texto ANDREI MALDONADO
¿Quién diría que, para hacer una buena secuela, tenía que esperarse más de 36 años? Contrario a lo que podría pensarse, más de tres décadas entre la película original y su segunda parte no afectaron en nada, al contrario, le permitieron al director madurar sus personajes y sus historias. Por supuesto, hablamos de “Beetlejuice, Beetlejuice”.
Con la mayor parte de su reparto original íntegro, esta nueva aventura del super fantasma nos trae a un Tim Burton curtido a lo largo de años y una amplia filmografía. Pese a recurrir a muchos de los que hicieron los departamentos de arte, vestuario y música en “Beetlejuice” de 1988, Burton no cae presa del riesgo que pocos saben eludir: recurrir a la nostalgia para vender un producto.
No, “Beetlejuice, Beetlejuice” se sostiene por sí misma y sabe afrontar sesgos como el no poder contar con todos los actores de la primera película, ni repetirse en elementos ya conocidos incluso por la serie animada que tuvo la película en 1990. Sin embargo, sabe sopesar los nuevos elementos con guiños al pasado que la gente agradece y que con los cuales la película no funcionaría.
Es tal la elocuencia del discurso que uno no pone en discusión la edad de Michael Keaton que, más allá de la evidente falta de movilidad que tenía el personaje en los ochentas, o una voz mucho más gastada, sigue con los dotes histriónicos intactos. Tampoco se discute que Winona Ryder ya no sea la adolescente Lydia Deetz. Eso es evidente, pero la calidad de los personajes ahí sigue.
Los nuevos elementos que se integran a la pasarela de personajes, encabezados por Jenna Ortega, Mónica Bellucci, Willem Defoe y Danny DeVito, amalgaman bien una historia que, además de todo, se adapta a los nuevos tiempos. Incluso en algunos chistes la película va mucho más lejos de lo que hizo su predecesora, agradeciendo el público ese toque ácido de humor negro.
Se nota que Burton es un hombre que no se queda con las ganas de sacar sus proyectos, así tarden décadas, como pasó con “Frankenweenie”, ya que la secuela de Beetlejuice estaba pensada desde los noventas. Y si de ese proyecto no quedó nada en esta nueva película, Burton puede sentirse satisfecho de haber presentado al público una gran segunda parte, algo que pocas veces sucede.
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