texto NITZIA RUIZ ZAPATERO
Este documental, filmado en locaciones de Tlaquepaque y Guadalajara y dirigido por José Villalobos Romero, cuenta una parte de la vida de Jaime García Domínguez, un cantante de mariachi con una personalidad extrovertida y carácter fuerte que, al contagiarse del virus del VIH, tiene que tomar las riendas entre seguir con este estilo de vida o mejorar la relación con su hija.
Esta historia, fuerte y simpática, nos lleva a entender el proceso de una enfermedad tan compleja y los padecimientos que enfrenta ”el charro”. Al término de la película el director José Villalobos comentó que en un inicio él estaba buscando un charro contemporáneo, un charro que representara en su totalidad al charro mexicano y que, al encontrar a Jaime, no dudo de sus capacidades para que fuera el personaje; además explicó que la narrativa planteada juega un poco con la mente del espectador, al no ser tan explícito y dejando algunas preguntas sin responder por completo.
“El charro” aplaudió la genialidad del director para contar su historia, comentando que grabaron muchísimas horas y que al final José eligió lo que consideró importante resultando una película que ni él esperaba. Por otro lado comentó que estos dos ejes que se cuentan, el de su enfermedad y la relación con su hija, constituyen lo esencial en su vida, pues si no hay salud no se puede nada y si no está con su hija no hay amor y tampoco se puede nada. Un momento crucial en la película es cuando la mamá de Analía, la hija del charro, prohíbe que vea a su papá y es ahí cuando el charro comienza a reflexionar sobre su vida.
El público que vio el documental en el Teatro Principal se mostró contento y sorprendido con la presencia del Charro, quien estuvo muy entusiasta de contestar las preguntas y de presentar la película en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato. Sin lugar a dudas una gran historia y una realización estupenda, vale la pena ver El charro de Toluquilla.
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