texto ANDREI MALDONADO
fotografía ERIC EDUARTE VILLA
En el marco del onceavo Festival de Cine Mexicano de Durango se homenajeó el trabajo y trayectoria en cine, teatro y televisión de la actriz, originaria de Guadalupe Victoria, Durango, Lourdes Villarreal, quien en una charla –más que una entrevista- nos compartió sobre sus orígenes en el teatro, sus consejos a las nuevas generaciones y el devenir de la actuación y la comedia.
¿Qué siente al recibir este reconocimiento en su tierra y en el marco de un festival dedicado solamente al cine mexicano?
Apenas puedo con la emoción (risas) creo que en ratos me sobre emocioné porque no lo esperaba. Ya a mi edad… a veces lo que no te sucedió en cierta época ya no sucede, por lo que ya no pensaba en eso. Pero ahora que es una gentileza de la directora del ICED, Socorro Soto, el que reconozca mi trayectoria de tantos años, sobre todo trabajados aquí en Durango. Porque cuando ella me invitó a recibir este reconocimiento en el festival yo le dije que sí, por supuesto que aceptaba, aunque he sido más una actriz de teatro y televisión que de cine.
Yo acepté principalmente porque, ya reflexionando, me he dado cuenta que sí he trabajado mucho todos estos años, y el trabajo siempre trasciende ¿Cómo? No siempre sabe uno, pero se hace notar. Y no hay una fórmula de cómo logar la trascendencia, solo que el trabajo siempre luce de alguna manera, y eso lo nota la gente. En provincia de trabaja mucho, muchas veces en condiciones adversas, pero se logra mucho, y eso lo admiro. Tengo amigos que la batallaron, se fueron y regresaron y ahora son personalidades importantes. Eso me hace sentir un poco culpable, el que no regresé lo suficiente a Durango para apoyar a los actores.
¿Cómo fue precisamente ese proceso de dejar Durango?
Fue muy difícil, porque yo era una inadaptada. Ya con el hecho de que al balde le dijeran cubeta, ya con eso (risas). Me acuerdo la primera vez que comí chorizó allá en México, nada que ver con el que comemos acá. Yo trabajaba y estudiaba con el único deseo de regresarme. Extrañaba la forma de hablar, la franqueza y el sentido del humor que se tiene entre los duranguenses. Eso especialmente extrañaba: la bromas, los chistes y hasta el burlesque. Y es que, la verdad, el que hace reír es el rey. Por encima del actor dramático el actor de comedia es el verdadero rey. Por eso Chaplin, Cantinflas, Tin-tan, son los que van a trascender.
Yo no pensaba irme de aquí, por eso no soy un ejemplo a seguir, a fin de cuentas, el hombre es él y sus circunstancias. Pero tuve un maestro que me alentó a irme. Me dijo “tú puedes ser la más talentosa de Durango, pero eso no durará. Luego vendrá alguien mejor que tú, porque siempre hay gente que hace las cosas mejor que nosotros, y tu tiempo habrá pasado. Necesitas migrar a otros horizontes para que te capacites y te exijas siempre más a ti misma”, y por eso me fui.
¿Hoy en día es difícil hacer reír a la gente?
Sí, porque no se ha aquilatado el valor de la risa. Ya no hay buenos comediantes, y los que hay se han ido hacia la comedia vulgar, y yo creo que la verdadera comedia no debe irse a lo vulgar. Yo tuve un maestro que se llamó Raúl Quintanilla, que nos decía que teníamos que hacer todo con belleza. Yo le pregunté “Maestro, ¿qué es hacer todo con belleza?”, y él me contestó que todo lo que eluda al mal gusto. Entonces pregunté qué era el mal gusto, y me respondió: el mal gusto es un ancho rio que tiene dos vertientes: la vulgaridad y la cursilería”, y nosotros como actores debemos saber mediar.
En México no hemos sabido hacer comedia. En Estados Unidos la gente acude a ver comedias al teatro y al cine, y estas se exportan a todo el mundo. Aquí no se explota el teatro de comedia, si lo hiciera la gente acudiría a más obras, porque la risa te causa una reacción importante que te asocia al público, la felicidad es el lenguaje del ser humano. Lo malo es que no dura mucho tiempo (risas), por eso los cómicos son los mejor pagados. Cantinflas fue un actor sin escuela, y es el más grande que ha habido. Hoy hay escuelas, y si no las hay en nuestra ciudad tenemos la obligación de ver todo e teatro posible.
¿Cree que sea necesario una escuela de actuación en Durango?
¡Claro que sí! En Durango hay muchos buenos actores y muchos jóvenes con deseos de iniciarse en la actuación. Me extraña que no haya una escuela para actores, porque la hay de música, de pintura y de cine, y se está desaprovechando el talento natural que tenemos los duranguenses y en general el norteño, con esa disposición innata a la comedia. Pero no es la escuela lo más elemental. Existen otras vías de formación como lo es la Casa de la Cultura. El teatro se hace con la gente que tiene disposición de trabajar y deseos de crecer. Se necesita que los jóvenes lean mucho, sobre todo poesía, que declamen.
Se debe aprovechar que la principal vena artística que tiene Durango es el de la poesía. Aun cuando hay muchos actores y músicos creo que lo que más abunda son poetas, y muy talentosos. Olga Arias, Dolores Guerrero, Petronilo Amaya, ente muchos más. Yo siempre que puedo le recomiendo a los jóvenes actores que lean mucho, pero que lo hagan en voz alta, para que vayan enamorándose de su voz. Porque a fin de cuentas mucho de lo que uno puede enseñar de actuación es más bien a motivar a aquel que inicia y a aquel que tiene dudas.
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