texto ANDREI MALDONADO
No soy crítico de cine, no me gusta su labor: tienen que ver todas las películas, desde infantiles hasta clasificación C, y opinan de lo que les gusta y no les gusta. A mí me gusta escribir reseñas, así me aseguro solo de escribir de lo que me ha dejado algo positivo. Nuevo orden, la nueva película del adicto a ganar premios en Cannes Michel Franco, me invita por primera vez a hacer una crítica.
Primero, sí, la película del director de los rulos locos es tremendamente clasista. Para Franco los movimientos feministas, la pandemia de Covid-19 y la 4T son lo mismo: un tremendo complot de los pobres para vengarse de los ricos. Estigmatiza a la clase media a baja como un grupo de gente desorganizada, a la cual la mueve una sed de venganza y deseo de joyas.
Victimiza a los 'whitexicans', ridiculiza al ejército y utiliza los medios que la ultraderecha ha usado para perpetuarse -como los golpes militares- para curarse en salud y decir que cualquier revuelta que pueda ocurrir en nuestro país será orquestada por el gobierno.
El señor Michel (el mismo que presumía no saber usar la cámara en Después de Lucía y que por eso toda su cinta eran tomas fijas) parece haber armado su película de mitos urbanos y fakes news, sin tomarse el tiempo de investigar un poco la historia golpista de América Latina (¿o de verdad hablamos de que se trata de un guion deliberadamente estúpido?).
Nuevo Orden llega tarde, advirtiendo al mundo de riesgos comunistas, cuando hace años que la Guerra Fría quedó sepultada. Parece más panfleto de FRENAA que una "película necesaria": un discurso más hecho para encontrar la admiración de los críticos europeos (oh, pobrecito pueblo de Latinoamérica, tengan un León de Venecia) que de denuncia, porque ¿qué denuncia realmente?
Una prueba más de que el cineasta, si quiere realmente trascender, debe de vez en cuando salir a caminar al mercado, a las colonias, darse un baño de pueblo, y saber de lo que va a escribir. Como diría Javier Oteka, la cultura de los fideicomisos del cine nos ha heredado un grupo de juniors que hacen cine para estar "de moda": no conectan con la gente, solo les interesan los festivales.
Al señor Franco hay que decirle que su Nuevo Orden parece más defender ese viejo orden, ese que aún se resiste a morir. No todos pueden ser Joker, aunque hayan ganado en el mismo festival.
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