por ERIC EDUARTE VILLA
Corría un Julio de 1998 cuando el actor sonorense Jorge Russek cayó accidentalmente en la calle principal del set cinematográfico de Durango “Chupaderos”, acompañado en ese entonces de su amigo el también finado Rodolfo de Anda. A él le pidió que se encargara de esparcir sus cenizas en esa calle de aquel pueblo western. Fue un momento para bromear sobre el incidente, sin pensar Rodolfo que después de 15 días de que Russek tropezó en ese sitio, se le estaría cumpliendo esa promesa.
Jorge Russek desde entonces se convirtió en una leyenda para la industria fílmica de la entidad duranguense, teniendo en su haber más de 70 producciones en cine y televisión, donde destacan filmes como: The Wild Bunch, Butch Cassidy and the Sundance Kid y Soldier Blue, Pat Garrett y Billy the Kid, The Return of the Man Called Horse, Missing, Licence to Kill, Ámbar, Pedro Páramo entre muchas más. Durango, una ciudad que lo adoptó y él mismo no sólo la convirtió en su nueva residencia donde filmó, actúo y fotografío gran parte de su vida artística, sino que aquí hizo su hogar de su eterno descanso.
Como fotógrafo, Russek manifestó su cariño por Durango capturando los parajes más bellos de este estado y creando desde su lente la famosa fotografía de dos jinetes en un atardecer a contraluz en El Arenal, Durango. Imagen que le dio la vuelta al mundo Hace algunos años a la telesecundaria de la comunidad de Chupaderos, se le otorgó el nombre de Jorge Russek en honor a su gran labor que heredó en esas tierras. En sus palmarés destacan dos Arieles, uno de ellos fue por su actuación en la película “De Todos Modos Juan te Llamas”, dirigida por Marcela Fernández Violante, y la segunda fue por su actuación en la película “La Última Batalla”, dirigida por el cineasta durangueño Juan Antonio de la Riva.
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