miércoles, 1 de enero de 2020

“Joker” (o la risa más triste del mundo)

texto ANDREI MALDONADO

Pon tu mejor sonrisa

¿Qué se esconde detrás de una sonrisa? ¿Será acaso la risa solo una expresión de felicidad, o encierra acaso la tristeza más grande del mundo? Joker ha conseguido rebasar todas las expectativas que sobre ella había, porque Todd Phillips ha ido más allá de una historia sobre los orígenes de un súper villano. Ha sabido retratar inteligentemente muchos de los temas que hoy estremecen a la sociedad, y uno en el que pocas veces el cine se fija: los trastornos mentales y el comportamiento de la sociedad ante ellos.

La peor parte de tener un trastorno mental es que la gente actúa como si no lo tuvieras

Arthur Fleck -interpretado más que magistralmente por Joaquin Phoenix-, a quien su madre le ha encomendado la tarea de “llevar la alegría a este oscuro mundo lleno de tristeza”, es un hombre entrado en la adultez mayor, que vive precisamente con su madre, a la cual atiende devotamente, y a la cual provee de forma raquítica con su empleo como payaso publicitario y para alegrar a los niños del hospital. Resulta una ironía que alguien como él tenga tan complicada encomienda.

Durante años no sabía si quiera si existía, pero existo, y la gente se está dando cuenta.

“Feliz”, el sobrenombre con el que su madre Penny Fleck lo llama, es una triste sentencia sobre todo lo que él no es: feliz. Arthur ríe justo cuando está más triste, más desolado, a causa de un trastorno en su cabeza Las canciones que acompañan la historia, como “It´s Live”, de Frank Sinatra, o “Smile” de Jimmy Durante, son los claros ejemplos de la lucha de una persona a la cual su situación personal y su contexto social no le favorecen, y que sin embargo sigue intentándolo en base a sus héroes de la televisión, principalmente el presentador Murray Franklin.

Creí que mi vida era una tragedia, ahora sé que es una comedia

Pero la ciudad también es un villano en esta historia. La secuencia donde el tren entra en Ciudad Gótica, acompañada genialmente por la música incidental, confiere a esta mole de acero un halo monstruoso. Y es que al ver cómo cada uno de los personajes de esta atroz urbe que se hunde entre ratas, basura y robos se aprovecha de Arthur, nos viene a la mente esa frase de Nietzsche: “cuando miras largo tiempo el abismo, el abismo también mira dentro de ti” ¿cuánto tempo podía resistir nuestro desdichado amigo las injusticias de “Ciudad Caótica”?


Espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida

Pero ni en su primer desahogo el personaje de esta tragedia es redimido. Philips ataja toda tentación del cine de súper héroes, más allá de escenas como el descenso por las escaleras al son de “Rock & Roll part 2”. El descubrirse como un huérfano adoptado, al cual su madre adoptiva no lo defendió de los abusos y golpes de sus amantes, después de haber creído que era hijo del mismísimo Tomás Wayne, solo lo va enloqueciendo más, arrastrándolo en una espiral donde solo hace falta cerrar el telón tras una última danza.

¿Qué obtienes cuando cruzas a un enfermo mental solitario con una sociedad que lo abandona y lo trata como basura?

Toc-toc. La comedia llegó a su fin. Al final de cuentas la vida no es más que un show de stand-up. La pared de ladrillos detrás de él se sustituye con una marea de enardecidos seguidores, cual rock star, después de haber sellado su última guasa en televisión, dándole “lo que merece” a los malos que se burlaron de él. No pretende ser un símbolo, ni tampoco un héroe o un mesías redentor. Todo lo que Arthur siempre soñó desde niño fue ser comediante. Ahora su público lo alaba, pide más de su show, y una sonrisa se dibuja en su rostro.

Obtienes lo que mereces

Joker no solo es una obra maestra en todo sentido, desde la música hasta los vestuarios, pasando por grandes escenarios estilo años 80´s, con un montaje impresionante y un guión invaluable. La película deja de manifiesto la carencia de la calidad en el tratamiento de la salud mental de los estratos de la población más desfavorecidos. El anquilosado sistema burocrático del gobierno, para el cual estas personas no son más que “payasos”, como diría el propio Tomás Wayne en plena campaña por la alcaldía de Ciudad Gótica.

¿Una última broma?

De igual manera Joker aparece cuando el mundo está envuelto en una época convulsa, con manifestaciones multitudinarias que exigen justicia para los más pobres, freno a la violencia contra las mujeres y gobiernos que no sean liderados por corruptos. Manifestaciones que, al ser revolucionarias, se trastornan fácil en más violencia. Acaso sea esa Ciudad Gótica retro que nos presenta Todd Phillips una visión futura y oscura de nuestro mundo. Un montón de gente desesperada, perdida, en busca de un líder, en busca de su “Guasón”.

Y recuerden… así es la vida.

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