domingo, 26 de mayo de 2019

“Aquel día”, un homenaje a quienes no pudieron despedirse

texto ILSE GAYTÁN REYES

Todo cambió para Fernando esa tarde. Nunca se imaginó pasar por una situación así, al menos no tan pronto. Durante una jornada laboral sonó su celular notificando lo que nadie quiere escuchar. Le pidieron no alterarse pero era inevitable ante un suceso como ese. Solo quería correr, dejar toda responsabilidad atrás y verlo con sus propios ojos, pero no pudo. Esa tarde, uno de los mejores amigos de Fernando había sufrido un accidente muy lejos de casa.

Cada momento era crucial, pero fueron cinco días de agonía. El primer día, los médicos se dedicaron a bajarle la hinchazón de la herida y del cuerpo para poder realizar la operación, pero fue necesario llevarlo a coma. Familia y amigos se tornaron a la espera de verlo despertar, Fernando, desde lejos, deseaba verlo a los ojos, pero ya nadie lo inmutó de su sueño. Traerlo a casa fue lo más complicado: dos días para tener todos los documentos en orden y que la cruda realidad llegara en forma de ataúd.

Fernando se sintió devastado, abatido y ni siquiera pudo dirigir su atención al cuerpo de su amigo. La muerte le había quitado momentos, risas, bromas, consejos, compañía y sobre todo, le quitó el poder decir adiós. La despedida se convirtió en un nudo en la garganta que fue bajando al pecho hasta llegar al corazón, llenándolo de tristeza.

Solo el tiempo ayudó a disminuir la pena, a despejar la mente y Fernando se sintió listo para honrar a su amigo. En 2015 decidió escribir ese adiós, “aquel día” en que pudo verlo para despedirse, una historia que poco a poco fue convirtiéndose en guión. Dafne y Alba “entendieron qué era lo que quería retratar”, con respeto ayudaron a darle forma al guión e inmediatamente tomaron roles para que honrar su recuerdo fuera una realidad.

Uno creería que el grabar en una sala clínica sería complicado, pero el equipo consiguió una planta completa de un hospital. El piso liso, ansioso por que la historia recorriera la superficie, equipos listos para dar realismo a las escenas y silencio total para emitir los gritos de tan desgarrador momento, aunque Fernando desistió de lo último, pues el vacío auditivo expresaba mejor sus sentimientos.

Director, fotógrafo, guionista, productor de sonido y edición fueron los roles que decidió tomar en el proyecto, así como en diversos trabajos que ha realizado, aunque asegura la fotografía es su pasión, por supuesto sin desacreditar al sonido, “es más fácil creer algo que estas escuchando a que lo estés viendo. Al menos en el cine”.

En 2018 se le dio el corte final al primer cortometraje de Fernando Muñoz, un homenaje a la memoria de su amigo para aquellos que no valoran cada momento con sus seres queridos que sin darse cuenta podría ser el último, un homenaje a todas aquellas personas que no pudieron despedirse, para aquellas personas que no podrán.

El Festival del Nuevo Cine Mexicano en Durango reconoció el trabajo de Fernando y sus compañeros en la edición Hecho en Durango 2019, con la proyección del cortometraje titulado Aquel Día, en el Centro Revueltas (CORE).

Este fue el comienzo para un proceso creativo interpersonal, ya que este tipo de situaciones pueden ocurrir en cualquier momento, pero lo importante es saber enfocarse y apreciar el aprendizaje que deja. Para Fernando, dejó el orgullo de ser parte del festival y la iniciativa para nuevos proyectos donde invita a sus alumnos de la Universidad Autónoma de Durango para que se contagien de la emoción de crear cine.

La clave de toda producción es hacerla, invita a los nuevos directores o interesados en el cine que no se esperen a tener el mejor equipo, la mejor cámara o las mejores luces, “si tienes un celular que grabe el chiste es hacerlo. Tener la idea, escribirla, practicar y volver a hacerlo”.

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