lunes, 6 de enero de 2014

Extraños en un tren: La trilogía Before Sunrise – Sunset - Midnight

texto ARTURO TERRONES

Hace 19 años, nos encontramos por primera vez con Jesse y Celine mientras ambos viajaban en tren. Él (interpretado por Ethan Hawke) es un norteamericano que tras vagar por Europa está a punto de regresar a su país, ella (Julie Delpy), es una estudiante de la Sorbona que regresa de Budapest después de visitar a su abuela. En Antes del amanecer (1994) ambos son veinteañeros, ingenuos e idealistas. De alguna manera, él la convence de bajarse en Viena y acompañarlo hasta la mañana siguiente, cuando habrá de abordar el vuelo que lo llevará de regreso a Estados Unidos. Y es así que el director Richard Linklater filmó la historia de amor de la Generación X: Dos extraños vagando en un bello lugar, descubriendo su compatibilidad a través de una conversación sin fin donde ambos plasmarán sus visiones sobre el amor, la música, la vida y la muerte. No hay tramas escondidas, es simplemente capturar un momento mágico, como esa escena con Come here de fondo, en la que Linklater se las arregla para retratar un juego de miradas que se buscan y se esconden. Estos dos extraños aprovecharán las pocas horas que tienen para construir la tarde-noche de su vida antes de despedirse con la promesa reencontrarse 6 meses después en la misma estación de tren. Al final los veremos alejarse y mientras que aquellos lugares que compartieron siguen igual de bellos pero un poco vacíos.


Nueve años después el director habría de despejarnos la duda en Antes del Atardecer(2003), cuando reencontremos a Jesse y a Celine en París. La receta es la misma, un avión que tomar (esta vez antes de que el sol se ponga), una bella ciudad de fondo, pláticas interminables y una conexión de esas que pocas veces se encuentra en la vida, solo que esta vez hay una diferencia, los extraños en el tren ya no son aquellos jóvenes inexpertos, Jesse trae consigo el conflicto de la paternidad en un matrimonio infeliz mientras que Celine carga con un romanticismo tóxico que explotará en una memorable escena en el asiento trasero de un auto. Al final, Linklater decidió regalarnos una cinta de reencuentros, de segundas oportunidades en las que a ritmo de Nina Simone uno podía creer que la vida se re imaginada y en una jugada genial, la cierra al igual que la primera vez, en una nota ambivalente, los románticos creeremos que esta vez Jesse perderá el avión, ¿los cínicos? Solamente ellos sabrán.


Y es así que tras otros nueve años, estamos de nuevo frente a esos extraños en Antes de la Medianoche (2013), los mismos veinteañeros que ya no son, pero a los que aún podemos reconocer en sus gestos, sus miradas y sobre todos en sus pláticas. El escenario es Grecia, pero esta vez no importa. Pudiera ser cualquier parte, si en Viena la tumba de una niña conducía a la reflexión, en el Peloponeso, un santuario de miles de años solo sirve para hacer bromas sexuales. Ha llegado el momento de dinamitar las fantasías románticas que aquellas primeras cintas ayudaron a construir, aquellos muchachos en el tren, que se inventaron la noche de su vida, hoy están frente a la realidad, frente a un amor que parece apagarse como el sol al ocultarse detrás de una isla. Dicen que es una película valiente y sin duda lo es, dicen que es más sabia y tal vez sea cierto, uno debe de ser más sabio a los 40, pero eso no significa que eso nos guste más que aquella ingenuidad de los 20. El final de nuevo será ambivalente, pero quizá nosotros (junto con la pareja) nos hayamos mudado al cinismo.


Al final estamos frente a veinte años, tres películas y una gran historia. Una que nos lleva por la experiencia del amor a través del tiempo. Quizá a los veintes valorábamos aquellos instantes mágicos, sin intentar atraparlos en un para siempre. Tal vez a los 30, con ganas de re inventarnos nos daba por soñar en reencontrar a aquella que parecía la indicada en una tarde en París y no dejarla ir. Pero el último capítulo de esta historia es ese momento en el que aquella bomba de tiempo disfrazada de ilusiones y fantasías finalmente estalla y nos grita que el amor y la vida en pareja es así, una cuestión más de trabajo duro que de magia. Aunque tu historia sea tan linda como la de aquellos extraños que se bajaron de un tren en Viena eso de “Felices para siempre” no es algo más que una bella mentira.

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