texto ANDREI MALDONADO
Sergio Tovar Velarde, director de las películas “Aurora Boreal” y “Cuatro lunas”, prepara el estreno en Europa de su más reciente largometraje “Mundos cósmicos”, en el Festival de Cine Ibero-Latinoamericano de Trieste, en Italia. De cara a esta función tuvimos la oportunidad de charlar sobre esta historia, pero también de las crisis de los treintas, el éxito y la función del cine de arte.
¿De qué va “Mundos cósmicos”?
“Mundos Cósmicos” se centra en un punto de quiebre para Memo, un artista plástico que, a punto de cumplir 30 años, lidia con su fatídica realidad: la falta de realización profesional y el desempleo. Pide un deseo especial para su cumpleaños, un picnic psicodélico con LSD. Lo que pasa en la película es el transcurso de la noche a la mañana en ese picnic en el cuál Memo busca inspiración para su carrera y su vida.
¿Quiénes integran el elenco?
Las actuaciones protagónicas corren a cargo de Jorge Luis Moreno y Elizabeth Valdez, acompañados por grandes actores como Diana Bracho, Mónica Dionne y César Ramos, además de que esta película es también el último largometraje en el que participó el primer actor Alonso Echánove.
¿Qué recepción tuvo en el Hola Mexico Film Festival?
Muy buena. Hace 15 años presenté ahí Aurora boreal, mi primer largometraje, y fue muy significativo regresar. Ahora emocionado por presentar “Mudos Cósmicos” en Trieste, que es un festival en el que siempre soñé estar.
¿Aún le queda camino a la película en el circuito de festivales?
Así es, estamos viendo participar en otros festivales para después esperar que nuestra distribuidora, Alfhaville, nos agende estreno en salas comerciales.
¿Tú como artista has sentido una crisis de los 30’s?
Por supuesto, constantemente, siempre me lo cuestiono. La generación que nacimos en los 80s y 90s nos educaron con mucha presión sobre un mundo que ya no existe: tener una casa, un empleo fijo y una familia. Hay mucha crisis de sueños rotos por expectativas que nunca se hicieron, a muchos adultos les da pena admitir que dependen de sus padres y es algo de lo que no se habla por temor a las burlas.
Además, existe un desdén al artista y su trabajo, ya que por cada película que se estrena hay miles que nunca se hacen, mucho por el menosprecio del mismo medio, por los cambios en los valores de lo que llamaos arte, esto por el arte contemporáneo, que ha puesto un punto crítico entre lo que se puede considerar arte y lo que no es.
Los artistas vivimos constantemente expuestos y un trato frio del público es sumamente doloroso, y esto se da mucho por la infravaloración del artista, pero en general le puede pasar a cualquier profesionista, en cualquier carrera.
¿Recuerdas la polémica que se dio en Durango por “Cuatro lunas”?
Sí (risas) recuerdo que hubo varios estados en donde las esposas de los gobernadores se exaltaron mucho con la película, y uno de esos fue Durango. Cualquier reacción a una película, ya sea buena o mala, es combustible para nosotros, lo peor que le puede pasar a una película es la indiferencia y el olvido.
Incomodar no es fácil de manejar, a los directores de arte nos toca desestabilizar el cine, esto sirve para dejar testimonio del México que somos. “Cuatro lunas” hablaba de los prejuicios que hay sobre la homosexualidad en el país, “Mundos cósmicos” lo hace con el tema de las drogas. Toda polémica es adecuada si la sabes manejar.
¿Qué opinas del público que llega con prejuicios a ver una película mexicana, muchas veces influenciados por los opinólogos del internet?
Creo que primero debemos entender por qué hay prejuicios sobre el cine mexicano. Actualmente el público mexicano se siente decepcionado de su cine, quizá porque en algún momento tuvo un primer contacto con el cine nacional y no le gustó, por la historia, el tratamiento, incluso por el ánimo en que entró a ver una película. Hay que revalorar el cine desde cómo promovemos una película mexicana, la publicidad, el diseño gráfico, etc.
Con respecto a las personas que hacen críticas y reseñas de películas en redes sociales no creo que todo sea malo. Se necesita divulgación y son útiles los blogs e influencers, porque al menos ya se está volteando a ver nuestro cine. Lo mejor que podemos hacer como artistas es ponerle corazón a nuestras películas. Hay muchas formas de cuantificar el éxito, lo más banal es cuantificarlo a través del dinero, de la taquilla.
Con “Cuatro lunas” mucha gente salió del clóset, se atrevió a hablar con sus padres sobre su homosexualidad, eso es éxito. Muchas películas que consiguen gran taquilla son olvidades en una semana, lo que deberíamos buscar es prevalecer en el espectador.
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