miércoles, 17 de junio de 2020

Los 10 mejores cortos duranguenses

texto ANDREI MALDONADO

Durante siete años el Festival de Cine Paloma Itinerante ha brindado pantalla a más de 40 trabajos de directoras y directores duranguenses, difundiendo su trabajo en distintos foros dentro de la ciudad de Durango y, desde el 2019, también en la Comarca Lagunera. En un esfuerzo por llegar a las nuevas audiencias este 2020, y más bajo las condiciones actuales, en la antesala de su octava edición el festival ha lanzado la plataforma on-line Paloma Itinerante TV, en donde personas de todo el mundo pueden acceder sin costo a estos materiales. Es difícil tomar partido solo por unos trabajos, ya que en su mayoría cuentan con reconocimientos y premios locales, nacionales e internacionales, sin embargo, he querido hacer mi top 10 de cortos hechos por duranguenses, los que a mi gusto cuentan con la narrativa más sólida y contundente.

Debo destacar que, aunque los diez cortometrajes de lo que le haré mención a continuación han sido proyectados en las distintas ediciones del certamen, no todos están disponibles en palomaitinerante.blogspot.com, pero eso obedece únicamente a la voluntad de los propios directores. También estoy consciente que existen otros trabajos de excelente calidad que no han sido proyectados en Paloma Itinerante, algunos de ellos me han gustado bastante, pero he querido ceñirme al listado que hace el festival para poder partir de un punto que sea comparable para cualquier espectador.

POLVO VENCEDOR DEL SOL
(Juan Antonio de la Riva, 1979)
El cortometraje con el que se graduó el director de Pueblo de Madera del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) es uno de los trabajos más loables en su filmografía, pues expresa con sencillez la vida provinciana de un lugar en el mapa, hasta esos años, nulamente mostrado en la filmografía mexicana: la sierra de Durango. El maestro De la Riva nos presenta una historia desde su natal San Miguel de Cruces con enormes referencias al neorrealismo italiano y con un primer atisbo de lo que serían futuras películas suyas como Vidas Errantes.


COSAS DE NIÑOS
(Iván Santillán, 2013)
Desde otro punto del estado, el municipio de Vicente Guerrero, nos llega una historia igualmente sencilla, pero conmovedora. La ilusión del primer amor, un amor infantil y puro, tomando los elementos básicos de cualquier historia: un enamorado, un viaje para alcanzar a su amada lleno de complicaciones, una tragedia y una redención, aunque el encuentro final sea más bien una despedida, todo contado en un maravilloso blanco y negro y una esencia pueblerina natural.


ESPASMOS DE LA MEMORIA
(Jackelyn González, 2017)
Quizá el trabajo más intimista realizado a nivel documental en los últimos años en la Tierra del Cine. Jackelyn nos presenta una búsqueda sin rostros: la escuchamos narrar, pero nunca la vemos, y ella nunca encuentra a esa persona de la que habla. El discurso se lanza, cual mensaje de náufrago, en una botella para ver si, de entre los espectadores, se encuentra esa persona a la que va dirigido. En el camino habremos disfrutado de un maravilloso viaje interno.


INSTINTO
(Fernanda Simental, 2004)
Se trata de un discurso sumamente existencialista, que toma la temática de los vampiros para explicar (o más bien cuestionar) temas esenciales del ser. La naturaleza de nuestros actos, la bondad, la maldad, la vida y la muerte, se entrelazan en un trabajo muy honesto que sabe explotar la economía de los recursos con lo que se cuentan, jamás abandonando el deseo de abordar un género que quizá para otros directores hubiera sido imposible.


PRELUDIO
(Deniss Barreto, 2013)
Desde España Deniss nos trae un relato sumamente breve, pero hermoso, tan sutil como sublime, que lo hace prácticamente inasible a la indiferencia. La cámara permanece con la protagonista tanto tiempo como pudiera hacerlo otra persona en el metro junto a ella o en la lavandería a la que acude mientras reflexiona sobre su vida. Esencia de lo que la propia directora nos traería más adelante en sus siguientes trabajos como en Amelia para siempre.


¿EXISTES?
(David Rodríguez Estrada, 2010)
Descarnado y poético a la vez. Este trabajo realizado en los Estados Unidos es una declaración sobre los tabúes del sexo que existen entre las personas por su religión, sus tradiciones familiares o su género. Narrado de una forma experimental, la provocación que consigue Rodríguez Estrada sigue hasta ahora inquietando a más de uno cuando se ve proyectado nuevamente en pantalla.


EL BLANCO Y NEGRO: DISCURSO VISUAL CONTEMPORÁNEO
(Roberto Cárdenas, 2012)
Es, por mucho, uno de los mejores trabajos documentales hecho por duranguenses. En este trabajo lo que mejor destaca es la edición y el montaje. Las opiniones vertidas por los expertos (adecuadamente seleccionados) se entrelazan con ejemplos que embonan a la perfección en tiempo y duración, permitiendo que sea un trabajo fluido y entendible, tanto para expertos como para un público no conocedor. La rigurosidad en lo vertido permite al director desligarse del ego de presentarse a sí mismo como protagonista, dejando el camino libre para que sea el trabajo (en voz de los entrevistados) el que hable por sí mismo.


ELEFANTES DE PAPEL
(Juan José Hinojosa, 2016)
Muchos directores saben qué hacer con la economía de los recursos, pero pocos lo pueden hacer con la economía del lenguaje. Juan José Hinojosa nos regala en pocos minutos una historia que quizá, a muchos cineastas contemporáneos, les tomaría 2 horas hacerlo. Imágenes bellas, actuaciones impecables y diálogos que saben entrar a tiempo dan forma a uno de los cortometrajes duranguenses que mejor presentan una relación entre dos mujeres.


ENTRE RECUERDOS Y EL OLVIDO
(Eduardo Torres Mireles, 2013)
A mi parecer, uno de los trabajos de animación por stop motion mejor hecho por algún director duranguense. El cuidado en la realización de los personajes es acompañado de una historia que entrelaza la animación con live action, tarea nada sencilla y que pocos en nuestro estado se han atrevido a hacer. La inocencia resulta ser un bien que no se pierde al crecer y sobrevive incluso a las más grandes tragedias de nuestras vidas.


BLANCO, POLAR, RADIANTE
(Andrei Maldonado, 2014)
Pese a lo egocéntrico que pudiera resultar hablar de sí mismo, no puedo dejar de reconocer que el trabajo que hicimos en conjunto Eric Villa, Alejandra Castañeda y su servidor ha dejado su huella en la cinematografía local. Desnudando nuestra intimidad, entremezclándolo con poesía y música, el corto que inauguró la sección Hecho en Durango del Festival de Cine Mexicano es un docudrama único en su narrativa entre los directores duranguenses, ya que la ficción juega por momentos con la realidad… y viceversa.

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