por ANDREI MALDONADO
Desde junio de 1990 el actor de teatro, cine, televisión y doblaje Gabriel Chávez unió su vida con la de un personaje con el que, a su ver, lo único que comparte es su gusto por las mujeres: Charles Montgomery Burns, el icónico dueño de la planta nuclear de Springfield, hogar de la entrañable familia Simpson.
¿Actuación o doblaje, cual disfruta más?
Ambas, no puedes separar una de la otra en cuanto a disfrute, son muy diferentes una de otra para trabajar pero al disfrutarlas se debe hacer por igual. El doblaje lo disfruto mucho porque es tu voz lo que les da vida a otros personajes y juegas con ella, ya sea en caricatura o con actores reales. Por otra parte la actuación ha sido mi vida y mi sueño desde un principio.
¿Qué tanto hay del Señor Burns en Gabriel Chávez?
No mucho, solo que es muy coqueto, yo era muy coqueto de joven. Él es un amante de las mujeres, yo también. Es lo único, de ahí en fuera somos totalmente diferentes él y yo.
¿Cuál es el reto de dar vida a personajes totalmente opuestos?
Es un gran reto porque debes desprenderte de tu propia vida para darle vida a un personaje. Debes dejar de ser tú y transformarte en otro. Si tienes las tablas actorales lo puedes lograr, pero sí es un reto.
¿Algún episodio que haya sido especial?
Yo creo que todos. Si voy a trabajar en un capitulo tengo que entregarme totalmente. Pero algunos que sí me han dejado un especial sabor de boca han sido ¿Quién mató al Señor Burns? Y Los Expedientes Secretos de Springfield.
¿Qué tanta libertad existe para el actor de doblaje en México?
Depende. Si eres novel, si apenas comienzas en esto, cuidado, absolutamente no se te va a permitir hacer cambios a los diálogos. Pero si ya tienes un nombre, si ya tienes experiencia, lo puedes hacer. Ahora si yo siento que hay algo qué cambiar según la personalidad del personaje que voy a doblar yo se lo cambio, porque ya sé de esto, aunque siempre trato de que haya acuerdo con el director. En Los Simpson yo improvisé muchísimo.
Además del Señor Burns, ¿algún otro personaje entrañable?
Muchos, pero en especial el abuelito Phil de Hey Arnold. Han sido muchos personajes entre series, películas y caricaturas, más de diez mil quizá.
¿Y del trabajo actoral?
Ha sido también muy basto. Más de 20 películas, varias series, decenas de obras de teatro. Más de 15 años en series unitarias de TV Azteca. Este año estrenamos una película, el próximo concluyo otra con Carmen Salinas. Actualmente estoy en la serie Niño Santo de Canal Once. Muchos personajes.
¿Cuál es la sensación que le embarga al convivir con sus fans?
Agradecimiento. Es difícil trazarte metas y cumplirlas, pero más aún conservarte. Yo llegué hasta donde quise y me he mantenido porque no soy una diva ni mucho menos, me he conservado gracias al afecto que me dan los fans.
Cuando llegó el momento de separarse de Los Simpson ¿Cómo fue manejarse lejos de ese entorno pero a la vez seguir siendo para muchos el Señor Burns?
Yo siempre quise poner un sello y dejar una huella. El hecho de que nos los hayan quitado por un lado fue triste, fueron tiempos difíciles, pero ¿qué lograron con suplantarnos a nosotros los cinco actores originales? Darnos más trabajo. Cuando perdimos a Los Simpson empezamos a visitar Latinoamérica. Somos muy queridos y a donde nos piden ir ahí vamos.
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