Existen muchas sagas inolvidables para los cinéfilos, trilogías y tetralogías que han pasado generación tras generación. Pocas han generado en torno suyo una discusión que va más allá del simple fanatismo o la mercadotecnia, que encierran en ellas todo un universo digno de la reflexión, desde lo argumental hasta por su calidad a nivel producción. Una de ellas es, sin duda alguna, Alien.
La historia que dirigiera Ridley Scott en 1979 se ha convertido, al paso de cuatro décadas, en el estandarte del cine de ciencia ficción, pero también del cine de género, el del terror espacial. Con Alien: el octavo pasajero se instauró un estilo de asustar a los espectadores con monstruos espaciales. Parodias, influencias y mercadotecnia que ha influido a cuatro generaciones completas.
Es por ello que en Cinéfagos no hemos querido dejar pasar una fecha tan importante como el 40 aniversario de esta película sin hacer un repaso no solo a la historia primigenia, sino a todo el universo que se ha generado en torno a ella con sus predecesoras, ya sean a modo de secuelas, precuelas o historias alternativas. Una forma de reconocer a una de la que es y será una de nuestras historias favoritas.
LA HISTORIA
Alien o Alien: el octavo pasajero, título bajo el que llegó a Latinoamérica, comienza en torno a los siete tripulantes de la nave comercial Nostromo, los cuales son despertados de su hipersueño a mitad del camino de regreso a casa, esto cuando el sistema de navegación detecta una señal desconocida proveniente de un pequeño planeta denominado LV426.
El capitán Dallas, el segundo al mando Kane, la teniente Ripley, la piloto Lambert, el capitán científico Ash y los mecánicos Brett y Parker descienden a ese inhóspito mundo en el cual encuentran una extraña nave espacial. En ella los aguardan, además del esqueleto de un extraterrestre, unos huevecillos. De uno de ellos sale una extraña criatura que se prende al rostro de Kane.
Ahí es cuando comienza la verdadera historia. Los acontecimientos que se dan a continuación trascenderán el tiempo y crearán una saga de cuarenta años. En medio de la última cena Kane comienza a convulsionar, y de su pecho brota una desagradable criatura: el xenomorfo. Este ser empezará a crecer y con él su sed de sangre, matando uno a uno a los pasajeros del Nostromo.
Únicamente Ellen Ripley y su gato Jonesy son capaces de sobrevivir a la explosión del carguero espacial y del monstruo, el cual sale volando por el espacio. La esencia del terror de esta película se logra desde el desconocimiento a lo que los infortunados tripulantes se están enfrentando, y que el propio espectador es incapaz de ver, pues casi no se muestra en pantalla a la bestia.
Este rasgo ha sido destacado por grandes cineastas y guionistas como es el caso de Xabier Robles, responsable del guion de Rojo Amanecer, quien reconoció que el no mostrar explícitamente al antagonista es algo que él replicó en su película, al únicamente escuchar la amenaza de la matanza que se cernía sobre los habitantes del multifamiliar de Tlatelolco la tarde del 2 de octubre.
Por otro lado, el cineasta, dramaturgo, actor, taratólogo y escritor Alejandro Jodorowsky manifiesta que películas como Alien consiguen recordarles a las personas el miedo primigenio que, pese a nuestro raciocinio, preservamos de nuestro instinto animal: el miedo a ser devorados y el impulso casi irrefutable de supervivencia, que te hace correr, temblar, llorar, sufrir e implorar.
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