por SETH ÁLVAREZ
Conocí al director Ricardo Benet en el Festival Colima de Cine 2014, cuando presentaba su segundo Largometraje Nómadas. Hace poco, me puse en contacto con él para charlar un poco sobre sus inicios, su trabajo y sus futuros proyectos.
Mi estimado Benet, platícame un poquito cómo llegaste al cine.
Pues por contagio. Mi padre, ingeniero civil, se iba de avanzada con su maquinaria adonde había chamba. Para mi madre era más promisorio quedarnos con los abuelos en mi natal Cardel, Veracruz, y ya una vez establecido, lo alcanzáramos. A ella le encantaba el cine. Desde niña se escapaba a la carpa de los húngaros que llevaban unos inverosímiles programas dobles a los pueblos. Por ejemplo, una ranchera se complementaba con otra de Bergman. Mi madre y yo, desde que tenía los 3 años, esperábamos a mi padre en el Distrito Federal. Entonces, ahí, cargaba conmigo al cine París o al Paseo a ver películas europeas. Yo desde luego me dormía a los 10 minutos, pero aquellas primeras imágenes me contaminaron. El daño estaba hecho.
¿Entonces no viviste mucho tiempo en tu natal Veracruz?
Solo los tres primeros años de mi vida. Luego en el Distrito Federal y casi toda mi niñez en Navojoa, Sonora. Ahí mi padre trabajaba en diversas obras.
¿Y cómo fue que decidiste estudiar cine?
Pues fui un estudiante de cine tardío. Salí joven de prepa. A los diecisiete. Como la carrera de cine implicaba tiempo completo y yo tenía que trabajar, me decidí por el plan B: Arquitectura. Esta carrera las estudié en la UNAM. La ejercí bastante tiempo y cuando tenía ya veintiocho recuperé el viejo sueño del cine. Tras una temporada en Europa, regresé, hice el examen en el CCC y me quedé.
Aparte del CCC ¿estudiaste en otras escuelas?
Pues antes yo había comenzado como muchos cineastas, con la fotografía fija. En París había tomado algún curso. Desde niño era un gran cinéfilo y lector de todo asunto cinematográfico. Pero formalmente hasta la carrera en el CCC. Donde por cierto comencé como cinefotógrafo y luego me decidí por la dirección.
Tu opera prima, “Noticias Lejanas”, ganó muchísimos premios a nivel internacional. Platícame un poco de ese proyecto.
Pues estaba en una etapa muy frágil en mi vida. La carrera de cine se había alargado por razones presupuestales. Agrégale la construcción del nuevo Centro de las Artes y otras cosas. Entonces un día fui a ver un par de malas películas mexicanas. Entre la indignación y la ansiedad veo la nueva convocatoria -2003- para el proyecto Ópera Prima. Esta es una convocatoria para egresados del CCC que aspiran por un largometraje. Me senté y apuré -de entre muchos apuntes y correcciones que ya tenía- a escribir sin parar por tres semanas un guión que resultó en Noticias Lejanas.
Tras casi un año agotador de decisiones y de entre más o menos diecinueve proyectos, finalmente fue el ganador. Ya estábamos en octubre y se nos pedía, por cosas presupuestales, tener listo todo el rodaje antes de fin de año. Entonces nos apuramos. Filmamos tres semanas de noviembre en las altas llanuras de Puebla-Veracruz y una semana de diciembre en el Distrito Federal. Después, a esperar el 2004 para los dineros de post-producción. La película estuvo lista para estrenarse en marzo del 2005, en el Festival de Guadalajara.
Vaya que le fue muy bien, ya que recibió muchos premios, entre ellos 3 Arieles.
Sí. En Guadalajara comenzamos con 3 premios e invitaciones a una decena de festivales. Finalmente se fue a más de sesenta. Se vio y ganó más premios en el extranjero que acá.
Fantástico. Ahora, ¿Cómo es tu proceso para escribir una película?
Usualmente la imaginación y las ganas de filmar se me destapan con la literatura. Un buen libro me emociona y entro en un periodo de ansiedad creativa. Entonces recuerdo lugares, recorro paisajes y ciudades. Luego me viene una preocupación de vida: el desplazamiento, el encierro, la fragilidad del individuo. Entonces trato de armar una historia lo más aterrizada y lo más simple posible en anécdota. Pero sin soltar la preocupación filosófica. Un crítico apuntaba, a propósito de Noticias Lejanas, que "era una película potencialmente plagada de lugares comunes, que sin embargo inauguraba otra mirada".
¿Y qué es lo que más te apasiona, el guión o la dirección?
Ambos. Me gusta mucho la posibilidad de transformar mis preocupaciones éticas y filosóficas en historias e imágenes. Claro, si hay un texto o historia que coincida con mis obsesiones, también. Como en el caso de mi próximo guión y película -la tercera- que estará basada en un hecho real de los años ochenta. Por otro lado, la dirección me da la oportunidad de decirlo de la manera gráfica y estética que yo deseé. Me gusta ver la pantalla como un lienzo donde se puede explorar más allá de la anécdota; con paisajes, rostros, texturas, movimientos de cámara.
Bien. Háblame de Nómadas, tu segundo largometraje.
Fíjate que todo fue armándose de manera extraña. La historia surgió en 2005 cuando, invitado con Noticias Lejanas a Tribeca, vagaba en una tarde de domingo por una parte solitaria y abandonada de Nueva York. De pronto vi a un par de obvios inmigrantes ilegales. Deambulaban en su día libre en una ciudad que no era la suya, tratando de ser invisibles. Esa idea destapó la historia.
Interesante. Y ¿Cómo fue trabajar con Tenoch Huerta y Lucy Lui?
Inicialmente pensé en la relación de un treintañero con una mujer madura que evitara un encuentro convencional. Siempre quise a Susan Sarandon -de hecho el personaje conservó el nombre de Susan- pero fue imposible contactarla; llegar a ella. Con los dineros ya conseguidos y el tiempo encima, nuestros co-productores en California, que se encargaban de casting gringo, le pasaron el guión a Lucy Liu y la atrapó.
A la mañana siguiente pidió un encuentro y a los dos días estaba yo en Beverli Hills almorzando con ella. Claro, había que variar algunos mecanismos en el guión, ya que era mucho más joven que lo que el personaje suponía. Mientras, en D.F., seguía en la búsqueda del actor de treinta años. No tenía a nadie en mente. Mi idea era alguien con carácter; muy mexicano, de clase media, con personalidad. Una especie de Salvador Sánchez o Gómez Cruz a los treinta. Vi algunos de los actores más solicitados y alguien me habló de Tenoch, vi Sin Nombre y llegó al casting. Atrapaba la cámara, tenía esa intuición y carisma necesarios para el personaje. Y se quedó.
¿Cómo fue rodar en el extranjero?
Más arduo de lo que nos dicen o uno supone. A pesar de sus calcomanía de "I Love Filming in NY" al final todo te cuesta. Tienes que pedir permisos para todo. Ir al Actor's guild porque tu película, aunque sea barata y underground, tiene una estrella de Hollywood. Así que nos "robamos" muchas tomas. No teníamos recursos para cerrar la 5th Avenue (Risas), pero fue una experiencia maravillosa para todo el crew -todos mexicanos en los puestos principales-. En esos momentos había la huelga de guionistas en EU y nosotros, muy desfachatados, estábamos filmando por allá.
Que fantástica experiencia. ¿Y cómo le ha ido a la peli?
Bien. Se vendió a Cinépolis, que en 2013 le dio su circuito de arte. Se presentó en más o menos quince ciudades del país. Dos semanas al menos, en cada plaza y siete semanas en Cineteca Nacional. No es un blockbuster, vamos, pero ha encontrado su nicho. Le falta aún más promoción y venta internacional; luego la TV, donde en los canales adecuados capta muy buen público.
Muy bien. Hay que ver cine mexicano. ¿Y qué haces actualmente?
Primordialmente, estoy en la tarea de encontrar recursos para "Buscando a Rita" que será la nueva película que te comentaba. Es sobre una tarahumara que, en los años ochenta, anda en busca de su hijo. La mujer camina desde las Barrancas del Cobre hasta la frontera. No se sabe por meses de ella. De pronto aparece en Kansas City hurgando en la basura y al no entenderla -solo habla rarámuri- la dictaminan loca. La encierran en un psiquiátrico por trece años. Cuando un cambio de custodios trae a alguien cuyo abuelo era tarahumara, logra comunicarse con ella y convence a las autoridades que la mujer no está loca, sino pérdida.
Bueno, también ando en mi chamba cotidiana al frente del Departamento de Cine de la Universidad Veracruzana. Y por supuesto, en mi entrañable actividad que llevo algún tiempo desarrollando: llevar los talleres de cortometraje a el Totonacapan -al norte del estado- de donde han resultado ya veintiún cortos, algunos en lengua totonaca, con buenos resultados y varios premios.
Qué bueno. ¿Hay algún sitio donde se puedan ver?
Están por subirse a la red. Te adelanto aquí el link del único que ahora aparece -uno de los más exitosos-, https://www.youtube.com/watch?v=ELH5MHIZJlI documental llamado "Voladora”.
Pues a verlo. Muchísimas gracias por tu tiempo y esperamos que es proyecto que traes en manos, logre muy pronto financiamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario