domingo, 26 de mayo de 2019

Miedo, inseguridad y percepción: acerca de “Yo, Eleanore”

texto SILVIA ORNELAS

Hay situaciones que agobian al espíritu humano, que evitan la superación o el hacer frente a los problemas más duros y humillantes. Otras son tenebrosas y oscuras, obligando a esconderse de todo. Por mucho que alguien trate de ayudar, ese miedo seguirá ahí. De todo un poco hay en Yo, Eleanore, un cortometraje en el que Melissa Delgadillo, directora y guionista, presenta hechos de la vida cotidiana para reflejarse a ella misma con el temor que tiene hacia las personas.

La historia se desarrolla en tiempos actuales, y está habitada por personajes que no son ni malos ni buenos. Todos tienen prejuicios y odios, con su lado perverso y bueno. Con la habilidad de poder lastimar al prójimo. Y para eso son suficientes las acciones.

Yo, Eleanore empieza con una chica de 20 años, con cabello largo y ropa voluminosa, que viaja en autobús hacia su hogar enfrentándose a uno de sus peores temores: la gente. En el camino se enfrentará a la muerte, salvándose por su propia cobardía.

El detonante dentro de la historia es cuando en el autobús se presenta una situación de peligro, donde unas personas cometen actos ilícitos con tendencias criminales y lo único que la chica desea es hacerse pequeña para poder evitar el conflicto.

Entre tanto peligro y desesperación, nos acabaríamos matándonos unos a otros. Por eso, en su guión, Melissa Delgadillo quiso convertirse en miniatura y escapar del problema, escondiéndose en su mochila, para crear esa satisfacción de tranquilidad y seguridad.

El viaje de la chica se vuelve más intenso al transportarse a otra dimensión, donde es pequeña y nada puede pasarle. Pero todo esto tiene que tener un héroe, cuenta con tres “protectores”, que la hacen sentir segura, feliz y buscan guiarla hacia la luz, y que nos indican la superación del miedo hacia las personas.

Melissa refleja el miedo, la inseguridad y la percepción, con las diferentes formas de lidiar día a día con situaciones que muchas veces podrían llegar a incomodarnos, pero tenemos que fingir que nada pasa. Los gestos y acciones de los protagonistas nos dicen mucho, son notables las escenas donde se puede percibir el miedo. Una muestra: donde simplemente un adulto mayor se acerca a la joven y se intimida. ¿Esperamos más animaciones? Por supuesto.

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