domingo, 14 de septiembre de 2014

Seguir Viviendo: La Post violencia

texto por OSCAR FERNÁNDEZ

Inspirada en una vivencia desconcertante, con actores que se interpretan a ellos mismos y una vieja camioneta como escenario, “Seguir Viviendo” de Alejandra Sanchez nos sumerge en un mar de emociones chocantes que representan un duelo para los personajes, el cual gira alrededor de Kaleb y Jade, dos hermanos jóvenes, víctimas colaterales de la violencia en Ciudad Juárez, que al correr grave peligro se ven obligados a ser compañeros de Martha, una periodista ansiosa por olvidar su vida; ambos personajes, hermanos y periodista, se ven consternados por la pérdida de sus seres queridos al unísono por razones totalmente distintas.

Seguir viviendo relata un viaje emocional representado por paisajes contrariados, ciudades, dunas y mar, estos formarán parte de la transición que tendrá la vida de cada uno de los personajes, Juárez hace el papel del dolor, no resulta fácil desprenderse de este y aun cuando uno se sienta distante podrá levantar la mirada y percatarse de que sólo cambió el paisaje, sin embargo la ciudad continúa siendo la misma, mientras que la felicidad se muestra solo momentánea, desesperada por salir a flote pero anclada en el fondo, los protagonistas deben de buscar lo que los sigue atando en lo más profundo y desanclarse, para esto será necesario nadar cada vez más hondo y confrontar a sus demonios.

Con el avance de la historia vemos una evolución en los encuadres, estos pasan de close up en el espejo retrovisor de un auto que hacen sentir distantes y solitarios a los personajes, conjugándose con tomas que muestran constantemente a los individuos en segundo plano, a encuadres más acogedores que denotan comodidad en los actores.

La película se convierte en una enseñanza práctica, se pretende que el espectador acompañe a los hermanos y a Martha en su superación emocional, usando como instrumento no solo la empatía. El filme sugerirá en primera instancia escenarios incomodos para la audiencia, la carretera evocará angustia y estrés, hará sentir ansiedad y en algún momento disgusto por parte del público hacia la película. Sin embargo pronto aparece una escala de emociones trascendental, en este punto los escenarios se volverán más complacientes y así sucesivamente hasta evocar felicidad y confort.

En Seguir Viviendo se nos hace un cuestionamiento constante, cómo y por qué seguir viviendo. Para los personajes estas preguntas no tienen respuesta inmediata, ambos casos lo ignoran, pero llegarán a comprender el significado y respuesta de estas preguntas, de igual manera se pretende que el público sepa que se puede seguir viviendo.

En la película se plantea un tema poco usual, la post violencia, aquí se logra hablar de la violencia sin violencia, de la superación personal y de la capacidad de afrontar la vida, de vivir no necesariamente feliz, pero tampoco ser un muerto vivo.

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