miércoles, 1 de mayo de 2019

El xenomorfo: más humano que animal

texto ANDREI MALDONADO

Quizá ha sido incomprensible para muchos que no haya comenzado el análisis con el protagonista de las pesadillas de esta saga, el xenomorfo. Quizá sea porque rehúyo a obviar en aspectos que, para todos, son los más evidentes. Y es que, aunque la bestia pareciera ser el actor principal, las mujeres y los androides reclaman un lugar privilegiado en la historia.

Pero no podemos negar que sin monstruo qué combatir no habría heroínas, sin criatura qué inventar David no tendría motivo para existir. Ahondemos entonces en el “Alien”, el objeto de deseo de la compañía Weyland-Yutani, que hasta este párrafo me había reservado su nombre para poder ahondar más en ella solo después de describir el resto de los elementos.

El xenomorfo, en palabras de Ash y David, es una criatura perfecta, que no tiene otro objetivo que el de matar. Ripley lo reconoce como un monstruo con el cual no se puede negociar, un ente capaz de aniquilar la existencia misma. En algunas películas se le considera como un simple animal, aunque a la luz de la última el xenomorfo es algo mucho más allá.

Este ser vendría a ser el arma definitiva de los ingenieros para acabar con la raza humana, aunque ellos no se atrevieron a crearlo en sí, sino que fue David, en su ambición, quien engendró al ser perfecto. Es por su agresividad y los elementos que lo hacen casi invulnerable (fuerza, rapidez, capacidad para sobrevivir en casi cualquier entorno, sangre ácida) que lo desea tener la compañía.

Weyland-Yutani, fundada por Peter Weyland, creador de David, es la tan mencionada “compañía”, un conglomerado espacial ambicioso, cuyos fines representan lo más bajo de la condición humana: son capaces de sacrificar vidas con tal de obtener al monstruo para, después, usarlo como arma en futuras guerras entre humanos o contra otros seres espaciales.

El xenomorfo, quien nace de un huevo, es un parásito que crece en el cuerpo de un huésped, del cual emerge. Puede ser humano o bien otro extraterrestre o hasta un perro (como en Alien3), y en cada mezcla el resultado es un ser con capacidades diferentes, mejores podría decirse, principalmente usadas para matar, como fue el Alien humanoide de Alien: resurection.

En Alien: Covenant se introdujo otro monstruo al universo Alien: el neomorfo, un ente que igualmente necesita un huésped, pero este surge a través de unas esporas. Posee fuerza, agilidad y sangre ácida como el xenomorfo, pero su apariencia física es distinta. En el material extra de la película David explica que esto se logra al mezclar la “sustancia negra” con los animales de cada planeta.

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