martes, 18 de julio de 2017

Roger Moore: 00 - 7 veces Bond

por ERIC EDUARTE VILLA

“Sería muy desagradecido si no dijera que me gustó ser James Bond. Es como ser una piedra preciosa en un mercado muy costoso. Una película Bond es de lo más costoso que puedes conseguir como actor”.

Razón a Roger Moore no le faltaba sobre el costo que tenía un actor al convertirse en James Bond, un personaje que marcará por siempre al que lo interprete. Un riesgo que Roger decidió tomar a comienzos de los 70's, desde entonces el resto de su vida quedaría relacionado con el mítico personaje creado por Ian Fleming.

Casi siempre vestía formal, un toque sutil a diferencia de la elegancia como siempre lo hacía Bond. Roger, con una mirada seria y a la vez llena de carisma, y mientras te hablaba bajo un acento inglés de buen humor sosteniendo en una de sus manos un puro, siempre disfrutaba de charlar de su etapa como James Bond.

A su corta edad le tocó presenciar y sobrevivir la Segunda Guerra Mundial. Bajo los bombardeos en Londres nunca perdió su deseo por admirar las bellas artes. Pasados los conflictos, entrando a su juventud, su vida se enfocaría hacia la actuación, llegando su gusto por este arte tras acompañar a su padre quien fue policía e investigaba un robo en la casa de un director de películas (Brain Desmond Hurt).

su padre dejaba conocer a Moore al entonces director de cine, siendo así su intervención al séptimo arte contratado para ser extra en algunas películas de Brian. Poco a poco fue teniendo mayor experiencia hasta que, pasando la década de los cincuentas, llegó a Estados Unidos donde fue contratado para tener su primer papel de reparto en un largometraje. Posteriormente volvió a su natal Inglaterra donde empezaría la gran etapa de su carrera como actor.

En 1962 recibe una llamada de los productores Harry Saltzman y Albert R. Broccoli para que tome el rol del agente secreto James Bond, pero su compromiso con la serie de televisión El Santo se lo impediría, en su lugar fue contratado Sean Connery. Fue hasta 1973 que, finalizados sus compromisos con la televisión británica, fue nuevamente llamado para interpretar a Bond. No lo pensó dos veces para tomar la “licencia para matar”. Durante su fama en la televisión londinense ya había probado ser 007 en un episodio para un show, sólo que era para parodiar al personaje, y aun así mantenía el porte necesario para el papel serio. Connery había dejado la vara muy alta con el personaje, los cinéfilos de la saga apostaban que era el fin de 007 tras la despedida de Sean y del trago amargo que en ese entonces había dejado George Lazenby.


Al estrenarse la película Live and Let Die, desde los primeros segundos en que aparecía Roger como Bond, demostró que el agente inglés volvía de mejor manera y terminó realizando siete películas del 007, culminando su etapa en 1985 con la cinta A View To a Kill. Moore había escrito con letras de oro su historia en el cine, especialmente en la saga del espía.

Su despedida con el personaje fue emotiva, su gran sentido del humor no sólo lo dejó en algunas frases icónicas de James sino también en el set, en cada día de filmación dentro de los estudios Pinewood. Se convirtió en mentor de muchos actores y actrices jóvenes de la época, incluso de los futuros Bond como Pierce Brosnan.

Para muchos es considerado el mejor James Bond de la historia ya que Roger nunca se quejó de algo de su personaje, era muy abierto a la charla con cualquiera que se acercara durante los días de rodaje, fue quien más ha disfrutado ser 007. Su humildad como actor llegó a decir que no fue el mejor Bond y que sus predecesores lo han hecho mucho mejor. Siempre quiso regresar como villano de la franquicia que le dio fama, nunca le llegó la oportunidad, como también quiso ser recordado como uno de los mejores Hamlet de la historia y tampoco le llegó tal anhelo, a pesar de ello conservaba su humor inigualable.

Pero su mayor logro, su misión más grande lograda no fue como el gran actor del cine inglés, fue como embajador de la UNICEF a partir de 1991, cargo que sostuvo hasta su muerte, labor que le valió el título de Caballero (Sir) otorgado por la Reina Isabel II en 2003, y en 2008 el gobierno francés lo nombró Commander of the Ordre Des Art et des Lettres (Comandante de la Orden de Artes y Letras).

Moore se convirtió en uno de los actores más queridos de las islas Británicas y de toda Europa, todos los buscaban en los eventos, en las premieres donde se presentaba. El 23 de mayo de 2017, a los 89 años de edad en su casa en Suiza, tras una corta batalla contra el cáncer Roger Moore se despedía de este mundo físico, siendo el primer actor de los seis que encarnaron a Bond en morir. El luto ha sido enorme entre familiares, amigos, la gente cercana a las producciones de 007, todo el mundo cinematográfico, y sobre los millones de cinéfilos fanáticos de la saga que aún se encuentran en duelo. Pero como decía Moore, todo lo que llegue hay que disfrutarlo.

El mundo, su familia, amigos lo recordarán por su bondad, por su arte y maestría en la actuación, por su cariño hacia la vida, hacia la hermandad de la humanidad. “No se debe notar que estas actuando. Creo que lo maravilloso de una actuación es que tenga la espontaneidad de que está ocurriendo en el momento”.

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