miércoles, 30 de agosto de 2017

Los viajes del ojo: el arte en lo cotidiano

por ERIC EDUARTE VILLA

La cotidianidad llega a ser una cuestión aburrida, un andar sin sentir que cansa. Convierte a la vida en algo nefasto a lo que no se quiere pertenecer. Los pasos, las miradas de las personas cada día, el sistema de transporte colectivo de la Ciudad de México, transmiten la pesadez y el ritmo sin freno de una ciudad que parece no dormir.

Pero cuando esa cotidianidad es reflejada en un espejo, en este caso en la lente de la fotógrafa mexicana Nirvana Paz, adquiere una transformación mágica y artística. Escaleras eléctricas, puertas de vagones que se abren y cierran automáticamente, túneles, gente subiendo y bajando, avanzando hacia la derecha y hacia la izquierda. Con filtros a las imágenes en blanco y negro que dan un toque más profundo a la realidad de esa cotidianidad no se puede dejar de pensar en Metrópolis de Fritz Lang, que de alguna manera contiene esa esencia de una ciudad pesada y agotadora.

Las secuencias grabadas por Nirvana con un IPhone le entrega vida a las personas y color a su travesía cotidiana y aparentemente sin sentido. Una normalidad que adquiere belleza, siendo ahora un bocadillo lleno de arte. Los viajes del Ojo no es una búsqueda hacia el descubrimiento del hilo negro del cine, es una película que de manera curiosa nos hace disfrutar aquello que pareciera no tener disfrute. Una mancha urbana en un ir y venir donde los usuarios sólo quieren llegar a su destino, queriendo olvidar el agobio de su viaje bajo tierra y el pequeño trabajo cinematográfico de Nirvana lo vuelve hermoso.

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