejan más dinero a Hollywood, y que son, en más de un aspecto, políticamente correctas.

Empecemos con Nomadland. Si bien la película tiene su clara valía, y yo por supuesto que la considero una de las mejores películas del año, y que seguro estará en mi Top10 de lo mejor del año, y que además celebro el galardón a la inconmensurable Frances McDormand, mi problema con su Oscar a Mejor Película es que Chloé Zhao, hace no más de 5 años, nos entregó su mejor película: The Rider. Una película aún más intensa, valiente y catártica que Nomadland, y la película no mereció ninguna mención por parte de los Oscars en su momento; pero como ahora Zhao está a punto de estrenar una película con Marvel, necesitan darle algo de “distinción” a su nombre para que el “gran público” vea que la película la hizo una ganadora del Oscar, como si su nombre y su trabajo por sí solos no fueran más que suficientes; así que de momento, lo único que espero es ver el trabajo de la realizadora y no la marca. 

Ya en su momento el interesante y distintivo Edgar Wright dejó una producción de Marvel porque no se le dio la libertad creativa que él requería para hacer una película con ellos, y la verdad es que lo único que ha salido bueno del sello Marvel hasta el día de hoy ha sido Logan, pero se sabe que es un caso que se cuece aparte pues, además de que para Marvel el tema de los X-Men era irrelevante por no tener dominio total en su momento de la franquicia, veremos qué productos a futuro nos traen para seguir creando “mercado”.

El caso de “Promising Young Woman” es aún más particular, pues si bien la película es interesante, y tiene muchas valías y cuestiones destacadas, hay muchas publicaciones que señalan el hecho de que, en caso de no haber tenido a Carey Mulligan como protagonista, está película no habría tenido tan avasallador reconocimiento. Yo no me voy a centrar en ese tema para exponer mi inconformidad con esta película al respecto, o más que contra la película, contra las bases que tiene la Academia para nominar a las películas que postulan para el Oscar. La única verdad sobre esta película, y por qué la nominaron y le dieron el Oscar a Mejor Guion Original, no es por ser destacada, ni por Mulligan, mucho menos por ser de las historias más originales o mejor desarrolladas del año en cuanto a su guion: fue “elegida” por el tema que atañe. 

Para la Academia fue más cómodo nominar a esta película por el tema feminista que aborda, y que de alguna manera no es tan polémico, como quizá sí lo es el aborto ¿Por qué menciono al aborto? porque para mí, y es algo que vengo mencionando desde que se dieron a conocer las nominaciones, si una mujer merecía estar nominada a los Oscars además de Chloé Zhao, esa era Eliza Hittman por su película Never Rarely Sometimes Always, que, dejando de lado el tema tan valiente que aborda, cinematográficamente es mucho mejor que la película de Emerald Fennell en todo aspecto. Y lo vuelvo a decir, no por eso digo que Promising Young Woman sea una mala película, por lo menos puedo decir que a mí me gustó, pero para nada en términos estrictamente cinematográficos, es mejor que otras.

En el caso de The Father, que además de recoger el Oscar a Mejor Guion Adaptado (el cual a mi gusto debió ser para Nomadland), hizo que Anthony Hopkins recibiera su segundo Oscar a los 83 años de edad, y más allá de la estupenda actuación del señorón Hopkins, y de la polémica que se desató con el hecho de que el Oscar debió ser para el fallecido Chadwick Boseman, creo que la mejor actuación del año ni siquiera fue nominada, me refiero por supuesto a la interpretación del extraordinario Mads Mikkelsen en Druk, película que recibió el Oscar a Mejor Película Extranjera, que si bien ahí la academia pocas veces puede quedar mal, igual me parece dejó sin nominación a películas que me parecían más interesantes que la gran mayoría que nominó, por ejemplo dejó fuera a Martin Eden y La llorona. Del tema que gira en torno a la compra de los derechos de la película de Vinterberg para una adaptación en Hollywood, no escribiré al respecto, pues no me parece debamos dar importancia a una industria que no comprende que no puede comprarlo todo y esperar replicar su calidad y autenticidad, y que solo se conforma con hacer copias mediocres que les dejen dinero.

Así que, como ya lo mencioné, no hay nada de malo en premiar, lo malo es el objeto con el que se hace, y cuando se hace creer que recibir ese galardón es lo mejor que le puede pasar a un realizador; cuando lo mejor que le puede pasar a un realizador es poder hacer su película, dejarlo que la haga de la manera más honesta, y darle espacios para poder ser vista, si hay que condicionarlos para ello, y se dejan someter a eso, más temprano que tarde, nos quedaremos sin cinematografías, para ser parte solo de una industria hegemónica que controle todo: lo que se hace, quien lo hace, dónde se ve, y que además lo premia 

¿Cómo se puede combatir eso? Es sencillo y difícil a la vez. Sencillo porque basta con el simple hecho de involucrarse en lo que se hace de cine en su ciudad, en su estado, en su país, y con esto no me refiero a que vaya donde filman, o que sea amigo de las personas que hacen cine en el lugar donde vive, va en acciones tan sencillas como ir a las salas de cine a ver cine mexicano de propuesta, no el de las distribuidoras de siempre, ir a los cineclubes que hay en su ciudad, estar presente en conferencias y foros donde haya jóvenes realizadores, ver cortometrajes, escribirle a esos realizadores; créame que para muchos de esos jóvenes recibir un mensaje con su comentario o lo que lo hizo sentir su trabajo, por muy sencillo que este sea, es como haber recibido un Oscar.

Esta clase acciones pueden hacer la gran diferencia entre tener realizadores que quieran hacer cine auténtico, o simplemente ser parte de la masa, buscar la fama inmediata, y seguir a la masa y la fórmula. La parte difícil de esto quizá sea el hecho de que las salas alternativas, los cineclubes y los foros donde se pueden dar los encuentros con estos jóvenes realizadores, como lo son los festivales de cine; dependen de los políticos y los órganos institucionales y culturales en nuestro país, y si ellos no ponen su parte, muy difícilmente nos podremos librar del aplastante poder que tiene la industria y el negocio del entretenimiento en la pantalla grande sobre el arte cinematográfico.

*Los comentarios vertidos en este texto son responsabilidad de quien lo escribe, no de la revista que lo publica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario