lunes, 15 de diciembre de 2025

Festival de Cine Paloma Itinerante: el nombre mismo ya es historia

texto ANDREI MALDONADO foto ALEJANDRO RIVAS

Dice el buen Juan José Antuna Ortiz, coordinador editorial de esta revista y actual director del Festival de Cine Paloma Itinerante, que escribir del festival, siendo él quien está al frente del mismo, sería un acto difícil desde lo ético y lo moral, casi un conflicto de interés, pues podría poner en duda su imparcialidad como crítico y periodista. Por ello me ha dejado a mí la labor de reseñar la edición número trece del certamen, la cual es un hito histórico por sí misma.

Quizá a Juan se le olvida que, como fundador del Paloma, la imparcialidad tampoco podría ser mi fuerte. Sin embargo, a diferencia de él, esta supuesta contrariedad no significa ningún inconveniente para mí ¿Quién mejor que yo mismo, que vi nacer esta iniciativa en la sencillez de un café del centro, para narrar lo que significa convertirse en el segundo festival de cine de Durango que ha alcanzado trece ediciones y que el próximo año será el festival más longevo?

Y es que aquí no cabe la falsa modestia. Este festival ha nacido desde cero, literal, sin un peso, con pura sinergia, colaboración y eso sí, muchos huevos. Por que hacer esto por amor al arte, sin el fin de obtener nada más que la satisfacción del público de ver nuevas propuestas cinematográficas, y de los hacedores del cine de ver sus filmes en pantalla grande, incluso poniendo de nuestros bolsillos, les aseguro, pocos o casi nadie lo hace y eso, por acto mismo, es ya un logro.

En la edición 13, Paloma Itinerante reafirmó su consolidación no solo de festival dedicado a promover el cine local, sino también de ser espacio para esas otras películas nacionales que hacen ruido, pero también, como escenario para rendir homenaje a quienes han hecho de Durango una veta rica de cineastas, promoviendo también que más generaciones de directores surjan.

La función de apertura no podría haber sido mejor ejemplo de ello, dejando de lado las parafernalias para abrazar la sencillez del cine hecho con bajos recursos económicos, pero grandes ideas. Un cine de guerrilla bajo el lema del Manifiesto Helsinki, impulsado por su servidor y Juan José, y arropado por el más grande director que ha dado esta tierra, Juan Antonio de la Riva.

En ese mismo día se hizo un homenaje a los directores del Súper 8 mediante la exposición de carteles de los cortometrajes filmados en la década de los setenta por jóvenes duranguenses, los que pusieron la primera piedra del cine duranguense que, justo ese día, conmemoramos y, dicho sea de paso, nosotros mismos establecimos para celebrarse cada 5 de septiembre.

El primer día de actividades cerró con la presentación del libro “Narraciones desde el puerto de Magallanes”, con la presencia de la maestra Heidy Cásarez, que nuevamente forma parte del equipo de programación, haciendo fuertes los lazos de colaboración entre duranguenses y zacatecanos, que se ha ido fortaleciendo en los últimos años gracias a actividades paralelas como cine conciertos.

En el segundo día, se tuvo la muestra de largometrajes nacionales, visiones del México contemporáneo a través de nuevos directores, con títulos que incluyeron las películas “8 Venado”, “Off the road” y “Nómadas de la 57”, de quien se tuvo la presencia de la protagonista de la película, la conductora de tráiler y activista feminista Luz de Luna Clara, cuyas raíces están en Durango.

Para cerrar con broche de oro, y como dicta la tradición, se llevó a cabo la función del concurso de cortometrajes duranguenses, en donde se tuvo una selección con jóvenes que ya han pasado por esta competencia del Paloma en los últimos años, y que pareciera van consolidando sus carreras con una perspectiva casi autoral del cine, alejados cada vez más del conformismo y las normas.

“Hacia el progreso”, de Luis Enrique Castañeda, se alzó con el premio de Mejor Cortometraje otorgado por el jurado, que estuvo integrado por el cineasta Diego Hernández, la programadora Estefanía Díaz y el programador Iván Contreras, mismos que dieron una mención honorífica a “Besos prestados” de Rafael Urista, que también fue reconocido por los integrantes de la crítica.

Precisamente en ese ejercicio de retroalimentación pública de parte de los expertos hacia los jóvenes directores es que tuvieron participación la periodista Mara Guereca, Heidy Cásarez y la cineasta Deniss Barreto, la cual recibió, de parte del festival, la “Paloma de Oro” por su trayectoria dentro del cine duranguense, al cual ha proyectado a nivel nacional y mundial a través de su cine.

La selección oficial la integraron además los cortometrajes “M amado hijo”, de Naim Odai, “Lenguaje del amor”, de Allis Palma, “La niña de mis ojos”, de Jessica de la Parra y Mark Lewis, “Lo último que escuché de Samuel”, de Ignacio Quiroz, “Hablando con un monstruo”, de Brandon Alvarado, y “Siluetas nocturnas”, de David Ramírez, todos con una excelente calidad visual y narrativa.

Cabe destacar que, previo a la función del concurso de cortometrajes, se exhibió “Promesa”, cortometraje que participó y ganó el Rally Universitario del GIFF 2024, hecho por jóvenes de la Universidad Autónoma de Durango. El festival también contó con la colaboración, entre otras instituciones, del Festival Fisura, que aportó la proyección de una película de corte experimental, la única internacional con la que se contó en la programación.

Es así que concluyó no una edición más, sino LA edición del Festival Paloma Itinerante, la 13, quizá la más importante, ya que lo consolida como el festival más longevo en activo, el segundo que alcanza tal número de ediciones y el cual se convertirá en el más duradero de la historia de los festivales de cine locales en 2026. Y, si me lo permiten, el único que merece realmente ser llamado “independiente”.

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