por ERIC EDUARTE VILLA
Poco antes de fallecer se le preguntó a Ian Fleming si habría una novela donde se terminarán las aventuras del 007 y James Bond muriera. El escritor soltó una risa y respondió: “No puedo darme ese lujo”, y tal parece que condenó al agente con licencia para matar a la eternidad.
62 años después, con 14 novelas publicadas de Fleming, más otras que en la última década han surgido por distintos autores y 26 películas, parece que se tomaron en serio el significado de las palabras de Ian. La última cinta, Spectre, dejaba gran expectación hasta antes de su estreno, principalmente en nuestro país por haberse realizado parte de la filmación en la Ciudad de México.
Pero la expectación también se venía dando por la cinta antecesora de la saga, Skyfall, quien se llevó las palmas por todos lados, y también por el título, que con sólo escucharlo evoca al villano más grande del universo Bond, Erns Stavro Blofeld. Desde el comienzo no nos hace esperar la escena de México, sino toda la película con el ya famoso Gunbarell (El cuarto de Daniel Craig) que después de tanto tiempo reaparece al principio de la película.
De principio a fin fue un homenaje a la famosa saga, una de las escenas recrea la pelea a bordo del Orient Express de la cinta From Russia With Love en la segunda entrega de la franquicia en 1963. Pero también están las escenas que plasman el mundo de hoy, con esa reunión de Spectre en Roma, donde los agentes hablan de los negocios del mundo.
Sí, la película toca temas reales sobre quiénes y cómo dominan este planeta, una escena aterradora hasta cierto punto, donde se descubre la presencia de Bond en la reunión. “Cucú”, ¡Sorpresa James! El verdadero terror de la organización y la forma en cómo opera se dejó ver en ese momento, todos somos vigilados. Pero no era todo, había que ir más al fondo con el pasado del mismo personaje, del cual quedaron ganas de ver más.
Y sobre los homenajes ¿Debió ser esta la cinta para el 50 aniversario? ¿Vemos lo de siempre? Si, pero distinto. Desde que llegó Craig cambio la esencia 007 y hasta el momento ha mantenido ese cambio.
La música, uno de los elementos importantes de estas películas, se enfocó a la situación amorosa del espía con su chica, donde por fin el Bond de Craig se quedó con una al final, siempre tenía la desgracia de que sus relaciones terminarán de manera trágica, dando al soundtrack ese camino con la letra y voz de Sam Smith que nos hizo ver el verdadero objetivo de este espía, su simple amor por una mujer; no tanto un agente queriendo acabar con el villano, eso tal vez desestabilizó el objetivo central de la trama, evidenciando así la falta de solidez tanto en sus sentimientos como en sus tareas.
Dejándonos un final donde prefiere dar paso a una nueva vida para Bond, el cual sí fue un buen acierto para el desenlace pero desconcertante para el futuro del personaje en el cine; al menos todo indica que es el adiós del actor Daniel Craig como agente Británico.
A pesar de los grandes detalles y huecos en esta última cinta, Bond sigue convenciendo el porqué no deja la licencia definitivamente. Bond siempre regresa, porque sabe dejarnos con las ganas de seguir viéndolo en la pantalla grande.
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