texto ANDREI MALDONADO
fotografía CORTESÍA ICED
La sexta edición del Festival de Cine Mexicano contó con el honor de tener como el padrino de la celebración al gran actor Jesús Ochoa, el cual no solo acarrea una larga trayectoria en cine, teatro y televisión, sino también se ha convertido en portavoz de festivales, muestras y escuelas de actuación.
Durante su visita a Durango, Jesús aprovechó para destacar la labor que se realiza en el Festival para dar voz y espacio a la juventud mexicana, ya que además de que la cartelera fue integrada por nobeles directores, el certamen contó con un jurado conformado por 32 jóvenes estudiantes y recién egresados y, en esta ocasión, abrió la puerta a los realizadores locales con la sección “Hecho en Durango”, la cual además trajo recompensas en metálico.
En ese sentido Ochoa insistió en que no es necesario replantearse una y otra vez a Durango como un sitio que vive de los recuerdos del cine western; “más que revivir ese pasado o vivir de esos recuerdos hay que instalarse en nuevos movimientos, nuevas ideologías. Nuestra técnica, nuestra geografía, hay que cambiarla para hacer un nuevo cine en Durango. Si se le dota a los jóvenes de facilidades para aprovechar la luz, el cielo y las noches y lo que pasa aquí en Durango podemos hacer algo nuevo”.
Jesús Ochoa fue enfático al señalar que Durango no tiene por qué ser diseñado para ser el ‘Hollywood mexicano’; “yo no quisiera ver a Durango convertida en una ciudad norteamericana. Durango tiene la arquitectura, la gente y el ritmo de vida de una ciudad mexicana y no veo porque deba ser como un Hollywood a la mexicana. Somos muy distintos, debemos hacer valer lo nuestro y sentirnos orgullosos de ello”.
Cuestionado acerca de la situación de cine nacional en el ámbito mundial, el padrino del Festival reconoció que si bien es injusto compararse con la industria fílmica norteamericana, debido principalmente a su capacidad económica y a los tratados de libre comercio, en México existe el talento de muchos jóvenes, los cuales han aprovechado las nuevas formas de hacer cine; “hoy en día se pueden hacer películas inclusive con un teléfono celular. La capacidad está, hay que abrir las puertas”.
El primer actor alabó la empresa del cine nacional pese a que los presupuestos culturales en el país no sean siempre los idóneos; “en Estados Unidos ven el cine más como industria, nosotros poseemos esa mística todavía de hacer arte. Sabemos que los presupuestos son reducidos, y no solo en cine, todas las artes lo sufren. La esperanza está en las escuelas, en los jóvenes. También debemos ser cautos, no ponernos del lado de un partido u otro, ser precavidos para no cerrarnos puertas”.
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