sábado, 30 de agosto de 2014

Felipe Cazals y el legado de José Revueltas

texto ANDREI MALDONADO
fotografía CORTESÍA ICED


El mundo recuerda en este 2014 el primer centenario del natalicio de una de las plumas más críticas de la literatura mexicana del siglo pasado. José Revueltas, de origen duranguense, no sólo brindó a la historia universal la herencia de un gran escritor, ensayista y crítico social perseguido por el sistema, sino también trasladó su pasión al séptimo arte en 26 trabajos que incluyen la adaptación de su obra cumbre: El Apando, dirigida por Felipe Cazals en 1976.

En el marco del VI Festival de Cine Mexicano se contó con la presencia de uno de los principales hacedores de cine en México de la década de los 70´s, era en donde los guiones de Revueltas vieron la luz en pantalla grande. Aprovechando que El Apando cerró las actividades del certamen, Cazals no solo abordó el recuerdo de su amigo, sino también enfrentó la herencia del duranguense para las generaciones actuales.

“¿Quién pone en duda la obra de José? ¿Quién pone en duda la personalidad de la vanguardia?” así aborda Felipe la innegable herencia que brindó el trabajo de Revueltas a la filmografía nacional, misma a la que hoy en día ve más viva que nunca; “siempre estaba en primera fila, en el momento justo de verlo todo. No es cuestión de un buen escritor sino de un mexicano fuera de serie”, dice el hombre que pide no se refieran a él en tiempo pasado: “si vas a hablar así de mí mejor componme un corrido”.

“El cine mexicano no tiene crisis de talento, tiene crisis de economía, de apoyo, de leyes” así habla Felipe, que sin tapujos señala que el mexicano nunca será un cine de género; “eso es completamente falso, el cine mexicano tiene todos los géneros existentes. Es tan bueno o tan malo como todas las cinematografías del mundo, hay buenas películas y otras que no lo son, como en cualquier país”.

Y le preguntamos al maestro Cazals sobre definir al cine mexicano a través de épocas o eras: “esas son puñetas gratuitas, el cine mexicano es una expresión de los miembros de su comunidad y la diversidad racial y étnica que hay en este país permite que existan todos esos puntos de vista y apreciaciones”.

Le cuestionamos sobre su opinión sobre aquellos que imaginan al cine de Durango a través de los western de Hollywood: “eso es un camote grandísimo, las películas norteamericanas son una basura que a veces vienen a filmarse a México, u otras que no lo son, pero no dejan de ser películas extranjeras con cierta participación de empleados mexicanos. No hay cine de Durango de otra nacionalidad, hay cine mexicano filmado en Durango, o cine de Durango hecho por duranguenses. Los otros, los bolillos, son asunto aparte”.

¿Entonces qué viene para el cine mexicano? “eso no lo sé -responde Felipe- eso debemos preguntarle a los jóvenes y a los chavales que vienen detrás. Apoyar a los jóvenes es capital, y más en un festival dedicado al cine mexicano. Un gran problema de mi generación es que entre cineastas no nos conocíamos y fue gracias a los festivales que eso cambió”; y concluye lanzando una gran sentencia: “¿Por qué no un festival de puro cine mexicano? ¿Por qué debería ser otro cine?”.

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