viernes, 14 de diciembre de 2018

Roma: la reinvención de Cuarón

texto JUAN JOSÉ ANTUNA ORTIZ

Ser de las pocas personas que ha podido ver Roma en el mundo, y digo pocas en comparación a toda la gente que ya quiere conocer el más reciente trabajo del realizador mexicano Alfonso Cuarón luego de haber ganado el Oscar a Mejor Dirección por Gravity y regresar a México a filmar la película que él mismo ha declarado había querido filmar toda la vida, me hace sentir privilegiado.

El día de la proyección de la película estuvo presente el productor de la cinta Nicolás Celis, quien nos hizo algunos comentarios sobre la producción, como el hecho de que Alfonso no había mostrado a nadie el guion hasta que finalizó la filmación, sólo se limitaba a dar indicaciones cada vez que rodaban alguna escena; también nos contó que la película fue filmada cronológicamente para que los actores empatizaran aún más con lo que ellos creían que contaba la historia.

Pero hablar de la película es sin lugar a dudas hablar de una película por demás hermosa. Visualmente es encantadora, se nota todo el amor de Cuarón, no sólo por el proyecto en el que por primera vez funge además de escritor y director, hace de editor y fotógrafo. La recreación de la época con minuciosa perfección no sólo en los cuadros que mostraba una Ciudad de México en los años setenta, tanto en la Roma como en la ciudad retratando los cines que Cuarón solía visitar de niño, y las calles de los alrededores donde aún tenía este aire entre provinciano como la retratada en Los Olvidados de Luis Buñuel.

Lo mágico de Roma, me parece, está en cómo Cuarón recrea la historia de la película con muchas de sus vivencias (la película no es autobiográfica como tal) seguro de muchos años de convivencia tanto con su familia como con Libo, (la mujer a quien dedica la película y que es representada en el papel de Cleo por Yalitza Aparicio, quien junto con Marina de Tavira quien hace el papel de la madre de Cuarón, hacen un par de actuaciones descomunales y dignas para recordar) y las plasma en un lapso corto de tiempo en el que concentra además hechos que marcaron la ciudad y la historia como el terremoto de 1971 y el halconazo, y los cuales son un adorno que realza la película, ni son distractores, ni están por estar, pero tampoco roban la atención de la historia tan hermosa que Alfonso quería contar.

Me gustó mucho ver que Cuarón no se haya dormido en sus laureles luego de la laureada, pero que a mí no me deja mucho, Gravity, esta sin ser su mejor película (porque la verdad considero que Childrens Of Men es por mucho su mejor trabajo a la fecha) me ha dejado mucho no sólo por la historia, por lo bien contada, por lo maravillosamente realizada, ni por lo conmovedora que en lapsos puede ser, sino por el reto que siempre es para un director reinventarse, arriesgarse, y que ese amor se vea reflejado, y que por supuesto, se le retribuya.

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