texto ANDREI MALDONADO
Pocas veces un tráiler me ha conmocionado tanto como el de Doctor Sueño. Ver la continuación de la gran historia de Stephen King, con evidentes referencias a la película de Stanley Kubrick, hizo que llorara de la expectación, tanto cuando lo vi por vez primera en mi computadora como cuando tuve la oportunidad de apreciarlo en el cine.
Previo al estreno la Warner Bros. tuvo a bien re-estrenar El resplandor. Era la primera vez que veía la joya de Stanley Kubrick en pantalla grande (además de la Cineteca de Durango) por lo que ver el intro con el icónico tema de la película en su máxima expresión cinéfila fue verdaderamente único. En esa función se presentó como prólogo un mini-documental sobre cómo se hizo la película, tratando de fusionar el universo de Kubrick con el de King.
Después llegó el momento de la verdad. El encuentro con la adaptación del libro y la continuación de la cinta de 1980. El comienzo no podía ser más prometedor: el logo de la Warner en versión retro con el tema de inicio de El resplandor. Tras la presentación de los nuevos antagonistas, vino el esperado regreso al Overlook, el hotel siniestro enclavado en lo más alto de las nevadas montañas de Colorado, en una secuencia que, a mi gusto, debió haber sido la primera de la cinta.
Y esto lo digo no como mero aficionado, sino por lo que vino después. Para entender qué pasó tras la huida de Wendy y Danny, el director Mike Flanagan –quien tuvo la responsabilidad de hacer el guion bajo supervisión de Stephen King- nos presenta un corolario donde se ven a ambos viviendo en Florida, con actores que de verdad guardan similitud en su forma de hablar y verse con los originales, incluido la introducción de Dick Halloran como un fantasma que aconseja a Danny.
Posteriormente la cinta recobra la propia historia de “Doctor Sueño”, aunque con constantes referencias a El resplandor de Kubrick, y digo “el de Kubrick” porque, como todos sabemos, el cineasta hizo muchos cambios en su guion a la novela original. Es por ello que vemos aparecer a los fantasmas del Overlook con tremendo parecido a los actores originales de la película, incluso con flash-backs en donde se recuerdan icónicas escenas como la de la sangre saliendo del elevador.
Es por eso que quizá el montaje del comienzo de la película sea su punto débil, pues si durante la historia se iba a hacer referencia a la nostalgia hubiera sido lindo que, desde el inicio, comenzáramos poniéndonos “retro”. Sin embargo, para el reto que significaba darle gusto al autor de la obra, pero no traicionar a los espectadores que esperaban una secuela (en todo el sentido de la palabra) Flanagan (que ya tiene carrera en el tema de las adaptaciones) sale bien librado.
Además de ello la película funciona bien como bien funciona el libro. Doctor Sueño no es una obra maestra del terror como sí lo fue El resplandor, pero quien haya entrado a la sala esperando eso fue un verdadero ingenuo, y quizá eso haya hecho que disfrutasen menos la historia. Doctor Sueño difiere de su antecesora en muchos sentidos, sobre todo porque el libro fue escrito 36 años después de “El resplandor”, lo que le dio tiempo a Stephen de crear un universo mucho más amplio.
La historia tiene elementos del orden fantástico, al más puro estilo de “La torre oscura”, una obra mucho más reciente que “Misery” o “It”, que nos remite a las películas de M. Night Shylaman (y ahora entendemos sus influencias); tiene todos los elementos para mantener al espectador entretenido las 2 horas y 33 minutos que dura el largometraje: villanos temibles, poderes sobrenaturales, maldad extrema, bondad que se sobrepone a todo, sangre, muerte, etcétera.
En cuanto al objetivo que dijo Flanagan en el documental previo a El resplandor, sobre hacer una digna obra que recordara a Kubrick, el esfuerzo de recrear a la perfección las escenas más representativas y de mantener la esencia de la fotografía y el montaje en cuanto a música, emplazamientos y fundidos entre escenas, el objetivo se logra también. Aunque claro, Jack Nicholson solo hay uno, como solo un Stanley Kubrick pisó esta tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario