La novela policiaca y la novela negra no son géneros nuevos, pero sí poco explorados en la literatura mexicana. El escritor sinaloense Elmer Mendoza es uno de los que ha incursionado de mejor manera que ningún otro, y aprovechamos su más reciente visita a Durango para charlar sobre cómo se inició en el arte de las letras impresas.
¿Cuándo nació su interés por la literatura? ¿Cómo ha sido desarrollarla en un país donde hay poco fomento a la lectura?
Creo que es algo genético. Un día, quizá por accidente, empecé a leer una novela, me gustó y seguí leyendo toda mi vida. Entonces resultó que tenía talento para escribir y comenzó el proceso de desarrollarlo, de practicarlo mucho, de escribir durante años, es lo que me ha llevado hasta acá. Y no importa el país donde viva, yo tengo que desarrollar mi vocación que es esa. Si tengo la suerte de tener lectores, pues qué bueno.
¿Cómo descubrió que la novela policiaca era su vocación?
De eso no estoy muy seguro, porque en primer lugar leía novelas de aventuras, después policiacas y me gustó el papel del detective, que gana pero sufre, que no gana todas, que es solitario, que nunca se queda con la chica como el héroe tradicional, eso es lo que me hizo meterme en este género tan especial y tan exigente.
¿Qué parte de usted se queda en sus historias?
Creo que mi tenacidad, mi deseo de escribir bien, de contar bien las historias, de hacer juegos originales, la intención de ser un escritor realmente diferente.
¿Con qué se queda de todos estos años? ¿Qué experiencia es la más gratificante?
La de ayudar a otros a que escriban un poco mejor de como lo hacen. Es una de las experiencias más ricas. No creo que los que asisten a un taller me enseñen, es al leer sus historias donde aprendo, y como he hecho muchísimos cursos en 20 años creo que he aprendido mucho de las otras personas que están escribiendo una novela.
Háblenos de su última novela, “Besar al Detective”
“Besar al Detective” es la cuarta novela de la saga del detective ‘Zurdo’ Mendieta que salió a finales de 2015 y ha ido ganando prestigio, ganando lectores. Me gustó presentarla en Durango al ser una ciudad muy próxima a de donde yo soy, Culiacán. Creo que hay muchas cosas que nos pasan en común y siempre que vengo de viaje o a trabajar me siento muy a gusto. El propio nombre de Durango me fascina y tengo afortunadamente muchos lectores aquí.
¿Qué le hace falta a México para salir de ese marasmo de no leer?
Creo que se debe dar una orientación adecuada de cuáles son los procesos de lectura y sabe cuál es el libro adecuado para cada uno, porque no porque un libro le guste a muchos le va a gustar a todos. Se cree que los maestros son quienes deben encargarse de eso, pero no todos los maestros leen. Nos toca a nosotros explorar eso y descubrirlo. Saber cuál es la literatura que me gusta y ahí buscar. Pero debe existir alguien que te impulse para que sepas que una lectura te puede cambiar la forma de ver el mundo, mientras eso no pase nunca te dará interés.
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