domingo, 20 de octubre de 2024

Paloma Itinerante: a este festival le sobra corazón

texto ANDREI MALDONADO foto ALEJANDRO RIVAS

Septiembre se ha vuelto el mes del cine duranguense gracias a la celebración, durante 11 años ininterrumpidos, del Festival de Cine Paloma Itinerante. 

En camino a convertirse en el festival más longevo de la historia del estado (al menos ya lo es en comparación al resto de festivales en activo), el Paloma, como podemos decirle con cariño, demostró este 2024, en su edición 12, toda la madurez que requiere un certamen para volverse un referente no solo local, si no nacional.

En medio de una reestructuración con la llegada de Juan José Antuna como director, el festival inició con la celebración del Día del Cine Duranguense, una fecha asignada al 5 de septiembre desde la pasada edición, con el cobijo de espacios como la Filmoteca de la UJED, la Cineteca de Durango, y, por primera vez, llegando a recintos fuera de la capital como Ciudad Lerdo y Vicente Guerrero, y fuera del estado como Tijuana, La Paz y Ciudad de México, en esta última desde la mismísima catedral del cine en el país, la Cineteca Nacional.

Ya entrados en actividades formales, fue el viernes 6 de septiembre que se tuvo con todo la inauguración, con la proyección de “Los fundadores”, con la presencia de Diego Hernández, director tijuanense que se convirtió en el primer invitado foráneo con el que ha contado el festival; posteriormente se presentó “Las cosas donde ya no estaban”, cinta argentina que también contó, aunque vía Zoom, con los primeros invitados internacionales, los actores Agustina Quinci y Andrés Ciavaglia, así como el director Fabio Vallareli, estos últimos desde Buenos Aires.

El sábado se contó nuevamente con una película de Diego Hernández, “Agua caliente”, y “La desazón suprema”, de Luis Ospina, con una mesa de diálogo integrada por la invitada de Zacatecas Heidy Cásarez (que además formó parte del equipo de programación) y José Rodríguez López, director de la Filmoteca UJED, acompañados del director del festival, el cual además participó en una charla en línea sobre Ospina, parte de las actividades de formación del festival, con la participación del equipo de Casa Negra, aliado del Paloma.

El domingo el festival tuvo su día más intenso, ya que, tras una grata muestra de cortos nacionales, vino la proyección del concurso de cortometrajes duranguenses, que esta vez versó en la temática de cine de terror. “Castigo”, de Marco Esquivel, “El silencio de la dama”, de Odette Núñez, “Soy yo”, de Carrie Karell, “Mi amigo Kevin” de Brandon Alvarado y “A plena vista” de Allis Palma, conformaron la selección oficial en competencia, a la cual se sumaron “Copycat: un cuento de gatos” de Leonardo Salas, y “Durango”, de Lázaro Gabino Rodríguez.

Luego de la proyección, se tuvo una fecunda realización de la mesa de la crítica Cinéfagos (cuarta edición, segunda en el Paloma Itinerante), en donde Sergio Payán, María de Jesús Ávila, Paola Chavira Leyva y Andrei Maldonado, en su función de críticos, desmenuzaron cada uno de los trabajos exhibidos, decidiendo otorgar una mención honorífica a “Castigo”, de Marco Esquivel.

Posteriormente, se procedió a la tan ansiada premiación, resultando ganador del premio del jurado (conformado por Mónica Cristerna, Hugo Villaseñor y Alejandro Salgado Baldovino) “A plena vista”, de Allis Palma, y con mención de honor “Soy yo”, de Carrie Karell. El anuncio se dio a través de un video grabado por Alejandro Salgado desde Colombia, con lo que una vez más el festival reafirmó su carácter de internacional que ha venido a consolidarse en esta edición y que hermanó Durango con Sudamérica no solo en invitados, sino también en contenidos.

Destacar también otras actividades importantes celebradas durante el festival, como lo fue el Taller de Apreciación de Cine para infancias y juventudes, impartido por Heidy Cásarez, así como el video homenaje a Sergio Olhovich, hecho por Ramsés M. Luna (director de uno de los cortos de la muestra nacional) y proyectado durante la función de “Llovizna”, lo que también fue significativo, pues se logró involucrar activamente a los participantes del festival en la realización de nuevos trabajos que sirven para alimentar la memoria fílmica colectiva del mismo festival.

Sin duda es un gusto ver cómo el Festival de Cine Paloma Itinerante comienza a cosechar lo que ha venido sembrando en estos años. Cómo se logró hermanar a tantos foros y públicos durante el Día del Cine Duranguense, pero también, cómo ha contagiado su dinamismo a personas en otras latitudes del país y el extranjero, los cuales comienzan a voltear a ver qué se hace en la llamada “Tierra del Cine”. No queda más que desearle larga vida a la paloma, y que la edición 13 traiga muchos momentos más como los vividos este año.

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