texto ANDREI MALDONADO
fotografía ROBERTO CÁRDENAS/ERIC VILLA
Ser imparcial en la interpretación del arte es una imposibilidad. En el proceso de resignificación interna sobre lo que una obra de arte nos hace sentir intervienen diversos factores que contribuyen a esta parcialidad, tales como nuestras emociones, el bagaje cultural, los conocimientos adquiridos y nuestras ideas preconcebidas. De ahí a que algo que a muchas personas les parece sublime en nosotros si acaso haga mella de alguna pequeña forma.
Es desde esa visión “parcial” que he decidido hablar del trabajo actoral de la duranguense Alejandra Castañeda. Parcial entre comillas ya que no es del todo una visión nublada de mi parte, sino que hablo desde la experiencia de haber trabajado con ella en tres cortometrajes que dirigí. En todo caso la parcialidad estribaría en que, en lugar de hablar de todo su trabajo en cine y teatro, he preferido enfocarme únicamente en nuestras obras en conjunto.
Entiéndase esto como una aproximación al talento que posee esta joven actriz, apenas un atisbo, el cual uso de mero pretexto para que más gente sepa quién es Alejandra Castañeda.
Alicia (2012)
Conocí a Alejandra en 2012, en los días en que preparaba Alicia, mi segundo cortometraje. Fue a través de las redes sociales que descubrí que se dedicaba al teatro y en uno de los patios de mi universidad tuve el primer encuentro cara a cara con la que se convertiría en mi “Chica Almodóvar”. Debo destacar que desde el primer momento me demostró su compromiso y compenetración con el guion, por lo que no me quedó duda de que ella era la indicada para el papel protagónico.
Llegado el día de la grabación Ale reafirmó lo apreciado previamente, soportando una larga jornada de todo un día hasta que el trabajo quedó concluido. No solo asimiló por completo al personaje, también lo dotó de esa esencia, tan necesaria, entre la teatralidad y lo natural, siendo capaz de demostrar con una leve sonrisa o un movimiento de sus ojos todo lo que se escondía detrás de Alicia, una joven que busca recuperar la inocencia que le fuera despojada a muy temprana edad.
Cenicienta Rota (2013)
El buen resultado de nuestro trabajo anterior nos llevó a repetir fórmula en Cenicienta Rota, un cortometraje en donde nuevamente necesitaba de esa expresión tan melancólica que la Castañeda es capaz de dar. En esta ocasión fui testigo del poder de su voz, ingrediente fundamental que enriquece los diálogos. Una vez más su disposición a las prolongadas jornadas de trabajo y su compromiso con lo que estábamos haciendo sacó a flote la producción.
En este trabajo destaco dos escenas que crecieron gracias al poder que tiene la imagen de Ale, tanto de su expresión corporal como las micro reacciones de su rostro. La primera, en la escena donde se decepciona de que su enamorado no cumpla con lo único que necesita de él, y la segunda es el final del metraje, donde Cenicienta baila entre los cristales de su espejo roto y su sangre hacia la libertad.
Blanco, Polar, Radiante (2014)
Hace ya seis años de mi última colaboración con Alejandra, en el que sería, a mi gusto, el trabajo más significativo que hice con ella. Blanco, Polar, Radiante surgió de una manera aún más ecléctica que los otros trabajos. Los protagonistas de la historia no conocían lo que se les iba a preguntar hasta que estuvieran frente a la cámara, sin posibilidad de repetir la toma. Era un intento de asir la realdad. Los actores contestaron con la más absoluta naturalidad, aunque, debo de admitir, sin dejar nunca la formación teatral que cada uno poseía.
Aunque breve en comparación a los otros dos segmentos que conforman este corto, el de Ale es de tremenda significación, no por nada el primer cuadro de su rostro fue el protagónico de la mayoría de los boletines que el ICED hizo en torno a la sección Hecho en Durango del Festival de Cine Mexicano, donde BPR tuvo su estreno. Una vez más su voz no fue una herramienta, sino una extensión de sí misma, cuando el poema que recita frente a la cámara se utilizó de sample por Ziguryha en el videoclip de su canción “Estoy aquí”.
Alejandra Castañeda sigue siendo una promesa de la actuación, en tanto que su mejor proyecto todavía no sucede; sin embargo su trayectoria respalda el que se le considere una de las mejores intérpretes jóvenes de la escena duranguense. Hoy en día se prepara arduamente en el Centro de Cinematografía y Actuación Dolores del Río, con el premio Paloma Itinerante a Mejor Actriz bajo el brazo, por lo que estoy seguro que su nombre pronto figurará en el cartel de una gran producción.
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