texto y fotografía ERIC EDUARTE VILLA
El cine es majestuoso cuando se mira en pantalla grande, pero son pocas las películas que pueden presumir de su complejidad majestuosa detrás de su realización. Evocando la mítica cinta de Werner Herzog "Fitzcarraldo", nos trasladaremos al desierto de Sonora para hablar un poco de lo que ha sido la realización de la película Sonora, de Alejandro Springall, quien produjera La delgada línea amarilla.
"Sonora" cuenta con locaciones en el desierto de la reserva de la biosfera de El Pinacate, que se encuentra al norte de la ciudad de Puerto Peñasco, en el estado de Sonora. Contó con una producción de 60 millones de pesos y fue filmada en siete semanas bajo una temperatura diaria de 45 grados centígrados, ocho actores, cuatro actrices y una niña en locación, junto a otras cien personas en crew.
En plática con el director y la audiencia cinéfila de Durango, Alejandro nos comentó que el equipo de producción recorrió el trayecto de filmación a pie los mismos kilómetros en que recorren los personajes en pantalla, siendo alrededor de 200. Nos contó que la producción fue una odisea por el clima y la vida silvestre del lugar, ya que estaban expuestos a la presencia animales que habitan la región desértica.
La travesía por las dunas del desierto fue lo más complicado para la producción, pues se volvía insoportable estar ahí, al grado que el propio Alejandro le pidió a su productora Bertha Navarro, de 75 años de edad, que se regresara por salud, que no estuviera presente en el rodaje que era extremo para cualquiera. Los actores percibían que literal estaban viviendo lo del guión en plena filmación Se tenía que realizar una toma sin repetir, el desgaste actoral y el cuidado del equipo técnico complicaban darse el lujo de hacer más tomas.
Alejandro agregó que terminó catatónico tras finalizar la producción, el control de la continuidad también resultaba una odisea, se llegó a pedir permiso a la tribu de los O'dham para filmar en ese territorio desértico, el cual es sagrado para ellos, adentrase a una región protegida por la UNESCO y siendo un lugar histórico para la ciencia donde es la zona conocida también como "Los 400 conos", donde los astronautas se entrenaron seis meses antes de ir a la Luna.
Y la odisea fílmica llegó a requerir cuidar un Chrysler de 1929; el director mencionó en broma que llegaba a cuidar más el coche que al propio elenco. Si algo le sucedía o si pasaba las circunstancias descritas en el guión, la película no podía continuar. Tras la charla de la función, Springall nos ofreció una exclusiva donde nos comentó lo siguiente:
¿Cómo nació la idea para realizar Sonora?
Estaba buscando locaciones para una película llamada La delgada línea amarilla y quería filmar en Sonora porque ahí se pueden encontrar largas rectas y después la sierra con carreteras curvas. Estaba revisando todas las carreteras del estado y un amigo mío, Guillermo, que es escritor de Puerto Peñasco, me dijo: "espérate, quédate un día más y déjame llevarte al Pinacate", y cuando llegamos ahí enloquecí y le dije: "Memo, yo voy hacer aquí una película, voy hacer una investigación a ver qué más puedo sacar" y me dijo: "No, yo tengo una investigación hecha, es más, yo tengo un libro de investigaciones, déjame dártelo ahorita que lleguemos a Peñasco".
Me dio el libro y me lo leí toda la noche y me enloqueció al saber que era ahí el camino del diablo, que era un desierto muy transitado y lleno de historias, y sobretodo me gustó que había una investigación sobre los éxodos de los chinos y entonces ahí empezó todo, y ya después escribí el guión con John Stells. que es uno de los más grandes guionistas norteamericanos, sacamos el guión y levantamos el financiamiento.
¿Cuál es el cine de Alejandro, qué busca contar desde su perspectiva?
Si tú vez toda mi filmografía, tanto de director como productor, me gusta hablar de momentos muy complicados del personaje, momentos que pueden parecer casi siempre trágicos, pero siempre con humor, porque estoy convencido que la vida no es comedia ni tragedia, es decir, que todo el tiempo pasamos de una cosa a la otra, es parte de la vida y es lo que más me interesa.
Y hasta ahorita he contado historias de México y mis siguientes dos guiones que estoy escribiendo también son de México, pero también quiero hacer algunas cosas un poco más internacionales. Por lo pronto yo feliz contando las historias de mi país por toda la riqueza cultural que tiene y con toda la mezcla que también es México, que es un país del nuevo mundo y que está formado por gente de muchos lugares, no sólo esta idea Vasconcelista de españoles y etnias indígenas. Es de muchos lados.
Ante la situación política y social actual de Estados Unidos, México y otras partes del mundo ¿Se tiene algún riesgo abordar ciertos temas en el cine?
Es el momento para contar estas historias, creo ya no hay pretexto para hacer cine. La verdad es que se pueden filmar grandes historias de una manera muy económica, lo que es complejo es la exhibición, pero también creo que cuando se logra hacer un proyecto de presupuesto bajo, controlado, pues también esta YouTube para darle una audiencia, creo son buenas ventanas. Cada vez hay menos dificultades para hacer cine, incluso para que el público las vea también, y yo creo es urgente contar las historias porque necesitamos crear conciencia, es como está pasando con la violencia hacia las mujeres que se ha creado mucha conciencia, lo mismo con el racismo en México y la xenofobia.
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