texto ANDREI MALDONADO
fotografía ERIC EDUARTE VILLA
La primera edición del Festival del Nuevo Cine Mexicano como un festival independiente hizo honor a su esencia a través de diversas proyecciones y actividades que refrendaban el espíritu de la libre realización cinematográfica. Los cortometrajes de la sección Hecho en Durango o la función de La fórmula secreta ofrecieron otra panorámica a los asistentes.
La proyección de una película como Oso Polar, la primera filmada en Latinoamérica completamente con celulares, fue ejemplo de que el objetivo no solo es proyectar el cine que se está haciendo actualmente en nuestro México, sino de servir como una ventana para que los jóvenes duranguenses conozcan todo el abanico de oportunidades que tienen para filmar.
Además de presentar su película Marcelo Tobar impartió un taller llamado “Cine a la mano”, el cual tenía como objetivo el que los jóvenes aprendieran a trabajar con bajo presupuesto y con los recursos que tienen a la mano, pero además sirvió como escenario para sensibilizarlos en una nueva forma de ver el cine. En exclusiva platicamos con Marcelo al respecto.
Cuéntanos cuales han sido los resultados del taller que impartiste aquí en Durango.
Se llama “Cine a la mano” pero debería ser “Sensibilización cinematográfica” o algo así, porque lo que hice más que enseñarles fue empoderarlos, eso es lo que me interesa. La relación maestro-alumno no empodera, siempre es jerárquica. Lo que me interesaba con los chavos era que juntos exploráramos una manera diferente de ver el cine, que abrieran la mente a percibir la imagen cinematográfica de otra manera, en contraposición de la dictadura de los tres actos o de saber qué historia cuenta la película.
Esos conceptos son una falacia, el cine no es literatura, no es teatro, el cine es imagen y es sonido y tiene mucho más que ver con la filosofía que con la literatura. Sé que suena muy de autor pero lo que hago es ponerles escenas de películas y después preguntarles qué sintieron, qué vieron. Películas en alemán sin subtítulos para que me expresen qué sintieron con el color, con el casting, con los rostros, el ritmo de la escena.
Por ejemplo les puse la primera secuencia de Post Tenebras Lux de Carlos Reygadas que es una secuencia muy hermosa pero que al espectador promedio aburre. Como ellos ya estaban sensibilizados a percibir otras cosas les encantó porque percibieron mucho más de lo que percibe un espectador pasivo, que es en lo que nos están convirtiendo los Avengers y las series de Netflix. Al día siguiente los mandé a filmar y entre todos revisamos lo filmado para ver si había valores cinematográficos y cómo se podría haber hecho mejor.
¿Ya habías hecho este taller?
No, es la premier (risas)
¿Y piensas replicarlo?
Sí, totalmente. Me encanta, me fascina, me enloquece (risas)
Ahora háblanos de Oso Polar ¿cuál ha sido la recepción que ha tenido, más allá de la reacción esperada porque fue filmada con un iPhone?
En cada país ha sido distinto. En Curazao hubo una charla muy amplia sobre el contenido social de la película porque ahí la mayoría de la población es de raza negra y no sabían que en México el racismo está tan marcado pese a que nuestro pantone de piel no está tan marcado. En Málaga tuvimos una función con personas de la tercera edad que nunca notaron que la película fuera realizada con teléfonos celulares. Voy a tener una función en Estados Unidos y a ver cómo nos va allá.
En México las reacciones han sido distintas dependiendo del estado. En el norte, principalmente en Nuevo León, nadie quería hablar del racismo, nadie hacía preguntas sobre ello, y eso habla mucho de la sociedad, porque en México se piensa que no hay racismo, sino clasismo y sí, sí lo hay, se vive a diario y muy pocas personas hablan sobre eso.
¿No te has encontrado con ‘puristas’ que cuestionen el hecho de que la película esté filmada con celulares?
Sólo en Twitter y eso me parece muy cobarde. Me consta que hay gente que piensa que la película se ve mal, que no debería ser así, que el cine no es esto, que esto no es una película y cosas así. Ojalá me lo dijeran en la cara y no es porque haya que confrontarlos, sino porque es interesante deconstruir el pensamiento ¿Por qué piensas eso? ¿Por qué llegas a esas conclusiones?
Pero nadie ha querido tener un dialogo frontal conmigo. La gente solo dice si le gusta o no o bien miente y luego van a Twitter y te destruyen y como nunca respondo en Twitter, porque me parece una pendejada, nunca he tenido un ‘toma y daca’ como tal, que sería algo interesante.
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