por JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
"Si amas las largas caminatas, y las charlas sin sentido tratando de descubrir el significado de la vida; amarás las películas de Richard Linklater."
Si nos hubiéramos preguntado qué director podría imaginar, escribir e idear una película que nos narrara la vida de un niño que creía que las avispas venían de aventar agua al cielo hasta convertirse en un joven universitario antisocial que busca algo más que atención y saber qué sentido tiene la vida, sin duda alguna todos habríamos pensado en Richard Linklater.
El director del "tiempo real" como a mí me gusta llamarlo, y creador de la trilogía “Before”, nos regaló una de las películas más maravillosas y emotivas del año pasado; multiganadora en varias entregas de premios y una labor titánica del director para filmar durante doce años para entregarnos esta historia. La película narra la vida y los cambios de Mason, un pequeño niño que vive con su madre soltera y su hermana mientras su padre no está por completo en su vida.
Y es que desde el inicio es imposible no engancharte con la película, la banda sonora prácticamente es la música con la que todo chico de esa generación creció y vivió su juventud. Coldplay, Blink 182, Kings of Lion, Foo Fighters, Arcade Fire, The Beatles, son sólo algunas bandas que podemos escuchar. Pero sin duda con lo que más se identifica uno en esta película que es una clase de documental ficticio, es que es una película prácticamente real, no hay ninguna sorpresa y en momentos te puedes llegar a fastidiar que no pase nada extraordinario, pero es la vida misma.
Una madre que lucha todos los días por pagar las cuentas cuando después de pasar por malos matrimonios y varias mudanzas decide criar a sus hijos sola. Esas pláticas con tu padre al que casi no ves sobre sexo, chicas o tú futuro. Incluso si nunca las tuviste te puedes sentir cobijado por esta película al sentir que esas son las pláticas que te hubiera gustado tener con tu padre. La vida tiene varios cambios, varias etapas y "cada momento nos vive", por muy diferente que se viva y se sienta. La película termina como nos tiene acostumbrados este director, como terminan todas las películas de Linklater, cuando empieza la verdadera historia.
Con unas maravillosas y reales actuaciones, Boyhood o Momentos de una vida es una película que no te puedes perder por el simple hecho de que Linklater nos hace participes de una película única. Quizá recuerdes algo que olvidaste de tu infancia como a muchos ya nos ha pasado: un paseo en bicicleta con tu mejor amigo de la infancia, la colección de rocas que tenías y presumías a tus primos, aquella noche especial en la que ya eras grande, o cuando eras niño y creías que las avispas venían de aventar agua al cielo.
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