domingo, 23 de diciembre de 2018

Reseña: The Man Who Killed Don Quixote

texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ

Sin duda había que escribir sobre esta película, cuyo significado no es más que la culminación del sueño de un hombre que desde hace 29 años esperaba verlo consumado, pero no les puedo negar que al terminar de ver la película, que en términos generales yo podría decir es muy divertida y entretenida, en mi cabeza rondaba la pregunta y que no le pude hacer ya que tanto su presencia como la plática con la audiencia fue muy breve: "¿qué tanto se habrá modificado su idea original ahora, tanto tiempo después de los infortunios que tuvo el proyecto?".

La película nos expone la vida de Toby, un director de cine laureado y respetado por el gran genio que es (uno puede bien identificar a Toby como el alter-ego del mismo Gilliam) quien se encuentra filmando una película sobre el Quijote de la Mancha en España, pero parece se le ha agotado las ideas y el amor por lo que hace, es así que la figura de su productor ejecutivo aparece trayéndole algo de inspiración desde el pasado de un Toby joven y estudiante quien imprimió todo su amor en una pequeña película experimental que hizo del Quijote.

Tratando de buscar a las personas que lo hicieron feliz en ese proyecto se da cuenta que tanto como él fue tocado por ese capítulo de su vida, hizo que las personas involucradas creyeran tanto en él al grado de abandonar la espantosa realidad para internarse en la benevolente locura, aunque esta al final haya sido una mera ilusión. Es entonces que en este viaje Toby encuentra una vez más el verdadero significado de la vida y vuelve a encontrar el amor que hace que las cosas valgan la pena, para entregarse a la locura y cabalgar como el Quijote una vez que este abandona otro cuerpo mortal para seguir cabalgando hasta que el Quijote vuelva a morir y este renazca quizá en uno de nosotros.

El ver la película y después oír hablar con tanto sentimiento al director de esta es algo que hace que uno siempre valore este tipo de encuentros dentro de los festivales. Además de los problemas legales que tuvo antes de proyectar la película en Cannes, de elegir entre Sancho, el Quijote y Toby, y de hablar de hablar del por qué hacer una película sobre El Quijote, siendo un personaje español, el director hablaba de lo que fue su trabajo con Adam Driver, quien también estuvo en la sala presentando la película, hablaba de lo formal y serio que era a la hora de trabajar, mientras él era un desorganizado en todo, y que eso había hecho un raro acoplamiento entre sus personalidades, además de elogiarlo al decir que para él era el mejor actor de su generación.

Adam Driver por su parte no dejó de hablar cosas maravillosas sobre el director, confesó que no sabía nada de El Quijote antes de unirse al proyecto, pero que una vez que leyó el libro le resultó interesante que cosas maravillosas podrían salir de la mente del director. Habló de su paso por la marina y cómo había decidido convertirse en actor y que por un tiempo no le importó si vivía en las calles de Nueva York con tal de conseguir su sueño, un sueño que empezó no hace más de diez años y que hoy día lo vemos siendo un actor por demás reconocido no sólo por sus películas taquilleras, sino por sus grandes actuaciones en películas indies y trabajando de la mano de los grandes directores como Jarmusch o Scorsese.

La película tiene sus altas y sus bajas en cuanto a lo narrativo y el ritmo, pero el mensaje se entrega completo al final, y nos hace querer tener a Terry Gilliam para rato, y que como diría Guillermo del Toro: lo dejen hacer todo lo que quiera

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