texto ANDREI MALDONADO
El mundo de las películas de Disney se compone de personajes base que se repiten en cada historia: una heroína o princesa. Un héroe o príncipe, uno o varios patiños de los protagonistas y, por supuesto, un villano con secuaces. Existen muchos que gozan de gran fama entre chicos y grandes, como Cruella de Vil, Úrsula o Scar.
Los que analizaremos a continuación se destacan por tener un lado demasiado humano, por lo que en ocasiones parecen ser extremadamente reales, y por ende más crueles; pero también, en muchas otras ocasiones, aparecen como víctimas de las circunstancias que les tocaron vivir, como cualquier persona de carne y hueso.
Frollo
El juez Claude Frollo, villano de El jorobado de Notre Dame (1996), es quizá uno de los más crueles antagonistas del universo Disney, sobre todo porque su crueldad es terriblemente humana. No es alguien con poderes, una criatura sobrenatural ni mucho menos. Es, sin embargo, la máxima autoridad de París, en una Francia dominada por la Inquisición.
Frollo no solo se gana un puesto importante entre los villanos Disney por ser responsable de la muerte de la madre de Quasimodo. Todos sus actos conllevan una infinita maldad, dominada por su xenofobia hacia los gitanos, a los cuales desprecia por pobres, por mundanos, y los acusa constantemente de herejía, tachándolos de brujos.
Pero un detalle importante es que el máximo juez de París es el único villano con una evidente debilidad hacia las mujeres. No es solo un malvado que quiera casarse con la princesa bajo engaños. Abiertamente le propone a Esmeralda salvarse de la hoguera si se queda a su lado. Es decir, que le hace insinuaciones sexuales a cambio de salvarle la vida.
El final es más que merecido para un ser tan cruel, que incluso dentro del propio templo de Notre Dame estaba dispuesto a matar a Quasi y Esmeralda, cayendo aferrado a una gárgola a las llamas de la propia hoguera que desató, exclamando “…y Él castigará a los malvados y los enviará al fuego infernal…”, lo que es toda una ironía, al recibir el castigo que tanto pedía para otros.
Dr. Facilier
Antagonista de La Princesa y El sapo (2009), película que pertenece a la etapa más atrevida de los estudios Disney, que apostaron por ambientar sus historias en culturas de otros países o bien en segmentos de la propia sociedad norteamericano no explorados antes, como la Nueva Orleans posterior a la Guerra Civil.
En ese entorno aparece un villano muy distinto a otros. Para empezar Facilier no tiene algo en particular contra los protagonistas. Su ambición es el poder, aunque sea a pequeña escala. Para ello se basa en el engaño, en los trucos de magia y, cuando es necesario, recurre al vudú y a los embrujos, a los cuales tiene acceso a través de sus “amigos de las sombras”.
Ese es quizá uno de los elementos más tenebrosos que rodean al personaje, pero también de los más tristes, ya que continuamente durante la historia lo vemos pedirle a sus “arrendadores” de magia tiempo para pagar sus deudas contraídas. Incluso su sombra se ve separada de él, actúa por cuenta propia, lo que refleja que su alma está demasiado comprometida.
Finalmente, cuando sus planes fallan, sus “contactos del más allá” se cobran los favores con el alma de Facilier, en lo que es uno de los finales de villanos más lúgubres de las películas de Disney.
Madre Gothel
Uno de los villanos que, si no pone uno cuidado, solo pasa como un villano más, tan malvada como Maléfica. Pero si se ve a detalle encontrará que Madre Gothel es más una mujer infortunada que una malvada madrastra. Una mujer, a fin de cuentas, víctima de un mal que, en esencia, es el mismo que afectaba tanto a la madrastra de Blanca Nieves y a muchas mujeres del siglo XXI: la belleza y la juventud.
Gothel, antagonista de Enredados (2010), es una hechicera que descubre en una flor la magia para permanecer siempre joven y bella. Cuando la flor es usada para sanar a la reina del lugar Gothel se queda sin su preciada fuente de eternidad, pero descubre que la hija de la reina, Rapunzel, ha heredado el don de la flor en su larga cabellera dorada.
Lejos de querer dañarla Gothel quiere llevarse solo un pequeño mechón de la bebé, pero como al ser cortado el cabello pierde su magia, opta por secuestrar a la niña. Claro, es un acto criminal, pero a fin de cuentas solo un acto desesperado de una vanidad llevada a un punto patológico. Así Gothel finge ser la madre de Rapunzel y la oculta del mundo para su beneficio en una alejada torre.
De ahí en adelante su esfuerzo se centra en que la ahora mujer Rapunzel no descubra la verdad, aunque hay que decirlo que jamás la humilla o maltrata, como haría una malvada madrastra o hermanastra, como en Cenicienta. El desenlace de esta mujer es aún más trágico: al ver cortado por completo todo el cabello de Rapunzel, Gothel entra en la desesperación por envejecer y cae de la torre.
Michael Yagoobian
Conocido casi toda la película como “El del sombrero”, Michael Yagoobian es el “villano” de La familia del futuro (2007). Villano entrecomillado porque, como se va viendo durante la trama, realmente es manipulado por un robot en forma de bombín llamado Dor-15, quien utiliza el resentimiento que “Mike” ha cultivado desde que era un niño contra Lewis, su compañero de cuarto en el orfanato, el cual al desvelarse con sus inventos no lo deja dormir y le arruina un juego de beisbol.
El punto trágico en la existencia de Michael “Goob” Yagoobian no es que se trate de un niño huérfano, sino en que él decide tomar un evento determinado, como quedarse dormido a medio juego y no poder cachar la pelota, como pretexto para ser infeliz toda su vida. Se dedicó solo a recordar lo malo y espantó a todos los padres que querían adoptarlo, culpando de su infortunio a Lewis.
Abruma esta situación ya que es, lamentablemente, la postura que muchas personas eligen: deciden ser infelices teniendo todo para salir adelante. De ahí en más Michael, o mejor dicho “El del sombrero”, en quien se convierte en el futuro, es más un patiño que un villano, pues todo le sale mal. A final de cuentas quien parece salirse con la suya es “Doris”, quien también odia a Lewis.
A final de cuentas el robot es derrotado y el final feliz solo alcanza al Michael del pasado. El del sombrero, al ver su error, declina la invitación a tener una familia. Una vez más elige ser infeliz. Para su “yo” del pasado el destino se redime: Lewis lo despierta a tiempo para que atrape la pelota, él es feliz y encuentra una familia adoptiva. El destino y las decisiones son protagonistas de esta película.
Comandante Lyle Tiberius Rourke
Un mercenario. Así de sencillo, pero a la vez, así de humano. Un exmilitar cuya única ambición es el dinero. Como muchas películas de aventura live-action Rourke se revela como el villano a mitad de la historia, aunque desde un principio se nota que es un hombretón violento, al cual solo le interesan las cosas mundanas, situación que explota al ver el potencial de la Atlántida.
Sí, hablamos de uno de los villanos más menospreciados por los fans, siendo que es el común denominador de muchos líderes, políticos y empresarios del mundo actual. Villanos del mundo real. Incluso él mismo se presenta como “un investigador capitalista” cuando Milo, protagonista de Atlantis: el imperio perdido (2001) lo llama mercenario, al no importarle nada, ni siquiera la vida humana.
Rourke incluso se deshace de su ayudante, la igualmente ambiciosa Helga Sinclair, que es toda una femme fatale. El final del comandante termina siendo una lección de lo que le puede pasar al hombre cuando subestima el poder de la naturaleza y el misticismo que existe en las culturas primigenias: el elemento que pretende robar lo destruye, y con él desaparece toda la ambición de la expedición.
Mención especial aquí a John Clayton, villano de Tarzán (1999) que guarda mucha similitud con Rourke al ser un hombre corpulento, algo brusco de tratos, siempre acompañado de su arma y movido por la ambición que genera el dinero, cuya muerte fue también una de las más impactantes, pues muere estrangulado por las lianas de la selva durante su lucha contra Tarzán.
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