fotografía GABRIEL TORRECILLAS
Cuesta trabajo –aunque no lo crean- aceptar que algunos proyectos, tal cual y los pensamos, no pueden realizarse, al menos no siempre de manera inmediata. Algunos obligan a hacer pausas, llevan su tiempo. Y es menester de quienes encabezan dichos proyectos saber reorientar sus esfuerzos hacia nuevas vías en búsqueda de, más temprano que tarde, poder llevar a buen puerto los objetivos e ideales trazados.
Menciono esto porque, revisando la historia de Cinéfagos, no me había tomado tiempo de compartir con ustedes cuál fue el proceso –más psicológico que real- de pasar de ser una edición impresa a una edición digital. Si por un lado las nuevas tecnologías nos han permitido llegar a público de todas partes del país e incluso más allá de las fronteras, la ausencia de material físico muchas veces resta público en el ámbito mediático.
Me explico: pese a que vivimos en una era digital, en el contexto inmediato para que una publicación cobre relevancia ésta debe estar impresa, en nuestras manos, de lo contrario el amplio espectro de posibilidades que existen en la web se comen al realizador local, pese a que se ofrezca algo que no aparece en ningún otro sitio, pues para el lugareño siempre será importante poder retratar lo propio, verse en un espejo impreso.
A pesar de todo creo yo, con base a la experiencia que día a día vamos cosechando, que la cuestión fundamental aquí es perseverar para trascender y saberse adaptar. Como dicen los viejos dichos: “si del cielo te caen limones”… a fin de cuentas la obligación sigue siendo la misma, hablar y dar a conocer las inquietudes cinematográficas, la exhibición y realización local, los eventos y todo eso que nos apasiona ver en una pantalla.
Que si se lee en un papel o en la pantalla sea lo de menos, nuestra obligación ha sido, es y será fomentar al cine como un arte literario, un arte que comienza no con la primera escena, sino cuando hacen su aparición los créditos finales y se comienza a hablar del filmes y sus efectos para después escribir, compartir y generar más discursos. Digitales o impresos, aquí estamos.
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