por DIANA REYES
¿A qué se refiere uno cuando dice “quemar las naves”? Ésta película tiene la respuesta. Quemar las naves es una producción del 2007 del director Francisco Franco Alba, y fue merecedora del Ariel de oro para la mejor actriz y el Ariel de Plata para la mejor música original.
La película toca diversos temas y pareciera un poco larga, pero en realidad tiene la duración exacta, nos cuenta la historia de Sebastián y Helena, dos hermanos adolescentes que viven con su madre moribunda. Sebastián es callado pero con una habilidad nata de hacer amigos y ganarse el cariño de los demás, Helena la mayor, es amargada y lleva mucho tiempo sin salir de casa, con el argumento de que ella es la única que sabe cómo cuidar a su madre.
Esta es la situación que pareciera precaria, pero se sostiene, sin embargo sabemos que siempre llega alguien a modificar y entonces crear el conflicto, que es lo interesante de ver en la pantalla, en éste caso llega Juan, el chico que viene del mar, introvertido, de bajos recursos, una cicatriz en el rostro y como si no fuera poco, también con varios rumores sobre su madre y su procedencia, llega a la escuela de Sebastián, quien de alguna extraña forma se ve atraído por él.
Durante la película van surgiendo más personajes, personajes complejos, no hay buenos o malos, todos tienen una motivación bastante humana para hacer las cosas, motivaciones que nos muestran realidades de búsqueda, de esperanzas, de pérdida, de sueños, de sexualidad y de confusión.
Ahora para no hacer más spoiler, hablemos de los detalles técnicos, la fotografía de la película es muy buena, fue realizada en Zacatecas y al inicio nos muestra una excelente escena de la ciudad (no por nada tuvo el apoyo de la gobernadora de Zacatecas de aquellos tiempos), además de las tomas de la ciudad, hay buenos encuadres de los personajes y de situaciones, sumémosle a eso la música, que como ya mencioné se hizo acreedora de un Ariel, y cómo no, cuando las intérpretes son Julieta Venegas y Eugenia León, la canción “Mi principio” es la que personalmente me pareció la mejor y más adecuada (altamente recomendada).
También el aspecto plástico toma una importancia en éste trabajo, ya que en la historia se plantea que Sebastián tiene por hobby pintar y dibujar, y ver el trabajo pictórico y las decisiones del director en cuanto al color y forma, es bastante atractivo e impactante. Las actuaciones también tienen bastante mérito, en especial la de Irene Azuela, ganadora del Ariel de Oro por el personaje de Helena. Y bueno, qué más les puedo contar, la película es muy buena, recomendable sobre todo para aquellos que están pasando por un cambio en su vida, y los asalta las dudas y miedos sobre algo nuevo, recuerden que no importa qué pase, siempre se pueden quemar las naves.
domingo, 29 de junio de 2014
CINETERAPIA, cine con compromiso social
texto y fotografía por LUIS ABEL CHÁVEZ
Más allá de ser un simple medio de entretenimiento, un espectáculo o pasatiempo, el cine es una herramienta que ofrece infinitas posibilidades en la educación, como generador de opinión y conciencia, como bastión de denuncia social, y así podrían enumerarse muchas de las ventajas que el séptimo arte ofrece. Otra vertiente que ha venido explorándose es el cine como terapia para la rehabilitación.
Todo comenzó con una solicitud que hiciera a Cineclub Universitario un tutor del Centro para la Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción, A.C. “Albino Cuevas”, quien después de presenciar una película en nuestras ya tradicionales funciones de cine al aire libre los fines de semana, se aproximara a nosotros y pidiera el apoyo para que visitáramos este centro ubicado en las calles de Bruno Martínez y Hernández en el Centro Histórico de Durango. Al comentar que las sesiones de terapia en el mencionado centro se tornan aburridas y repetitivas y que es necesario dar un mayor dinamismo que motive a los internos a querer rehabilitarse, que mejor que el cine y su lenguaje audiovisual para impulsar el diálogo y la reflexión.
Basándonos en el lema de los CRREAD “El alcohol y la drogadicción provocan cárcel, locura, estupidez y muerte”, además de la asesoría de lo los coordinadores y del doctor del centro es como se hace la selección de los largometrajes; se busca un cine que sea capaz de sacudir conciencias y enviar mensajes de alerta ante el peligro que las adicciones representan en la pérdida de la salud y dignidad del ser humano. Después de la proyección hay una catarsis; en cada sesión se trata de generar un ambiente de confianza con los internos y familiares para que logren comunicar las emociones que los filmes les provoquen.
Algunas de las películas que se han proyectado son Réquiem por un sueño (Darren Aronofsky, 2008), Somos guerreros (Lee Tamahory, 1994), Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (Agustín Díaz Yanes, 1995), entre otras. Adicionalmente en la programación de Cineclub Universitario en el Festival Cultural Universitario 2014 y en el Festival Nacional de Documentales “Contra el silencio todas las voces” se incluyeron funciones en este centro, por lo que ha sido de motivación para los internos el ver que el “Albino Cuevas” aparece en la publicidad de la UJED. Sin embargo aunque el tema central es las adicciones, buscamos poner un punto de equilibrio y llevar otras temáticas.
Aunque los internos duran sólo tres meses en tratamiento dentro del Centro, intentamos que la “Cineterapia” influya en la descarga emocional y ayude a evolucionar a los internos en ese lapso de tiempo. Para el equipo de Cineclub Universitario ésta ha sido una actividad muy satisfactoria sobre todo cuando expresan agradecimiento con comentarios como: “Gracias por tomarnos en cuenta”, “cada vez que vienen se nos hace más corta la semana”.
Muchos cineclubes pudieran crearse con estudiantes de las licenciaturas de la UJED que quisieran prestar servicio social y atender estos y otros grupos de la población. Pocas veces las instituciones volteamos los ojos hacia estos sectores que tienen una fuerte necesidad por ser tomados en cuenta y que están ávidos de disfrutar de la cultura y las artes. Es así como desde el miércoles 12 de febrero, ante la excelente respuesta del público, el CRREAD se ha convertido en otra sede para Cineclub Universitario, un excelente nicho para formar públicos para el cine no comercial.
Más allá de ser un simple medio de entretenimiento, un espectáculo o pasatiempo, el cine es una herramienta que ofrece infinitas posibilidades en la educación, como generador de opinión y conciencia, como bastión de denuncia social, y así podrían enumerarse muchas de las ventajas que el séptimo arte ofrece. Otra vertiente que ha venido explorándose es el cine como terapia para la rehabilitación.
Todo comenzó con una solicitud que hiciera a Cineclub Universitario un tutor del Centro para la Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Alcoholismo y Drogadicción, A.C. “Albino Cuevas”, quien después de presenciar una película en nuestras ya tradicionales funciones de cine al aire libre los fines de semana, se aproximara a nosotros y pidiera el apoyo para que visitáramos este centro ubicado en las calles de Bruno Martínez y Hernández en el Centro Histórico de Durango. Al comentar que las sesiones de terapia en el mencionado centro se tornan aburridas y repetitivas y que es necesario dar un mayor dinamismo que motive a los internos a querer rehabilitarse, que mejor que el cine y su lenguaje audiovisual para impulsar el diálogo y la reflexión.
Basándonos en el lema de los CRREAD “El alcohol y la drogadicción provocan cárcel, locura, estupidez y muerte”, además de la asesoría de lo los coordinadores y del doctor del centro es como se hace la selección de los largometrajes; se busca un cine que sea capaz de sacudir conciencias y enviar mensajes de alerta ante el peligro que las adicciones representan en la pérdida de la salud y dignidad del ser humano. Después de la proyección hay una catarsis; en cada sesión se trata de generar un ambiente de confianza con los internos y familiares para que logren comunicar las emociones que los filmes les provoquen.
Algunas de las películas que se han proyectado son Réquiem por un sueño (Darren Aronofsky, 2008), Somos guerreros (Lee Tamahory, 1994), Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (Agustín Díaz Yanes, 1995), entre otras. Adicionalmente en la programación de Cineclub Universitario en el Festival Cultural Universitario 2014 y en el Festival Nacional de Documentales “Contra el silencio todas las voces” se incluyeron funciones en este centro, por lo que ha sido de motivación para los internos el ver que el “Albino Cuevas” aparece en la publicidad de la UJED. Sin embargo aunque el tema central es las adicciones, buscamos poner un punto de equilibrio y llevar otras temáticas.
Aunque los internos duran sólo tres meses en tratamiento dentro del Centro, intentamos que la “Cineterapia” influya en la descarga emocional y ayude a evolucionar a los internos en ese lapso de tiempo. Para el equipo de Cineclub Universitario ésta ha sido una actividad muy satisfactoria sobre todo cuando expresan agradecimiento con comentarios como: “Gracias por tomarnos en cuenta”, “cada vez que vienen se nos hace más corta la semana”.
Muchos cineclubes pudieran crearse con estudiantes de las licenciaturas de la UJED que quisieran prestar servicio social y atender estos y otros grupos de la población. Pocas veces las instituciones volteamos los ojos hacia estos sectores que tienen una fuerte necesidad por ser tomados en cuenta y que están ávidos de disfrutar de la cultura y las artes. Es así como desde el miércoles 12 de febrero, ante la excelente respuesta del público, el CRREAD se ha convertido en otra sede para Cineclub Universitario, un excelente nicho para formar públicos para el cine no comercial.
Korova... Un lugar para embriagarse de cine
por ERIK CAMARILLO
16 de mayo de 2013. Lugar: un pequeño café con aroma a bohemio, llamado Café Capricho. Hora: 19:00... Así, un año atrás, comenzaba, en un diminuto rincón en el centro de la ciudad de Durango, un espacio para hablar y embriagarse de cine.
Korova, un cineclub que tomó su nombre de aquella película de 1971, dirigida por Stanley Kubrick: La Naranja Mecánica; cuando Alex DeLarge, interpretado por Malcolm McDowell, está con sus drugos en la escena inicial del filme postrados en excéntricos sillones, tomando leche-plus en el mítico Bar Korova. Tal como la película, el cineclub Korova es un lugar para que todos los amigos vayan y tomen cine-plus y se transporten a un sin fin de historias y momentos que solo el séptimo arte lo puede hacer.
Además de compartir el nombre, Eric Villa y Erik Camarillo unieron sus gustos por la cinematografía. Con la simple temática de hacer ciclos mensuales bajo un tema, dio así inicio la primera función, aquella de un tigre y un joven flaco e hindú: Life of Pi. Aquel primer ciclo hacia homenaje a películas que a su vez hacían homenaje al cine.
Al término de ese primer ciclo se vino abajo la idea de continuar ese pequeño rincón de ese café. Ahí la pregunta fue ¿Qué lugar tiene espacio, está en el primer cuadro de la ciudad y sobretodo les interesa el arte? En ese momento solo se tenía un lugar en mente que podía satisfacer las necesidades del cineclub: Café DaVinci.
Nueva sede y nuevo ciclo; era hora de homenajear a uno de los mejores directores de cine y responsable prácticamente del nombre del cineclub. Naranja Mecánica, Full Metal Jacket, Ojos bien Cerrados y El Resplandor lucirían en la pantalla del Korova. Fue en la segunda función, con Full Metal Jacket proyectándose, que se integró alguien que, de ser un desconocido, pasó a ser parte fundamental y viral del cineclub: Arturo Perales.
A lo largo de un año se han reproducido filmes que, abarcando una gran cantidad de amalgamas visuales y narrativas han seguido una línea: el buen cine. Directores como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, David Fincher, los hermanos Cohen, Francis Ford Coppola, así como grandes cintas como Amelie, Se7en, Donnie Darko, Inception, Drácula, Taxi Driver, El Padrino, La Vida es Bella, entre otras, han formado parte de ese catálogo interminable de las películas del Korova.
El cineclub no solo ofrece la proyección de grandes cintas, sino que también es un espacio para las pequeñas grandes historias, aquellos cortometrajes que han marcado historia, así como un lugar para que creadores duranguenses expongan sus trabajos, que sean ligados con el séptimo arte y las ya clásicas charlas posteriores a la función, donde se debate, se analiza y critica cada filme que se ve.
Cineclub Korova encontró en su más reciente sede, Cinco Café, un lugar que se ha convertido en más que mágico para toda la gente que va a ver una buena película, acompañada de un café. Todas y cada una de las personas que completamente gratis van como cada miércoles a acercarse y envolverse por ese universo inmenso que es el cine.
16 de mayo de 2013. Lugar: un pequeño café con aroma a bohemio, llamado Café Capricho. Hora: 19:00... Así, un año atrás, comenzaba, en un diminuto rincón en el centro de la ciudad de Durango, un espacio para hablar y embriagarse de cine.
Korova, un cineclub que tomó su nombre de aquella película de 1971, dirigida por Stanley Kubrick: La Naranja Mecánica; cuando Alex DeLarge, interpretado por Malcolm McDowell, está con sus drugos en la escena inicial del filme postrados en excéntricos sillones, tomando leche-plus en el mítico Bar Korova. Tal como la película, el cineclub Korova es un lugar para que todos los amigos vayan y tomen cine-plus y se transporten a un sin fin de historias y momentos que solo el séptimo arte lo puede hacer.
Además de compartir el nombre, Eric Villa y Erik Camarillo unieron sus gustos por la cinematografía. Con la simple temática de hacer ciclos mensuales bajo un tema, dio así inicio la primera función, aquella de un tigre y un joven flaco e hindú: Life of Pi. Aquel primer ciclo hacia homenaje a películas que a su vez hacían homenaje al cine.
Al término de ese primer ciclo se vino abajo la idea de continuar ese pequeño rincón de ese café. Ahí la pregunta fue ¿Qué lugar tiene espacio, está en el primer cuadro de la ciudad y sobretodo les interesa el arte? En ese momento solo se tenía un lugar en mente que podía satisfacer las necesidades del cineclub: Café DaVinci.
Nueva sede y nuevo ciclo; era hora de homenajear a uno de los mejores directores de cine y responsable prácticamente del nombre del cineclub. Naranja Mecánica, Full Metal Jacket, Ojos bien Cerrados y El Resplandor lucirían en la pantalla del Korova. Fue en la segunda función, con Full Metal Jacket proyectándose, que se integró alguien que, de ser un desconocido, pasó a ser parte fundamental y viral del cineclub: Arturo Perales.
A lo largo de un año se han reproducido filmes que, abarcando una gran cantidad de amalgamas visuales y narrativas han seguido una línea: el buen cine. Directores como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, David Fincher, los hermanos Cohen, Francis Ford Coppola, así como grandes cintas como Amelie, Se7en, Donnie Darko, Inception, Drácula, Taxi Driver, El Padrino, La Vida es Bella, entre otras, han formado parte de ese catálogo interminable de las películas del Korova.
El cineclub no solo ofrece la proyección de grandes cintas, sino que también es un espacio para las pequeñas grandes historias, aquellos cortometrajes que han marcado historia, así como un lugar para que creadores duranguenses expongan sus trabajos, que sean ligados con el séptimo arte y las ya clásicas charlas posteriores a la función, donde se debate, se analiza y critica cada filme que se ve.
Cineclub Korova encontró en su más reciente sede, Cinco Café, un lugar que se ha convertido en más que mágico para toda la gente que va a ver una buena película, acompañada de un café. Todas y cada una de las personas que completamente gratis van como cada miércoles a acercarse y envolverse por ese universo inmenso que es el cine.
jueves, 26 de junio de 2014
Coral Bonelli, una construcción de ficciones
texto SAC-NICTÉ CALDERÓN
En un principio, era “Pinolito”.
Cabello abundante y mirada retadora. El niño es el pequeño rostro, lleno de tierra, que acompaña a Katy Jurado y se asoma detrás de cada puerta, de cada escritorio, en silencio o con lágrimas que le contraen el rostro en Caridad, un cortometraje de Jorge Fons que fue parte de Fe, esperanza y caridad, la entrada de Fernando García Ortega al mundo del cine, en una época en la que convivió con figuras como Sara García, Julio Aldama y Anthony Quinn.
Hoy, de Pinolito, de Fernando, no queda nada.
“Coral es muy diferente. Pinolito ya no existe, pero hay muchas cosas que no se pueden olvidar: la primera vez que me paré en una carpa, cuando me aplaudieron, que mi primer sueldo fueron 15 pesos, las películas que me dieron prestigio en esa época… eso no se puede olvidar”
La voz al otro lado del teléfono es Coral Bonelli. Alta, rubia, con la mirada retadora y sonrisa traviesa que pertenecían a Fernando y que formaron parte del cine mexicano durante la década de los 70. Ella, “una chica trans”, es la protagonista de Quebranto, un documental de Roberto Fiesco que aborda su vida y la de Doña Lilia Ortega, su mamá, desde aquellos días en los que imitaba a Raphael, cuando era estrella de cine infantil, y desde que decidió que Pinolito fuera sólo un recuerdo colgado de las paredes de su casa en Garibaldi, y ahora sea Coral Bonelli quien baña “a la Bombón”, prepara la comida y sí, aún acompaña al mercado a su madre.
Raphael
Cuando era niño, a Fernando le gustaba acompañar a Doña Lilia al mercado. En Quebranto, ella explica que gracias a que sorpresivamente Fernando comenzó a quedarse en casa, fue que descubrió que aprovechaba esos momentos de soledad para imitar a Raphael. Lo escuchaba en una consola, y luego pagaba cinco centavos para que el vecino le permitiera verlo en la televisión.
Raphael fue el primer cambio en su vida. A los cuatro años empezó a trabajar como fonomímico en las carpas, teatros de pueblo que presentaban distintos espectáculos por 50 centavos o un peso, hasta que lo llevaron frente a Fons y él
decidió que lo quería en Caridad. Así comenzó una carrera en cine en la que participó en películas como El hijo de los pobres (1975), Espejismo de la ciudad (1976) y El callejón de los milagros, (1995). Incluso, en Durango filmó Hermanos del viento (1977) y Matar por matar (1979).
Posteriormente, debido al declive de la industria, especialmente en la década de los 80’s, Fernando comenzó una carrera de bailarín en el Teatro Blanquita, hasta que un día decidió que era suficiente. “Yo estaba viendo la tele, y se fue para allá dentro y sale toda vestida de mujer, que ni se sabía pintar, ni sabía caminar, ni nada, y me dijo ‘desde este momento soy mujer, quieras tú o no quieras’”, explica Doña Lilia en Quebranto.
Coral Bonelli
Ni Vanessa, ni Laura, ni Lupita ni María. Coral Bonelli.
“Yo tuve una amiga muy bonita en una escuela para señoritas, ella se llamaba Coral Reyes y me gustaba su nombre, se parecía a Lucía Méndez y yo soy fan de ella, entonces cuando empecé en el ambiente gay dije ‘voy a buscar un nombre que no sea muy común’ y me acordé”.
Coral Bonelli fue el cambio definitivo. “Yo ya me había aburrido, tenía una losa muy pesada en mí, es muy difícil estarle mintiendo a mi familia, a la persona que vive contigo. Entonces es mejor parar en seco y mostrarse al mundo tal y como eres”.
Si bien es cierto que a partir de ahí sus oportunidades de trabajo disminuyeron, lo dice en Quebranto y lo repite en entrevista: lo más importante que le ha dado Coral es ser ella misma. “Vivir mi propia vida, mi propio mundo, imaginar que estoy haciendo una película donde yo soy la protagonista”.
Sin embargo ha tenido que enfrentarse principalmente a dos problemas: “México tiene mucho machismo aún, todavía ven un hombre con tacones y se espantan, para ellos es una aberración y es muy difícil para uno soportar ese tipo de agresiones, de discriminaciones. He parado a mucha gente en la calle para decir ‘espérate, el problema eres tú, que no respetas a la gente, y aquí te digo una cosa, el más hombre soy yo. Somos como toda la gente, no por ser ‘vestidas’ vamos a dejar de hacer lo que alguien ‘normal’ logra, tenemos licenciados, maestros, doctores, presidentes, políticos… sólo que unos tenemos la fortuna de haber salido del closet y otros todavía se quedan ahí”.
Quebranto
La primera vez que Coral y Doña Lilia vieron Quebranto fue en una exhibición especial, para aproximadamente 50 invitados, organizada para analizar la manera en que el público recibía el documental. Pero Quebranto comenzó años atrás, cuando Roberto Fiesco era productor de El Mago, una cinta de Jaime Aparicio en donde participó Lilia Ortega. Ahí, ella le pidió a Fiesco aparecer en los créditos como “Doña Pinoles”, y la imagen del pequeño “Pinolito” llegó a la mente del productor. Roberto ha declarado que nunca entenderá cómo logró recordarlo. El resto es historia.
“La idea de que hiciéramos un documental, basado en la vida de nosotros, fue muy padre porque fui un niño prodigio de cine, y estaba en el letargo, sumido en el fango. De un momento a otro, Roberto me sacó del atolladero donde me encontraba, y ahorita mucha gente se está acordando de mí, me vuelven a conocer”.
Después de Quebranto, Coral Bonelli participó en Estrellas solitarias, ópera prima de Fernando Urdapilleta, que narra la historia de amistad de dos travestis. Sin embargo, además de obtener pequeños papeles en algunas producciones, hasta el momento Quebranto no ha representado un cambio significativo en su vida: “¿La vida me ha cambiado?... Sí, porque la gente me ve en la calle, me saluda, me felicita, me dicen que les encantó el documental, pero hasta ahorita trabajo no ha habido mucho. Posiblemente adelante sí haya oportunidad de algo mejor, pero esto es poco a poco”.
En una de las secuencias finales del documental, Coral imita de nuevo a Raphael, a blanco y negro, en los pasillos del edificio en donde viven ella y Doña Lilia: “Roberto pensaba que si hacía a Raphael a lo mejor ya no me acordaba, pero yo me inicié con ese gran personaje, y es difícil que se me olvide, entonces fue una experiencia muy padre volverlo a hacer. Él fue mi inicio, mi raíz, quien me dio la pauta y la patada para dedicarme al ambiente artístico. Yo tenía 4 años cuando lo imitaba, ahora tengo 50”.
Ese es el cierre cíclico a una historia que comienza con Raphael en una consola, y termina con “Mi gran noche” en alguna grabadora que no aparece en escena porque toda la atención está puesta en los minutos en que Coral es Fernando de nuevo. Pero la última toma pertenece a Coral Bonelli y Doña Lilia Ortega, en su casa, con el juego de complicidad que siempre está presente entre ellas. “Es la historia de dos personas que viven el día a día, dentro de nuestro contexto. No se miente, no se dice más o menos, sino lo normal de una mamá y su hija, que vivimos aquí juntas, lo que hacemos… Así es la vida”.
En un principio, era “Pinolito”.
Cabello abundante y mirada retadora. El niño es el pequeño rostro, lleno de tierra, que acompaña a Katy Jurado y se asoma detrás de cada puerta, de cada escritorio, en silencio o con lágrimas que le contraen el rostro en Caridad, un cortometraje de Jorge Fons que fue parte de Fe, esperanza y caridad, la entrada de Fernando García Ortega al mundo del cine, en una época en la que convivió con figuras como Sara García, Julio Aldama y Anthony Quinn.
Hoy, de Pinolito, de Fernando, no queda nada.
“Coral es muy diferente. Pinolito ya no existe, pero hay muchas cosas que no se pueden olvidar: la primera vez que me paré en una carpa, cuando me aplaudieron, que mi primer sueldo fueron 15 pesos, las películas que me dieron prestigio en esa época… eso no se puede olvidar”
La voz al otro lado del teléfono es Coral Bonelli. Alta, rubia, con la mirada retadora y sonrisa traviesa que pertenecían a Fernando y que formaron parte del cine mexicano durante la década de los 70. Ella, “una chica trans”, es la protagonista de Quebranto, un documental de Roberto Fiesco que aborda su vida y la de Doña Lilia Ortega, su mamá, desde aquellos días en los que imitaba a Raphael, cuando era estrella de cine infantil, y desde que decidió que Pinolito fuera sólo un recuerdo colgado de las paredes de su casa en Garibaldi, y ahora sea Coral Bonelli quien baña “a la Bombón”, prepara la comida y sí, aún acompaña al mercado a su madre.
Raphael
Cuando era niño, a Fernando le gustaba acompañar a Doña Lilia al mercado. En Quebranto, ella explica que gracias a que sorpresivamente Fernando comenzó a quedarse en casa, fue que descubrió que aprovechaba esos momentos de soledad para imitar a Raphael. Lo escuchaba en una consola, y luego pagaba cinco centavos para que el vecino le permitiera verlo en la televisión.
Raphael fue el primer cambio en su vida. A los cuatro años empezó a trabajar como fonomímico en las carpas, teatros de pueblo que presentaban distintos espectáculos por 50 centavos o un peso, hasta que lo llevaron frente a Fons y él
decidió que lo quería en Caridad. Así comenzó una carrera en cine en la que participó en películas como El hijo de los pobres (1975), Espejismo de la ciudad (1976) y El callejón de los milagros, (1995). Incluso, en Durango filmó Hermanos del viento (1977) y Matar por matar (1979).
Posteriormente, debido al declive de la industria, especialmente en la década de los 80’s, Fernando comenzó una carrera de bailarín en el Teatro Blanquita, hasta que un día decidió que era suficiente. “Yo estaba viendo la tele, y se fue para allá dentro y sale toda vestida de mujer, que ni se sabía pintar, ni sabía caminar, ni nada, y me dijo ‘desde este momento soy mujer, quieras tú o no quieras’”, explica Doña Lilia en Quebranto.
Coral Bonelli
Ni Vanessa, ni Laura, ni Lupita ni María. Coral Bonelli.
“Yo tuve una amiga muy bonita en una escuela para señoritas, ella se llamaba Coral Reyes y me gustaba su nombre, se parecía a Lucía Méndez y yo soy fan de ella, entonces cuando empecé en el ambiente gay dije ‘voy a buscar un nombre que no sea muy común’ y me acordé”.
Coral Bonelli fue el cambio definitivo. “Yo ya me había aburrido, tenía una losa muy pesada en mí, es muy difícil estarle mintiendo a mi familia, a la persona que vive contigo. Entonces es mejor parar en seco y mostrarse al mundo tal y como eres”.
Si bien es cierto que a partir de ahí sus oportunidades de trabajo disminuyeron, lo dice en Quebranto y lo repite en entrevista: lo más importante que le ha dado Coral es ser ella misma. “Vivir mi propia vida, mi propio mundo, imaginar que estoy haciendo una película donde yo soy la protagonista”.
Sin embargo ha tenido que enfrentarse principalmente a dos problemas: “México tiene mucho machismo aún, todavía ven un hombre con tacones y se espantan, para ellos es una aberración y es muy difícil para uno soportar ese tipo de agresiones, de discriminaciones. He parado a mucha gente en la calle para decir ‘espérate, el problema eres tú, que no respetas a la gente, y aquí te digo una cosa, el más hombre soy yo. Somos como toda la gente, no por ser ‘vestidas’ vamos a dejar de hacer lo que alguien ‘normal’ logra, tenemos licenciados, maestros, doctores, presidentes, políticos… sólo que unos tenemos la fortuna de haber salido del closet y otros todavía se quedan ahí”.
Quebranto
La primera vez que Coral y Doña Lilia vieron Quebranto fue en una exhibición especial, para aproximadamente 50 invitados, organizada para analizar la manera en que el público recibía el documental. Pero Quebranto comenzó años atrás, cuando Roberto Fiesco era productor de El Mago, una cinta de Jaime Aparicio en donde participó Lilia Ortega. Ahí, ella le pidió a Fiesco aparecer en los créditos como “Doña Pinoles”, y la imagen del pequeño “Pinolito” llegó a la mente del productor. Roberto ha declarado que nunca entenderá cómo logró recordarlo. El resto es historia.
“La idea de que hiciéramos un documental, basado en la vida de nosotros, fue muy padre porque fui un niño prodigio de cine, y estaba en el letargo, sumido en el fango. De un momento a otro, Roberto me sacó del atolladero donde me encontraba, y ahorita mucha gente se está acordando de mí, me vuelven a conocer”.
Después de Quebranto, Coral Bonelli participó en Estrellas solitarias, ópera prima de Fernando Urdapilleta, que narra la historia de amistad de dos travestis. Sin embargo, además de obtener pequeños papeles en algunas producciones, hasta el momento Quebranto no ha representado un cambio significativo en su vida: “¿La vida me ha cambiado?... Sí, porque la gente me ve en la calle, me saluda, me felicita, me dicen que les encantó el documental, pero hasta ahorita trabajo no ha habido mucho. Posiblemente adelante sí haya oportunidad de algo mejor, pero esto es poco a poco”.
En una de las secuencias finales del documental, Coral imita de nuevo a Raphael, a blanco y negro, en los pasillos del edificio en donde viven ella y Doña Lilia: “Roberto pensaba que si hacía a Raphael a lo mejor ya no me acordaba, pero yo me inicié con ese gran personaje, y es difícil que se me olvide, entonces fue una experiencia muy padre volverlo a hacer. Él fue mi inicio, mi raíz, quien me dio la pauta y la patada para dedicarme al ambiente artístico. Yo tenía 4 años cuando lo imitaba, ahora tengo 50”.
Ese es el cierre cíclico a una historia que comienza con Raphael en una consola, y termina con “Mi gran noche” en alguna grabadora que no aparece en escena porque toda la atención está puesta en los minutos en que Coral es Fernando de nuevo. Pero la última toma pertenece a Coral Bonelli y Doña Lilia Ortega, en su casa, con el juego de complicidad que siempre está presente entre ellas. “Es la historia de dos personas que viven el día a día, dentro de nuestro contexto. No se miente, no se dice más o menos, sino lo normal de una mamá y su hija, que vivimos aquí juntas, lo que hacemos… Así es la vida”.
365 DÍAS DE CINE
por ANDREI MALDONADO// fotografía EL SIGLO DE DURANGO
Hace un año emprendimos una aventura sin saber cuál sería su impacto y trascendencia en nuestras vidas. 365 días después parece que las palabras no son suficientes para poder compartir con ustedes cómo para cada uno de los miembros de Cinéfagos este ciclo ha trascendido en nosotros y con nosotros.
Fue justo en el marco del Festival de Cine Mexicano, en su quinta edición, cuando Cinéfagos hizo su aparición, con más preguntas en nuestras cabezas que las que nos pudieron hacer los asistentes a aquel evento que parecía tan improvisado, en donde todo comenzó.
Realmente no hubo mucho tiempo para hacer el análisis y la reflexión, pues hubo que atender nuestra responsabilidad de recabadores de todo lo que pasaba en el Festival, para después dar paso a nuestra segunda edición ¿Cuándo fue que entendimos el papel que comenzábamos a desarrollar? Los meses pasaban y con ellos las ediciones.
Si usted cree que armar una revista es sencillo, por favor replánteselo, más si se trata de cine. Y es que entre ir a un evento, regresar del otro, meterse al diseño, la impresión, la distribución y demás etcéteras uno puede dejar la cordura frente al computador. Por suerte el bolsillo siempre adelgaza en sentido contrario en el que el corazón late más fuerte.
Entrevistas inesperadas, eventos que nos llenaron el alma, elogios, críticas, sinsabores, alegrías. Al fin un año y no, no pasa volando. No, no se dice fácil y no, no estamos tan emocionados como el primer día, lo estamos más, seguros de que todavía podemos mejorar, crecer; esperando que nuestro empeño sea del agrado de cada lector.
Nada está seguro en nuestro futuro, tan solo deseamos seguir aferrándonos a que la vida corra a 24 fotogramas por segundo, que nuestras emociones luzcan en pantalla grande y que nos alimente el séptimo arte. En ese deseo también está el anhelo de que el camino lo hagan con nosotros.
Hace un año emprendimos una aventura sin saber cuál sería su impacto y trascendencia en nuestras vidas. 365 días después parece que las palabras no son suficientes para poder compartir con ustedes cómo para cada uno de los miembros de Cinéfagos este ciclo ha trascendido en nosotros y con nosotros.
Fue justo en el marco del Festival de Cine Mexicano, en su quinta edición, cuando Cinéfagos hizo su aparición, con más preguntas en nuestras cabezas que las que nos pudieron hacer los asistentes a aquel evento que parecía tan improvisado, en donde todo comenzó.
Realmente no hubo mucho tiempo para hacer el análisis y la reflexión, pues hubo que atender nuestra responsabilidad de recabadores de todo lo que pasaba en el Festival, para después dar paso a nuestra segunda edición ¿Cuándo fue que entendimos el papel que comenzábamos a desarrollar? Los meses pasaban y con ellos las ediciones.
Si usted cree que armar una revista es sencillo, por favor replánteselo, más si se trata de cine. Y es que entre ir a un evento, regresar del otro, meterse al diseño, la impresión, la distribución y demás etcéteras uno puede dejar la cordura frente al computador. Por suerte el bolsillo siempre adelgaza en sentido contrario en el que el corazón late más fuerte.
Entrevistas inesperadas, eventos que nos llenaron el alma, elogios, críticas, sinsabores, alegrías. Al fin un año y no, no pasa volando. No, no se dice fácil y no, no estamos tan emocionados como el primer día, lo estamos más, seguros de que todavía podemos mejorar, crecer; esperando que nuestro empeño sea del agrado de cada lector.
Nada está seguro en nuestro futuro, tan solo deseamos seguir aferrándonos a que la vida corra a 24 fotogramas por segundo, que nuestras emociones luzcan en pantalla grande y que nos alimente el séptimo arte. En ese deseo también está el anhelo de que el camino lo hagan con nosotros.
lunes, 9 de junio de 2014
Cinéfagos: Un año de servicio al séptimo arte
con información del ICED
Como parte de las actividades del Festival de Cine Mexicano el instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), presentó una charla con Andrei Maldonado y Eric Eduarte Villa editores de la revista digital Cinéfagos, dedicada a impulsar y promover el cine, en especial los trabajos producidos en Durango.
Los Jóvenes editores de Cinéfagos fueron acompañados en el escenario del Teatro Victoria por Christian Sida Valenzuela Coordinador adjunto del Festival y Sergio Raúl López subdirector editorial de la también digital, Revista mexicana de cinematografía Cine TOMA, quien realizó la introducción de la plática, introdujo a la audiencia en el contexto actual de los medios dedicados al cine así como la transición de los mismos de los medios impresos a la era digital, además de las ventajas y retos concernientes a las revistas virtuales.
Andrei Maldonado explicó que el nacimiento de la revista, producido en el marco del quinto Festival de Cine Mexicano, se dio en primera instancia como una fusión del amor de los involucrados en Cinéfagos por el cine y escribir, a su vez por la necesidad de crear espacios de difusión y promoción de los trabajos cinematográficos locales y reconocer la labor de los cine clubs duranguenses, sin dejar de lado lo que pasa en el cine internacional.
Por su parte Eric Eduarte Villa, reafirmó lo dicho por su compañero de redacción de las motivaciones de la revista y habló de los retos y experiencias vividas en el primer año de Cinéfagos. Entré las personalidades del cine a las qué han entrevistado se incluyen: Amat Escalante, Luis Estrada, Roberto Fiesco, Natalia Beristain, Coral Bonelli, entre otros.
El maestro Juan Antonio de la Riva fue invitado a subir el escenario a compartir acerca de los cineclubs y la labor que los duranguenses han desarrollado en la industria del cine.
Como parte de las actividades del Festival de Cine Mexicano el instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), presentó una charla con Andrei Maldonado y Eric Eduarte Villa editores de la revista digital Cinéfagos, dedicada a impulsar y promover el cine, en especial los trabajos producidos en Durango.
Los Jóvenes editores de Cinéfagos fueron acompañados en el escenario del Teatro Victoria por Christian Sida Valenzuela Coordinador adjunto del Festival y Sergio Raúl López subdirector editorial de la también digital, Revista mexicana de cinematografía Cine TOMA, quien realizó la introducción de la plática, introdujo a la audiencia en el contexto actual de los medios dedicados al cine así como la transición de los mismos de los medios impresos a la era digital, además de las ventajas y retos concernientes a las revistas virtuales.
Andrei Maldonado explicó que el nacimiento de la revista, producido en el marco del quinto Festival de Cine Mexicano, se dio en primera instancia como una fusión del amor de los involucrados en Cinéfagos por el cine y escribir, a su vez por la necesidad de crear espacios de difusión y promoción de los trabajos cinematográficos locales y reconocer la labor de los cine clubs duranguenses, sin dejar de lado lo que pasa en el cine internacional.
Por su parte Eric Eduarte Villa, reafirmó lo dicho por su compañero de redacción de las motivaciones de la revista y habló de los retos y experiencias vividas en el primer año de Cinéfagos. Entré las personalidades del cine a las qué han entrevistado se incluyen: Amat Escalante, Luis Estrada, Roberto Fiesco, Natalia Beristain, Coral Bonelli, entre otros.
El maestro Juan Antonio de la Riva fue invitado a subir el escenario a compartir acerca de los cineclubs y la labor que los duranguenses han desarrollado en la industria del cine.
viernes, 6 de junio de 2014
Arranca Hecho en Durango
con información del ICED
La sexta edición del Festival de Cine Mexicano, plataforma coordinada por el Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), que en esta ocasión se enmarca en las celebraciones por el 60 aniversario de la primera filmación en Durango incluye la categoría Mejor cortometraje “Hecho en Durango” en la que los realizadores locales competirán por un premio de 10 mil pesos. La proyección de estos cortos se realizará mañana viernes 6 de junio en punto de las 17:00 Hrs. en el Teatro Victoria.
Seis artífices compiten por este premio que, como dice el programador de esta selección Christian Sida Valenzuela “sí bien los trabajos seleccionados muestran las realidades latentes y recientes que han sucedido en la región, también un lenguaje de narrativa universal es presentado en estas obras”.
Los competidores al Mejor cortometraje “Hecho en Durango” son Allá como aquí de Cristian Herrera, estudiante de 6to. Semestre de la licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Durango, quien cuenta la historia de Saúl, un joven duranguense, padre de familia, presionado por la debacle económica de su país, quien marcha en busca de una mejor oportunidad de vida para su familia. Resistiendo condiciones adversas que le llevarán a confrontar a sus fantasmas y cuestionar la decisión que lo llevó hasta allí, acariciado por el apacible abrazo del recuerdo latente en su memoria.
En Amatista, Arturo vela, estudiante de la carrera de medicina en la UJED retrata a siete jóvenes poco cotidianas quienes se reúnen para conversar, juguetear y preparar bebidas, para después conquistar la vida nocturna de la ciudad. Al llegar a una fiesta urbana, una de las chicas tras conquistar y besar a uno de los asistentes, pone en riesgo la verdadera naturaleza de sus amigas y sus planes hacia sus conquistas.
En El sueño de la realidad produce monstruos de Otón Rivera, Licenciado en Artes visuales en la Escuela de Pintura Escultura y Artesanías de la UJED, Equis Pérez es un solitario desempleado que duerme en su departamento cuando es despertado por la radio en plena madrugada, alertándose por las noticias que describen la ola de violencia que sacude al país. Intentará dormir de nuevo, pero cada vez que cierra los ojos, será atormentado por distintas pesadillas y será perseguido por una siniestra criatura que le causa un terrible miedo. Demasiado tarde, se dará cuenta que los monstruos que habitan sus alucinaciones oníricas han invadido la realidad.
Andrei Maldonado, Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, lanza las preguntas ¿Qué es el amor? ¿Cómo es que le permitimos a alguien habitar de manera especial nuestra memoria? ¿Qué sucesos son los que nos marcan el recuerdo o, mejor dicho, el no olvido? en su cortometraje Blanco polar radiante, un documental sobre la nostalgia, la melancolía y el amor a través de las experiencias de tres personajes, entrelazando ficción con realidad.
Nosotros de Pamela Velázquez quien estudió Comunicación y Medios Digitales en el Tecnológico de Monterrey, es la historia de Lalo, un joven que está en constante lucha de sus ideales aun sabiendo los grandes riesgos que eso conlleva. La directora lanza la pregunta: ¿hasta dónde llegarías por tus sueños?
Finalmente, también se proyectará el corto Un amigo del director Miguel Almonte Ríos quien ha estudiado Ciencias y Técnicas de la comunicación en Durango, Filosofía en la Universidad del Centro de México, así como Artes Visuales en la UJED.
La sexta edición del Festival de Cine Mexicano, plataforma coordinada por el Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), que en esta ocasión se enmarca en las celebraciones por el 60 aniversario de la primera filmación en Durango incluye la categoría Mejor cortometraje “Hecho en Durango” en la que los realizadores locales competirán por un premio de 10 mil pesos. La proyección de estos cortos se realizará mañana viernes 6 de junio en punto de las 17:00 Hrs. en el Teatro Victoria.
Seis artífices compiten por este premio que, como dice el programador de esta selección Christian Sida Valenzuela “sí bien los trabajos seleccionados muestran las realidades latentes y recientes que han sucedido en la región, también un lenguaje de narrativa universal es presentado en estas obras”.
Los competidores al Mejor cortometraje “Hecho en Durango” son Allá como aquí de Cristian Herrera, estudiante de 6to. Semestre de la licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Durango, quien cuenta la historia de Saúl, un joven duranguense, padre de familia, presionado por la debacle económica de su país, quien marcha en busca de una mejor oportunidad de vida para su familia. Resistiendo condiciones adversas que le llevarán a confrontar a sus fantasmas y cuestionar la decisión que lo llevó hasta allí, acariciado por el apacible abrazo del recuerdo latente en su memoria.
En Amatista, Arturo vela, estudiante de la carrera de medicina en la UJED retrata a siete jóvenes poco cotidianas quienes se reúnen para conversar, juguetear y preparar bebidas, para después conquistar la vida nocturna de la ciudad. Al llegar a una fiesta urbana, una de las chicas tras conquistar y besar a uno de los asistentes, pone en riesgo la verdadera naturaleza de sus amigas y sus planes hacia sus conquistas.
En El sueño de la realidad produce monstruos de Otón Rivera, Licenciado en Artes visuales en la Escuela de Pintura Escultura y Artesanías de la UJED, Equis Pérez es un solitario desempleado que duerme en su departamento cuando es despertado por la radio en plena madrugada, alertándose por las noticias que describen la ola de violencia que sacude al país. Intentará dormir de nuevo, pero cada vez que cierra los ojos, será atormentado por distintas pesadillas y será perseguido por una siniestra criatura que le causa un terrible miedo. Demasiado tarde, se dará cuenta que los monstruos que habitan sus alucinaciones oníricas han invadido la realidad.
Andrei Maldonado, Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, lanza las preguntas ¿Qué es el amor? ¿Cómo es que le permitimos a alguien habitar de manera especial nuestra memoria? ¿Qué sucesos son los que nos marcan el recuerdo o, mejor dicho, el no olvido? en su cortometraje Blanco polar radiante, un documental sobre la nostalgia, la melancolía y el amor a través de las experiencias de tres personajes, entrelazando ficción con realidad.
Nosotros de Pamela Velázquez quien estudió Comunicación y Medios Digitales en el Tecnológico de Monterrey, es la historia de Lalo, un joven que está en constante lucha de sus ideales aun sabiendo los grandes riesgos que eso conlleva. La directora lanza la pregunta: ¿hasta dónde llegarías por tus sueños?
Finalmente, también se proyectará el corto Un amigo del director Miguel Almonte Ríos quien ha estudiado Ciencias y Técnicas de la comunicación en Durango, Filosofía en la Universidad del Centro de México, así como Artes Visuales en la UJED.
lunes, 2 de junio de 2014
Se presentarán las revistas Cine Toma y Cinéfagos
con información del ICED
El sexto Festival de cine mexicano de Durango del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), es un punto de encuentro único en México entre los cineastas mexicanos, el público de Durango y la comunidad fílmica nacional. Su misión es promover a los nuevos talentos del cine mexicano, incrementar la oferta cinematográfica y contribuir al fomento de las actividades culturales y turísticas de Durango. En ese sentido, numerosas actividades, además de las proyecciones, se realizarán del 4 al 8 de junio en diversos puntos de la ciudad.
Esa extensa programación incluye la presentación de dos revistas especializadas en cine, la Revista mexicana de cinematografía Cine Toma y la revista durangueña Cinéfagos, que además está celebrando el primer año de su lanzamiento.
Cinéfagos será presentada el jueves 5 de junio a las 17:00 Hrs. en el Teatro Victoria con la participación de los editores de la misma, Andrei Maldonado y Eric Eduarte Villa así como del Coordinador adjunto del Festival de cine mexicano, Christian Sida Valenzuela.
Por su parte, Cine Toma, publicación bimensual dedicada a la reflexión, análisis, crítica e información sobre la cinematografía mexicana, iberoamericana y global, será presentada el viernes 6 de junio a las 16:30 Hrs. en el Teatro Victoria con la participación del Subdirector editorial de la misma Sergio Raúl López, el Director de programación del Festival de cine de Guadalajara y el Coordinador adjunto del Festival de Durango, Christian Sida Valenzuela.
El sexto Festival de cine mexicano de Durango del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED), es un punto de encuentro único en México entre los cineastas mexicanos, el público de Durango y la comunidad fílmica nacional. Su misión es promover a los nuevos talentos del cine mexicano, incrementar la oferta cinematográfica y contribuir al fomento de las actividades culturales y turísticas de Durango. En ese sentido, numerosas actividades, además de las proyecciones, se realizarán del 4 al 8 de junio en diversos puntos de la ciudad.
Esa extensa programación incluye la presentación de dos revistas especializadas en cine, la Revista mexicana de cinematografía Cine Toma y la revista durangueña Cinéfagos, que además está celebrando el primer año de su lanzamiento.
Cinéfagos será presentada el jueves 5 de junio a las 17:00 Hrs. en el Teatro Victoria con la participación de los editores de la misma, Andrei Maldonado y Eric Eduarte Villa así como del Coordinador adjunto del Festival de cine mexicano, Christian Sida Valenzuela.
Por su parte, Cine Toma, publicación bimensual dedicada a la reflexión, análisis, crítica e información sobre la cinematografía mexicana, iberoamericana y global, será presentada el viernes 6 de junio a las 16:30 Hrs. en el Teatro Victoria con la participación del Subdirector editorial de la misma Sergio Raúl López, el Director de programación del Festival de cine de Guadalajara y el Coordinador adjunto del Festival de Durango, Christian Sida Valenzuela.
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