por LETICIA MAYCOTTE
El cine mexicano en la década de los sesenta sufrió un estancamiento; surgía un nuevo medio de entretenimiento, la televisión, además Hollywood tomó ventaja entre las clases medias y altas, a pesar de esto surgen nuevos cineastas buscando distintas formas de expresión cinematográfica.
A finales de los sesentas arriba un fenómeno procedente de las historietas. Yolanda Vargas Dulché tiene una filmografía breve pero sustanciosa de siete películas de las cuales cuatro fueron éxitos taquilleros. “María Isabel” (1968),”El amor de María Isabel” (1968), “Rubí” (1969), y “Yesenia” (1971). En estas historias hablaba del racismo, el campo contra la ciudad y las clases sociales.
Pionera en el manejo de conflicto de género y una escritora valiente que se atrevió a cuestionar lo que significa ser hombre y mujer, demostrando de esta manera su astucia.
En junio de 1979 Yolanda Vargas Dulché recibió la noticia de que durante la semana de cine mexicano en China, tres películas a color se proyectaban en aquel país: Yesenia, María Isabel y Corazón Salvaje. El evento fue organizado por el ministro de cultura china, en el marco del acuerdo Chino-Mexicano de intercambio cultural. El éxito de Yesenia fue tal que miles de personas se quedaron sin poder verla, por lo que el gobierno chino decidió comprar los derechos para poder exhibirla en todo su territorio.
En 1976, el presidente José López Portillo nombró a su hermana Margarita como directora de radio, televisión y cinematografía (RTC), gestión que se manejó con la visión de regresar a la época del cine de oro mexicano, cambiaron las políticas de exhibición, se trajeron a directores extranjeros a filmar aquí tratando de internacionalizar el cine mexicano, surgiendo una nueva industria cinematográfica privada la cual en pocos años se adueñó del mercado mexicano.
Es en este momento donde la televisión privada también hace su aparición con películas como “El chanfle” (1978), “Milagro en el circo” (1978), “la ilegal” (1979), y “Nora la rebelde” (1979).
Esta industria se caracterizó por producciones de baja calidad y contenido producidas en muy poco tiempo con el fin de enriquecerse solamente. ”Bellas de noche” (1974) y “Las ficheras” (1976), ambas dirigidas por Miguel M. Delgado, iniciaron la corriente del cine de ficheras, cabaret y albures. A diferencia de sus antecesoras, las rumberas, estas nuevas "damas de la noche" aprovecharon las facilidades otorgadas por las autoridades fílmicas para prodigar desnudos y maldiciones.
En 1965 Fernando Almada fundó Producciones Almada. Su primer argumento, “Nido de águilas”, marcó la introducción al ambiente cinematográfico, ambiente en el que contaban como prima hermana María Félix. En 1965 comenzó a rodar “Los jinetes de la bruja”, donde Mario Almada incursionó como actor cubriendo la ausencia al actor Bruno Rey que tuvo un accidente. Le siguió “El tesoro de Atahualpa” filmada en el Perú durante varios meses.
“Todo por nada” fue la película que identificó a los hermanos Almada como la pareja inseparable y exitosa de esta época. Mario obtuvo la diosa de plata como revelación masculina de 1970. En “El tunco Maclovio” también obtuvo esta presea.
Este dueto se caracterizó por no utilizar dobles durante las escenas de riesgo y peligro en sus películas así como abordar temas de violencia, crimen, traición y narcotráfico. Durante esa época en Estados Unidos estaba de moda el Western y ellos intentaron copiarlo creando así el Chili Western.
Fueron los críticos e intelectuales mexicanos quienes acusaron a los Almada y posteriormente al cine de las ficheras de ser los creadores de géneros que provocaron la crisis del cine mexicano.
Esta fue una época de oscurantismo en el cine mexicano, en el que los empresarios sin ninguna visión artística ni cultural encontraron en el cine una oportunidad para enriquecerse y no dimensionaron la huella vergonzosa que dejarían en el escenario internacional del cine mexicano.
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