martes, 24 de diciembre de 2019

Festival Internacional de Cine de Los Cabos: La gran fiesta del cine en el pacífico

texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ
fotografía ITZÚ MARTÍNEZ y ALEJANDRO SAVANT


Este año había decidido, antes de empezar la cobertura del festival, que mi texto sobre este sería diferente. Creí que luego de siete años del festival, tres años cubriéndolo y escribiendo sobre él en las páginas de Cinéfagos, no habría algo nuevo o algo que, sin bajar su calidad, nos mostrara cosas diferentes.

Por ello pretendía es esta octava edición, cuarto año que cubro el festival, escribir sólo sobre las películas que vería, pero una vez más la gente detrás de este certamen ha logrado hacer que el FIC Los cabos se muestre a mi parecer como un serio contendiente a ser, en muy pocos años, el mejor festival de cine en México, y contando además con la enorme fortuna de tenerlo en casa.

Este año el festival se llevó a cabo del 13 al 17 de noviembre, con una gala de inauguración que presentó no sólo una de las películas más esperadas del año, y que desde ahora les digo a mi parecer es una de las mejores, como lo es The Irishman, sino que enmarcaba la noche la presencia del actor protagónico, nada menos que Robert De Niro, para muchos el mejor actor contemporáneo.

Entre celebridades y talento invitado, los tres días siguientes de proyecciones que se llevaron a cabo en la Plaza Puerto Paraíso, nos mostró mucho de lo mejor del año producido alrededor del mundo y mucho de este cine exhibido en los mejores festivales europeos.

Los estrenos en México de películas como la canadiense Antigone, seleccionada por este país para contender al Oscar por mejor película extranjera, Waves, del interesante director norteamericano Trey Edwards Shults, lo nuevo de grandes cineastas como Hirokazu Koreeda, Werner Herzog, Roy Anderson, Jim Jarmusch, Noah Baumbach, entre otros.


No está demás recalcar que este año el festival tuvo una selección de películas mexicanas que sin lugar a dudas darán mucho de qué hablar a lo largo del siguiente año por su gran calidad y las grandes propuestas estéticas y narrativas que resultan tener.

Películas como La Paloma y El Lobo, de Carlos Lenin, El Deseo de Ana, de Emilio Santoyo (mi favorita), Club Internacional Aguerridos, de Leandro Córdova, Mano de Obra, de David Zonana, La Fiera y la Fiesta, de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, entre otras; conformaron la distinguida y exquisita selección.

Además de las 42 películas que conformaron este año, repartidas en las diferentes secciones que ya hemos mencionado en ediciones pasadas de la revista (el único punto a destacar en esto es que este año se agregó una nueva sección al festival llamada HerSTORY, que muestra películas sobre la mujer y la importancia de sus historias en el cine), el festival se vistió de conferencias con la presencia de varios homenajeados y reconocimientos a personajes con aporte a la industria del cine.

Yalitza Aparicio recibió un reconocimiento de las manos de la actriz Daniela Vega, por ser la portavoz de la iniciativa "Mujeres Extraordinarias" lanzada por el festival, con tal de dar voz y hacer cada vez más hincapié en la necesidad de una apertura y más oportunidades a las mujeres en el quehacer cinematográfico. Otra mujer reconocida fue la actriz Eiza González por su trayectoria internacional.

Los Spotlights de este año fueron para el cineasta norteamericano Ira Sachs, un director que ha sido figura importante en la industria cinematográfica independiente en Estados Unidos, de quien se hizo una retrospectiva, y se estrenó su más reciente película Frankie, protagonizada por Isabelle Huppert.


El otro fue para la directora mexicana Tatiana Huezo, que además de proyectarse sus multipremiados documentales El Lugar Más Pequeño y Tempestad, mostró un pequeño adelanto de su siguiente película en la que da el salto a la ficción, que llevará por nombre Noche de Fuego.

Dentro de las actividades del festival llamada Los Cabos+, se llevó a cabo, además de las funciones en la playa y al aire libre, que este año también tuvieron como sede además de San José del Cabo a la ciudad de La Paz; la masterclass "Contar la realidad: el caso de 1994", con el director Diego Osorno.

Y en algo sin precedentes que pone al festival en la mirada del mundo entero, el "Panel de cinefotógrafas: miradas extraordinarias", con tres mujeres que se dedican a la fotografía en el cine como los son Ashley Connor, Agnés Godard (conocida por su trabajo con Claire Denis) y la uruguaya-mexicana María Secco, con una plática moderada por la reconocida crítica de cine Fernanda Solórzano.

En la gala de clausura se reconocieron como ganadores a la película La Paloma y el Lobo, como mejor película mexicana de la competencia México Primero; la canadiense The Twentieth Century ganó la competencia Los Cabos, donde se proyectan trabajos de lo que es el lema del festival: ver lo que están haciendo los vecinos. El premio del público fue para la mexicana Observar Las Aves.

Una edición que confirma la gran valía de este festival, lo mucho que aún puede dar a la industria por el apoyo que brinda a través del Gabriel Figueroa Fim Fund, que desde la segunda edición del festival viene apoyando a muchas películas que sin ese apoyo no se habrían llevado a cabo, muchas de ellas estrenadas años después en el mismo festival.


Finalizo mi texto recordando unas palabras que Andrei Maldonado escribió en la editorial de uno de los números pasados donde remarca mi trabajo en la cobertura en los festivales en estas latitudes del país con una labor casi amorosa, y he de decir que no lo pudo haber dicho mejor.

Ver cine, estar en el cine durante tres días seguidos (el festival dura cinco días, pero las proyecciones se dan en realidad de tres días, quitando el primer día de la inauguración y el último donde se proyectan a las películas ganadoras), con algunos días en que la jornada nos obliga a estar de ocho de la mañana a pasadas las once de la noche, charlar cara a cara con directores, escuchar hablar a guionistas, productores y actores sobre las películas en las que trabajan, sobre todo a los que presentan óperas primas o estrenos mundiales, esas caras nuevas tan necesarias en nuestro país y en el séptimo arte, eso es algo que me apasiona y me llena de vida, podría vivir de esto, creo que de cierta manera ya vivo de esta adrenalina que me permite seguirme emocionando. Así que, terminado el festival, ya estoy esperando el siguiente; si nos lo permite la vida, nos vemos en el 2020.

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