por LAURA BARRERAS AMAYA
Él escribió con la misma profundidad con la que también llegó a regalar al cine temas de una sensibilidad y potencia memorables. Esta inmortal voz que ha quedado finalmente en silencio, ahogada quién sabe si por el dolor o la confusión, en un acto que aún resulta incomprensible para quienes la duda destroza el corazón. Dos pequeños hijos, esposa y miles de admiradores, colegas y amigos que seguramente se preguntarán por muchos años ¿Por qué?
Chris Cornell se presentó ante el mundo como un artista completo a lo largo de su carrera, cuyos comienzos desde temprana edad siempre tuvieron una marca muy personal de compromiso y pasión reconocible. Dicha pasión es evidente también en las grandiosas contribuciones que este cantante realizó de forma frecuente en el cine al escribir temas y soundtracks con un sentido especial en cada trabajo, captando el tono y sentido del film, las experiencias de los personajes y una profunda huella emotiva, sin lugar a duda reconocible.
De la misma forma en conjunto con la banda Soundgarden realizaron memorables aportaciones a la pantalla grande, como por ejemplo en el film de Cameron Crowe, Singles (1992), tanto con una aparición en la cinta como interpretando su soundtrack. Igualmente, otras piezas de la banda hicieron su aparición en Say Anything (1989), Wayne’s World (1992), S.F.W (1994), Blind Dogs (1995) y más recientemente en The Avengers (2010), por mencionar algunas.
Sin embargo, el trabajo más recordado y especial para el cine es el desarrollado por Chris como solista en donde se cuentan films de acción, como Mission. Impossible II (2000) con “Mission 2000”, 007: Casino Royale (2006) con “ You Know My Name”, marcando un fresco impulso a esta franquicia presentando el desarrollo de un joven Bond con este soundtrack a lo largo de todo el film hasta que finalmente en su maduración cierra con el tan emblemático tema del 007.
Así mismo en cintas dramáticas como en 12 Years a Slave (2013) con “Misery Chain”, Great Expectations (1998) con la muy recordada “Sunshower” y la que sería su última colaboración y quizá la más memorable en el film The Promise (2017) con su homónimo soundtrack, cinta protagonizada por Christian Bale, ambientada en los últimos años del imperio Otomano que hace referencia al genocidio armenio, enmarcado con una instrumentación profunda, una voz memorable y melancólica de quien declaró “intenta pensar en el dolor como un grito”.
Así es como aquí nos despedimos de uno de los mejores músicos del siglo XX y XXI, recordando “La promesa que siempre permanece, Sin importar el precio, Una promesa de sobrevivir, Perseverar y prosperar, Como siempre hemos hecho”.
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