domingo, 23 de octubre de 2022

Highlights del FICDU MX 2022

texto y fotografía JUAN JOSÉ ANTUNA

Del 21 al 26 de junio se llevó a cabo la quinta edición del Festival Internacional de Cine de Durango, mejor conocido como el FICDU. Para esta quinta edición se tenía cierta inquietud, ya que el festival cambiaba nuevamente de director (recordemos que este festival en su corta historia ya ha contado con tres directores), y con ello cambiaba completamente todo el equipo de organización. En esta ocasión quien se encargó del programa del festival fue Miguel Ángel Márquez, a través de su productora El Formato.

Con seis días de actividades (el festival más extenso que se ha realizado en los últimos años, no sólo del FICDU, sino también de los demás festivales que se albergan en la ciudad), se tuvo tiempo para tener toda clase de actividades, pero creo que bien pueden conglomerarse en cinco puntos que se comunican entre sí, y que para mí son los más importantes a destacar.

Largometrajes

El festival tuvo dentro de su selección una serie de largometrajes que fueron bastante interesantes, partiendo de la función inaugural: Titane, que si bien para su servidor no es una película que valga mucho la pena, sí es por demás importante mencionar que, de no haber sido por el FICDU, jamás la habríamos tenido en una pantalla grande en Durango. 

También se contó con películas, algunas ya tenían varios años de haber sido estrenadas, otras de reciente producción, tanto de proceso festivalero como de pocos espacios de proyección en las salas nacionales, pero que todas iban muy bien con la idea del festival, como Dulces sueños, 20 000 días en la Tierra, Los ángeles visten de blanco, Días de invierno, Hagen y yo, Palabras verdaderas, La pasión según Berenice, Silencio Radio, A morir a los desiertos, entre otras.

Storytellers

El festival contó con una serie de actividades con gente detrás de las diferentes áreas del cine, que resultaron ser realmente muy fructíferas entre los asistentes que se dieron cita en cada una de ellas. Conversatorios, talleres, masterclass y charlas, fueron algunas de las actividades que se llevaron a cabo en el CECOART y en la Cineteca Municipal, y que iban desde la importancia del sonido en las obras cinematográficas (Sonido y visión: Alejandro Franco, Denisse Noriega, Ricardo Milla), qué herramientas podemos utilizar para que el sonido esté a la altura y le dé aún más valor y potencia al mensaje que queremos transmitir a través de la imagen (Poesía sónica: Omar Juárez).

La forma en que podemos crear un impacto que va desde lo personal en el cine documental (El cine y la realidad: Denisse Quintero), la importante conexión entre la actuación y nuestra capacidad de dar la lectura correcta a la historia que se desarrolla desde un guion (Actuación y escritura: Karen Alicia), la vital importancia que tiene la fotografía en el cine (La voz de la lente: Helen Cho), la labor que llevan a cabo quienes se encargan de rescatar las obras cinematográficas en vías de extinción (La restauración digital: Edgar Torres); sobre eso y más, invitadas e invitados nutrieron a quienes pudimos asistir a estas actividades paralelas.

Alianzas

El festival puede decir que tuvo una rica selección de obras destacadas y de diferentes propuestas y expresiones del séptimo arte, gracias a las alianzas que formó. Trabajos provenientes de la Muestra de Cine Coahuila, Ícaro Espacio, Cínica Festival, Muestra de Cine de León y Cineteca Nacional, aportaron su granito de arena y bastantes trabajos, tanto largometrajes como documentales, ficción y documental, que hicieron bastante nutrida y sustanciosa las funciones que se llevaron a cabo en los diferentes recintos que alojaron al festival como lo fueron la Cineteca Municipal, el Centro Revueltas CORE y el Bebeleche.

Musicales

El festival tuvo entre su programación dos festivales que fueron muy bien acogidos por el público duranguense. El primero fue "Leyendas sonoras del cine", a cargo de la Orquesta Sinfónica de la UJED, en el Teatro Ricardo Castro; y el segundo, "El cine en el tiempo", del grupo musical Kamerata Kai, dirigido por Edgar Becerra, en el Teatro Victoria.

Competencia

El festival tuvo tres competencias oficiales para realizadores nacionales. Cortometraje de ficción, Cortometraje documental y Guion de cortometraje; fueron las categorías en las que estuvieron los 40 nominados. Los ganadores fueron anunciados en la ceremonia de clausura, y quienes se llevaron los palmares fueron, Mejor cortometraje documental para Tribu, de Jesús S. Garza Hernández, (acreedor a 5 mil pesos en efectivo), Mejor cortometraje de ficción, para Mi mamá se fue con las vacas, de María José Ibarra Valdez (acreedora a un viaje redondo México-París), y el Mejor guion para cortometraje fue Un lugar feliz, de Check 5 (Acreedor de la producción y post-producción del guion por parte de El Formato, y con vigencia de un año para hacerlo válido).

Con cada festival terminado uno espera que, siendo organizado por quien sea, haya una continuidad del proyecto; pues con cada edición realizada, los festivales van creando cierta identidad, y es verdad que, para mí, siendo el festival más joven de los cuatro que hay en la ciudad de Durango (el organizado por Christian Sida es en el estricto sentido de la palabra el más joven, pero también es cierto que Christian, con el bagaje que tiene de los festivales organizados con el ICED y el VLAFF, se le pueden contar esos años de experiencia), el FICDU es el que aún no ha desarrollado del todo su identidad, y eso para un festival con una quinta edición, no es para nada bueno. 

Pero si se le da la continuidad por parte de la administración entrante al proyecto que encabezó Miguel Ángel Márquez, creo que bien podríamos tener un festival más que valioso el próximo año.

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