jueves, 5 de enero de 2017

Editorial: Mucho de qué estar orgulloso

texto ANDREI MALDONADO
fotografía CORTESÍA


Ha sido tema recurrente en esta editorial, ya sea en voz de su servidor o de mi compañero Eric Villa, la necesidad de que el lema de Durango como “La tierra del cine” sea validado en base a los duranguenses que filman, proyectan, promueven y generan discursos en torno al cine.

En ese sentido puedo decirles que estoy orgulloso del protagonismo que están teniendo los nuevos –y no tan nuevos- talentos de la cinematografía local los cuales, curiosamente, están consiguiendo tener más reconocimiento desde fuera de nuestras fronteras que en su tierra natal.

En primer término quiero referirme a Pamela Velázquez la cual este año, con su más reciente trabajo Olvidadas, ganó el Viva México Film Festival en Australia y se presentó en la India. Sin duda el mayor logro lo consiguió al estar presente en el Festival de Cannes en el Short Film Corner.

Otra duranguense que brilló recientemente fue Deniss Barreto la cual presentó La nuca desnuda de Olivia en el Festival Internacional de Cine de Morelia, lo que significó haber compartido pantalla con realizadores consagrados en uno de los escenarios festivaleros más importantes de México.

En tanto Eric Eduarte Villa ganó con Expreso el Rally 48 en Corto de la Cineteca, el segundo lugar de “Durango en un minuto” del Festival de Cine Mexicano de Durango con Arma de Cine y filmó en la Ciudad de México Octubre Resplandor, siendo el único representante de provincia en el Kino México.

No puedo dejar de lado en este reconocimiento al maestro Juan Antonio de la Riva, el cual volvió a la escena local al hacerse cargo de la Cineteca de Durango; y a Christian Sida-Valenzuela, el cual con su talento y profesionalismo se ganó su lugar como nuevo director de Cinematografía del Estado.

Pese al gran talento de estos cuatro duranguenses sigue habiendo críticas contra ellos de forma arbitraria, sin ver que están donde hoy están por su talento y esfuerzo. Les recomiendo a quien le duela el éxito ajeno a que trabaje lo propio compitiendo contra sí mismo. Esa es la vía más sana para el éxito.

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