por ERIC VILLA
Películas ganadoras:
NO QUIERO DORMIR SOLA, PREMIO DEL JURADO. Nos llega una cinta donde la directora Natalia Beristáin nos muestra la dura separación de los recuerdos de los sentimientos, la compañía agónica de la memoria del amor. La soledad en esta película representa la nostalgia de la costumbre de pasar cada noche junto a alguien, pero cuando Amanda debe tomar la decisión de cuidar a su abuela, una vieja y alcohólica actriz, no es lo que ella espera, aguantar el choque de sus vidas, el tener a alguien ahí y al mismo tiempo no tenerla ¿Qué es lo que Amanda la hace sentir sola a pesar de tener a su querida abuela a lado? Lo que más tememos es que alguien nos olvide, cuando la distancia esta tan lejana y al mismo tiempo está muy cerca. Aquella mirada y sonrisa ya no son la misma cuando nos hablaba y pronunciaba nuestro nombre esa persona especial. Natalia conmueve con su historia, transgrede con el olvido, el peor deseo para cualquiera. La cinta fue previamente galardonada en el décimo Festival Internacional de Cine de Morelia y ahora se lleva el festival duranguense como la mejor película del certamen.
REZETA, PREMIO JURADO JOVEN. Este film nos adentra a lo que le tira el nuevo cine mexicano, contar historias urbanas, buscando un enfoque más poético en mundo actual donde se es más complicado lograr construir tramas que no caigan en el sello del cine mexicano que se viene arrastrando desde que finalizó la época dorada de nuestra industria. El director Fernando Frías nos ubica en la cosmopolita ciudad de México con un personaje que no logra adaptarse a un entorno ya conocido por sus habitantes, desde no interpretar los códigos de nuestro lenguaje pero que consigue un entendimiento a través de pasajes literarios y filosóficos. En un terreno que poco se había explorado en la cinematografía mexicana. No se puede dejar de lado su técnica, su plástica artística que para algunos asistentes al festival e integrantes de la revista Cinéfagos nos cuesta creer que es una producción de México, lo más sorprendente y agradable es saber que todo esto proviene de la mente de los nuevos creadores del cine mexicano.
Cortometrajes ganadores:
Si hablamos de la esencia de la juventud en el festival, las mujeres fueron las que se llevaron el festival ya que la mayoría de las obras presentadas estuvieron a cargo la presencia femenina. De los siete cortometrajes en competencia, seis son de directoras. La única presencia varonil fue del realizador duranguense David Rodríguez Estrada, quien presentó su cortometraje “Metástasis”. David, que después de un buen tiempo residiendo fuera de su tierra natal, regresó a Durango para producir su cuarto trabajo como artistita cinematográfico, haciéndolo completamente en la capital del estado, con un elenco y crew únicamente de Durango. Aunque no logró llevarse algún galardón fue bien recibido por la audiencia.
Dentro de esta selección de cortometraje la competencia fue muy pareja, ya que las historias que se contaron buscaron mostrar algo diferente y de gran calidad, sólo una tenía que levantarse con el premio, el cual se lo llevó la obra “Lluvia en los ojos” de la joven directora Rita Basulto, quien aunque no pudo estar presente regaló al festival el único trabajo de animación, el cual además de estar perfectamente logrado a nivel técnico argumentativamente terminó siendo la cereza del pastel de una serie de proyecciones exquisitas, pues fue el último cortometraje en proyectarse y mostró la belleza y la tragedia de la inocencia infantil.
MENCIÓN ESPECIAL
Se otorgó por parte del jurado una mención especial al cortometraje “La otra orilla” de Natalia Moguel, quien le apuesta a lo trágico demostrando que rompiendo con una línea narrativa para llevar su trama al caos de los personajes. Natalia pone el ingrediente esencial para transformar lo que pretende ser un drama en una auténtica tragedia de una manera artística y terriblemente bella. Este nuevo tipo de cine, de contar las tristezas más desgarradoras y no darles una salvación, un héroe, donde el antagonismo se convierte en protagonista. Pero lo más interesante es ver cómo se teje una estructura para elevarla a ser una buena trama y cuando un director decide darle un rumbo distinto a la historia y despedazar su guión para convertirlo en una gran obra visual. El drama como en teatro como en cine han sido un buen elemento para cautivar, enamorar y hasta convencer al espectador, pero la tragedia transgrede para gustar a las nuevas audiencias que cada vez son más complicadas de satisfacer. La otra orilla logra ese cometido. Sus personajes Jorge y Diego se enfrentan al difícil encuentro después varios años de separación, tras la muerte de su padre ambos buscan esa unión nuevamente, con el riesgo de lo que representa saber uno del otro, donde los secretos de cada uno pueden llevarlos más allá de una simple separación.
DESTACAR
Aunque no fueron galardonados se debe reconocer el trabajo de Miguel Nuñez con LAVANTAMUERTOS, film que tuvo una gran conexión con el público dado su toque de humor negro y la historia propia del norte del país. HALLEY fue otro film tremendamente aplaudido por su historia oscura y el gran trabajo de fotografía. El documental LA REVOLUCIÓN DE LOS ALCATRACES dotó al festival de la visión política y el sitio que ocupa la mujer en la sociedad mexicana. Además de los ya mencionados, los cortometrajes “Pleamar”, “Jerusalén” e “Inframundo” estuvieron proyectándose con buena aceptación de la audiencia.
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