texto ERIC EDUARTE VILLA y ANA KAREN CONSUELO
fotografía CÉSAR MENDOZA
¿Qué sería de los acontecimientos trágicos que han manchado y marcado la historia de nuestro país sin los guiones del escritor Xavier Robles? Es una respuesta difícil de dar o podría ser algo complejo, pero al momento de planteamos para qué sirve el cine y cualquier otro arte nos damos cuenta que cualquier cosa que suceda en este mundo necesita de él para ser escuchado y más que nada para reflexionar sobre ello.
Para Xavier Robles cada guión que ha escrito tuvo un motivo para mover las conciencias del futuro, las conciencias de las generaciones que van entrando hacia la sociedad. En una visita a su casa en la Ciudad de México Xavier nos compartió precisamente esa reflexión del porqué de sus guiones, aquellas basadas en hechos como el 2 de octubre o la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Haciendo memoria sobre cada una de las películas que escribió Xavier nos platicó algunas anécdotas en varias de sus cintas y el trabajo que realizó junto a Felipe Cazals.
En Cabeza de Vaca retiré mi crédito porque destrozó el trabajo de guión Nicolás Echevarría y además tuvimos una pésima relación personal. Él me lo sigue poniendo pero yo lo retiré. Pero tengo otras cosas muy padres como la película Los motivos de Luz de Felipe Cazals. Y hay una película que me gusta mucho que se llama El tres de copas que curiosamente no es de política, es un melodrama histórico que también dirigió Felipe Cazals y desde luego Bajo la Metralla, que está considerada por algunos analistas y críticos de cine como una de las películas más redondas del cine mexicano, pero básicamente mis clásicos, que se puede considerar que ya tengo clásicos dentro del cine son Rojo Amanecer, Las Poquianchis y Los motivos de Luz.
Lo sucedido en Tlatelolco en 1968 fue hecho sangriento ¿Cuál es el motivo de un escritor de llevar acontecimientos trágicos hacia al arte?
En primer lugar porque se trata de reflexionar sobre ese suceso, sobre esa situación para que no vuelva a ocurrir. En el caso de Rojo Amanecer se trata de un genocidio y un genocidio es intolerable por cualquier motivo, es algo inadmisible para la sociedad, de cualquier signo político que sea el genocidio, el genocidio simplemente no debe ser tolerado, no debe ser permitido, debe ser erradicado de la cultura humana. Y entonces esa es una poderosa razón para escribir algo y en las circunstancias en que ese algo se da, para que no vuelva a ocurrir.
En Rojo Amanecer casi no se ve algo político, no se ve una resolución al problema, simplemente vemos la tragedia que ocurre en Tlatelolco pero lo vemos desde un encierro, jamás hay una imagen del exterior de la matanza. ¿Porqué contarlo de esa manera?
Aquí hay dos reflexiones, la primera es que si toma un tema político y es el hecho de que no se había mencionado al ejército como un asesino en una película, excepto en La Sombra del Caudillo y no sale bien en la película. Otra cinta fue El automóvil gris. Digamos que han sido las películas donde peor se ha visto parado el ejercito mexicano y esta vez Rojo Amanecer los ve como asesinos, como represores y eso es como el principal mérito político, porque esta película se filmó en una época donde estaba totalmente prohibido tocar el tema. Había tres temas prohibidos en el cine: La religión, el Ejército y la Virgen de Guadalupe. Entonces en ese sentido Rojo Amanecer marca un nuevo camino, marca una diferencia y marca un nuevo derrotero para tratar al Ejército por lo menos.
La otra cuestión es porque en un ambiente encerrado. Digamos que el Ejército no nos iba a prestar sus tanques ni a sus soldados, iba ser muy complicado filmar en la plaza (De las 3 Culturas) y eso es algo que detiene a muchos directores al momento de editar. Sin embargo a Guadalupe y a mí se nos ocurrió que no podíamos ver la represión, sino escucharla. Esto tiene un origen dramático muy interesante, por ejemplo una película de Ridley Scott que se llama Alien: El octavo pasajero nunca vemos al monstruo, sólo vemos fragmentos del monstruo, esto a su vez esta basado en un pasaje de “Drácula” de Bram Stoker, donde Drácula viaja en un barco y desparecen misteriosamente todos los marinos que viajan a Londres, eso tampoco se ve ni se describe en la novela. Entonces encontramos que hay elementos muy importantes en lo que no se ve y de hecho el cine es el arte de contar lo que no se ve. De aquí surgió la idea de escuchar la represión, pero esa represión en fragmentos de manera que sonara aterrorizador, terrible y es como tener al monstruo todo el tiempo presente.
Usted menciona que estás películas son para reflexionar pero desde entonces han ocurrido muchas cosas incluso peores. ¿Cree que se logró algo con Rojo Amanecer?
Yo creo que las películas no tienen un objetivo de lograr algo, las perturbaciones sociales o las transformaciones políticas profundas no las hacen las películas, las películas y los cineastas nada más reflexionamos de la realidad de sucesos tristes, dolorosos, alegres, melancólicos, etc. Pero el cine nunca ha cambiado la realidad de un país, el cine es como un libro, un libro no cambia ni una realidad por más que los enciclopedistas franceses influyeron en la revolución francesa, no fueron la enciclopedia y los trabajos de Diderot y de Voltaire que transformaron la realidad social, fueron las armas, las armas...
Entonces el cine es un instrumento para aquel que quiera ver y analizar la vida como un libro, como un espectáculo de teatro, como un musical; la música también cumple su objetivo sustancialmente. Entonces no se trata de tener un objetivo. Es decir: voy a escribir Rojo Amanecer, claro para que esto no vuelva a suceder, ese es el objetivo, para dejar constancia, para dejar memoria. Finalmente el cine es el registro de la memoria de que los pueblos no deben olvidar y de que los gobiernos no deben de hacer, y tampoco es para decir metí cinco mil espectadores al cine, ese no es un objetivo y sí los tiene, Rojo Amanecer sí tuvo más de cinco mil espectadores en el cine.
¿Y por qué contar la historia de Las Poquianchis, cuál fue la intensión?
Las Poquianchis es interesante por muchos motivos. En primer lugar se trataba de escribir sobre la realidad de la prostitución campesina, en el cine nunca se había tocado ese tema y hasta la fecha sigue sin tocarse como un objeto de glamour, es decir, las mujeres o son amas de casa o son putas ¿no? son monjas, nunca se había tratado a la mujer desde la prostitución campesina como mujer, como una mujer que sufre, que tiene hijos, que tiene sufrimientos muy grandes como prostituta. Aquel que paga una prostituta no sabe lo que sufre una prostituta, si lo sabe parece ignorarlo porque lo fomenta y ayuda. Entonces la prostitución tiene muchas caras, ya decía Sor Juana Inés: “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de los mismo que culpáis”.
La prostitución campesina tiene un ingrediente muy grave; Son los padres que venden a sus hijas, ellos son los tratantes de blancas, (secuestradas) es decir hay un delito añadido. Finalmente el gobierno puede ocultar cualquier cosa menos el crimen, cuando el gobierno comete un crimen hacia la sociedad ya estamos mal, una sociedad no es para criminalizarla de ninguna forma. Esto por un lado, por el otro lado; se había presentado el caso de las Ponquianchis por la revista Alarma, ya saben, de una manera amarillista, sucia, sin analizar a fondo del problema. Entonces esto le sirvió a Tomás Pérez Turrent con el que escribí el guión, para burlarnos un poco de todo eso, es decir, atrás de la película hay una burla sangrienta hacia los periodistas amarillistas, hacia los reporteros que andaban buscando el morbo, hay toda una burla e ironía muy fuerte. Por otro lado las mujeres, las hermanas, Las Ponquianchis finalmente fueron acusadas. Era una familia común y corriente, hijas de un señor ranchero de El Salto, Jalisco, que era un cantinero como cualquier otro, un hombre de pueblo.
El caso de las Ponquianchis se han involucrado dos exgobernadores; el de Jalisco y el de Guanajuato. Esto hacía ya totalmente intolerable el acto de corrupción, prostitución, trata de blancas, tráfico de drogas y todo lo que eso implicaba. Entonces por cualquier ángulo que veamos la película es un referente de un montón de cosas que no deben de suceder, un soldado, un sargento y un general del Ejército estuvieron involucrados en este suceso ampliamente, claramente en este acto delictivo o en esta cadena de actos delictivos. Y por último tenía esta cosa que hay que reflexionar por qué ocurre para que estas prostitutas se convertían en golpeadoras, unas eran víctimas y otras eran verdugos les decían, la verdad es que ambas eran víctimas y verdugos, golpeaban en alguna ocasión y después eran golpeadas. Es decir es un sistema en donde la propia víctima finge como cómplice, como delincuente. Entonces todos estos ángulos de análisis nos parecieron a mí, a Tomás Pérez y desde luego a Felipe Cazals, que merecían ser analizados con profundidad.
Hay artistas que toman eventos trágicos que la gente busca olvidar, pero los recrean para dejarlas permanentes en la memoria. ¿Hasta dónde el artista se permite llegar, aprovechándose de aquellas situaciones que han marcado y manchado a la humanidad?
Yo no diría de aprovecharse de esas situaciones porque es un tema un poco duro, pero sí diría que la tragedia existe en general desde tiempos muy remotos. Yo escribí un libro que se llama “La oruga y la mariposa: Los géneros dramáticos en el cine” y ahí abordo el tema de los géneros dramáticos en el cine precisamente, y desde luego la tragedia es un tema fundamental del arte escrito; desde Esquilo y Sófocles hay una persistente manera de mirar todo aquello que es doloroso y que esta causado muchas veces por una conducta soberbia. La conducta soberbia determina mucho la tragedia, particularmente la tragedia moderna y la clásica. Hay también una situación que manejaban los griegos y posteriormente Shakespeare, la tragedia Isabelina, Marlowe, que es la situación de violencia que se da a partir del estado.
Si ustedes analizan una tragedia griega, por ejemplo Medea mata a sus hijos pero porque Jason la ha abandonado para casarse con la hija del Rey, del dictador, del Creonte o si Edipo es rey; es decir, el Estado siempre esta involucrado en la tragedia y en la tragedia moderna mantenemos ese elemento. La tragedia además esta determinada por una decisión trágica, es decir el personaje trágico asume siempre su condición trágica, ese es por lo general un personaje fuera de serie, excepcional por algún motivo, y lleva su patología hasta sus últimas consecuencias y eso es producto justamente de una decisión trágica. Finalmente en la tragedia hay un elemento que se llama “Tique”, lo que los griegos llamaban el “Dique”. El Dique es la armonía universal de la sociedad, del género humano. Cuando alguien rompe ese “Dique” era castigado por los Dioses, en el caso de la tragedia griega e Isabelina era castigado por las fuerzas malignas. Entonces cuando se asesina o se desaparece a 43 normalistas de Ayotzinapa, cuando se asesina y se reprime a 200 estudiantes en Tlatelolco hay un rompimiento del “Dique” y esos son elementos y situaciones trágicas por sí mismas. Es decir, es el plano natural de la tragedia. No es que el escritor piense: voy a escribir algo que apantalle o que llame mucho la atención o que impacte a X o Y, no, tiene una serie de razones dramáticas y estéticas.
Sobre su más reciente trabajo cinematográfico, el cual dirige el mismo Xavier, un documental que habla sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa nos platicó:
El documental existe y se llama Ayotzinapa: crónica de un crimen de Estado. Es un documental que realizamos hace dos años, que se exhibió con mucho “éxito” en todo el mundo. Cuando hablo de la palabra éxito la pongo un poco entre comillas porque ¿Qué es el éxito? Pues es muy difícil decir qué es, pero digamos que ha sido exitosamente presentada en más de 300 ciudades de aproximadamente 50 países de todo el mundo, se ha exhibido en Uruguay, Cuba; ha obtenido premios en algunos lugares como Italia, Francia, en algunas universidades públicas importantes como la de Nueva York, se ha exhibido en Melbourne, en Nueva Zelanda.
Entonces digamos que a tal grado esto que ha ocurrido que Eduardo de la Vega Alfaro, un reconocido crítico del cine mexicano, califica a la película como “el documental más visto del cine mexicano en el extranjero de todos los tiempos”, entonces podemos llamar que esto es haber cubierto los objetivos iniciales exitosamente. La película además no tenía un ingreso para nosotros, la mitad de los ingresos era para recuperar los costos y la otra mitad fue donado a los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, y ellos lograron recaudar a través de nosotros 170 mil pesos hasta ahora, y una sala de cómputo que les donó la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, entonces eso también es un logro del documental. Y nosotros recuperamos, que ese es otro logro del cine independiente, porque estamos en una época donde es muy difícil hacer cine sin apoyo del Estado. Y esa es la virtud que tiene como cine independiente, que es ajena a cualquier política estatal o a cualquier política de una empresa. A veces se da mucho que dé a través de fideicomisos. Por ejemplo Bimbo no va a apoyar una película de una tragedia política, Bimbo va apoyar una película donde se coman ricos panes dorados en el desayuno. Entonces este es el problema de los fideicomisos y del Estado, el Estado tampoco va a apoyar este tipo de cine y no nos quejamos, sólo pedimos que nos dejen trabajar.
¿Qué se siente recibir un premio por un película que habla de algo que quisiéramos que nunca hubiera pasado?
Nunca hemos ido a recibir un premio al extranjero, el costo del viaje es demasiado caro, siempre nos lo envían. Por lo general son menciones, papeles, no llegan a ser premios económicos. Por otro lado, decía mi hermana y no le faltaba razón, que los premios son para los niños que se portan bien. Y también podemos decir que los premios están desprestigiados, el mismo Nobel de la Paz esta desprestigiado. Cuando los premios están desprestigiados ya no tienen mucho sentido. Cuando decimos que es una película premiada es por dar un referente, no porque tenga un sentido particular para mí. Yo no hago el cine por los premios.
Si los eventos trágicos de Tlatelolco, de normalistas y el caso de las Poquianchis no hubieran pasado, ¿Qué películas habría escrito Xavier Robles, que le gustaría escribir?
Me encantaría vivir en una sociedad donde yo pueda escribir comedias musicales, donde pudiera escribir una película como El último show de Robert Altaman, La última estación de Radio, escribir películas amables, divertidas. No entretenidas, divertidas solamente, amables con sentido del humor. Me habría gustado mucho escribir una comedia musical, no melodramas, francamente los detesto, pero me habría gustado escribir una pieza con mucha profundidad. De hecho mi último proyecto es eso, y como tal vez esa sea mi testamento, este último proyecto que estoy planeando, pues es un poco hablar de la belleza del teatro, de lo bello que es.
Se llama ¿Quién mató a Seki Sano?, es una adaptación de Adam Guevara y trata de quién mató al arte, quién mató al teatro en México y cómo se murió, cómo fue este crimen ¿Cómo, quién y porqué lo mató? Seki Sano no fue un muerto por nadie, simplemente así se llama la obra. No trata de Seki Sano, trata del Teatro. Y hacemos sus referencias y representaciones a cosas de Shakespeare, actualizadas y llevadas a la práctica del contexto actual hasta reflexiones muy bellas, por ejemplo, cuando tú te miras en un espejo ¿Quién de los dos mira a quién? Yo porque yo me moví y él se queda, no, él no se queda, el también se va. Entonces este tipo de reflexiones tienen un sentir filosófico y político profundo en la obra, que es lo habitual en mi cine, pero tiene básicamente este concepto de la belleza y ese el tipo de lugares que yo me dedicaría a filmar. Si hubiera sí, si el ‘sí’ existiera, si el ‘sí’ hipotético existiera. Pero me hubiera gustado mucho escribir una comedia musical con la nueva trova.
Y ¿Por qué se tardó, porqué no lo hizo en algún momento?
Porque siempre había temas urgentes qué tratar. Como canta Silvio Rodríguez en alguna de sus canciones “le debo una canción a esto, le debo una canción a esto otro”. Siempre hay alguien a quien le debes una película. Entonces vas relegándolo, lo que a ti te gusta, lo que a ti te gustaría ser lo vas relegando en función de lo urgente, de lo más necesario, de los más importante.
2 de Octubre, Ayotzinapa ¿habrá un día que todo esto desaparezca, que dejen de pasar tragedias como esas y que lleguen los días que tengamos paz, motivos para escribir cosas más agradables, con otro tipo de reflexiones que enriquezcan a las personas?
Yo pienso que la tragedia como género nunca va a desaparecer, pero independientemente de eso voy hacer una reflexión muy dura. Yo creo que el género humano se va a transformar, aunque pudiera ocurrir que tengan que pasar 10 millones de años, una vez que esta sociedad cambie y tengan que pasar esos 10 millones de años y vuelva a surgir el ser humano y vuelva a surgir un nuevo concepto de ser humano. Voy hacer esta reflexión tan dura, porque lamentablemente la historia, la sociedad cayó en manos de lo que se llama capitalismo y de algo mucho peor que es el imperialismo, de pensamientos y mentes criminales.
Ganó Trump en Estados Unidos, Putín esta muy bravo, Corea está brava y puede ocurrir una tercera Guerra Mundial y no me extrañaría que ocurriese. Siria puede ser nada más un pretexto, Palestina, el Medio Oriente esta que arde. Todas las situaciones de la mayoría de los gobiernos son una forma de capitalismo diferente, la misma China es un capitalismo de Estado. De alguna forma están tirando a la destrucción de la sociedad y eso no me agrada a mí, no me gusta verlo al final de mis días. Sin embargo, tengo la esperanza, soy un optimista irreductible, tengo la esperanza de que así pasen 10 millones de años esta sociedad va a resurgir como algo nuevo y como algo que nos merecemos todos.
Justo partiendo de esta reflexión que nos ha compartido a través de toda su trayectoria como escritor, y más como escritor, como ser humano. Algo que quisiera compartirle a las nuevas generaciones porque tal parece que conforme estalla la revolución, porque creo que si vivimos en una revolución y es una revolución entre mismos civiles que ha propiciado el capitalismo como el imperialismo. ¿Qué les diría a esas generaciones que hoy caminan en esa individualización, donde ya no existe una comunidad?
A las generaciones yo les pediría únicamente que comprendan que vienen de una sociedad, que se deben a esa sociedad, que su talento y su esfuerzo no sirve sin una sociedad atrás y por tanto que estén al servicio de ella, que estén al servicio de la gente. Yo pienso que ni los partidos políticos ni el estado pueden determinar el arte. Si hay partidos políticos que por ejemplo financian el arte sólo para que los promuevan propagandísticamente eso no debe de existir. El artista sólo debe servir a la gente y el Estado debe estar al servicio del artista, y los partidos políticos también al servicio del artista.
Entonces a estos jóvenes yo les diría, no cosas como “sigan su camino, su voz interior” y todo eso. Yo les diría: Sirvan a la gente, muévanse con la gente, caminen entre la gente. Peleen con la gente, luchen con la gente, muéranse con la gente. Y también les diría que busquen transformar su sociedad, de esto que no es vivible ahora en casi en ningún lugar del mundo, en un lugar que sea vivible, habitable para todos.
El cine es ese instrumento de reflejar una realidad y a veces es complejo hablar de esa realidad y ante eso ¿Que sería lo que le agradecería usted al cine?
Todo, toda mi vida se la agradezco al cine, no sería absolutamente nada sin el cine. Pero digamos que ese cine que encontré sólo tenía sentido cuando estaba al servicio de los demás.
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