viernes, 6 de enero de 2017

Carriere, 250 metros: viajando se vive

texto ERIC EDUARTE VILLA

Alguna vez Ernesto Guevara y Alberto Granado emprendieron un viaje por Latinoamérica para apreciar la cultura que los identificaba y les daba un motivo para vivir. De alguna manera siempre habrá lugares y personas que nos entregan un trozo de nosotros en esta travesía que dura los años que estamos aquí.

Jean Claude Carriere, un escritor y viajero francés, plasma para la memoria del cine su andar a los sitios que le dan un significado a su vida. Pasando por aquellos rumbos donde Buñuel dejó su legado cinematográfico, España, México y Francia. Pareciera que el trabajo de Juan Carlos Rulfo sólo consistió en seguirle con la cámara y Jean se encargará de hacer la película, pero Rulfo hizo más que eso con sólo seguirlo, fue su cómplice para crear una de las obras de cine documental más completas que se hayan realizado.

En un viaje donde se registra cada momento de la historia de la humanidad con sucesos que marcan las ciudades, como la llegada de Hitler a París, el movimiento estudiantil y la intervención del ejército en la plaza de las Tres Culturas en México y los ataques al WTC en la gran manzana de NY, llegándose a mencionar la ciudad de Hiroshima. Lugares que convergen en la vida de Carriere.

Cada sitio es representado de forma sutil, lo impresionante de ver a la Ciudad de México con tal sólo mostrar un andén del metro, un breve recorrido por Tlatelolco, una puesta en escena por un vendedor ambulante en la entrada de unas estaciones del mismo metro. Las transiciones nos llevan a una aventura de viajeros en el tiempo. Al igual ir a icónicos lugares donde alguna vez se reunieron el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel y el escritor Federico García Lorca.

Una ensalada el documental como comenta el mismo Rulfo, los ingredientes son un personaje, la nostalgia de las vivencias y las personas, los sitios que fueron y seguirán, y un futuro donde Carriere busca aún cerrar algunas cosas o abrirle el mundo a esas obras literarias que permanecen cubiertas de polvo. Un final donde queda un camino por recorrer.

Todo esto incluye en la narrativa la música que complementa los momentos vivenciales de Jean Claude. Una metáfora de los sueños más puros para cualquier mortal, sutil, colorida y la muestra de diversas culturas y divinidades de América Latina hasta la India. ¿Qué sigue para Carriere después de andar por el mundo? lo que deja e inspira el material fílmico de Rulfo.

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