Sin un guionista el cine no sería nada, es la base principal del mundo audiovisual, después del texto viene la realización y es ahí donde todo puede fallar, los directores pueden destrozar un guion o convertirlo en una obra de arte.
Dentro de los talleres y cursos que se impartieron durante el Festival de Cine Mexicano en Durango se desarrolló el taller “De Guion al Trazo Escénico”, impartido por el guionista y director de cine uruguayo Rodrigo Plá; con estudios en Fotografía y Video además de su preparación en Guion y Dirección de Cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México (CCC), Plá fue el encargado de guiar a un grupo de jóvenes cineastas duranguenses para que fueran capaces de plasmar visualmente el guion escrito.
Para la inscripción a este curso se mandaron los guiones previamente, Plá leyó cada uno de ellos, por largos o cortos que fueran, puso especial atención en cada uno y realizó señalamientos específicos para cada historia.
Para mi fortuna fui una de las seleccionada, y como la gran mayoría de los jóvenes entusiastas por el mundo audiovisual, caí en un error obvio ante los ojos de Rodrigo, el secreto a voces de una receta para un guion que puede plasmarse de forma dinámica y atractiva para el espectador, algo tan obvio que Plá parecía un poco desesperado y decepcionado de que no hubiésemos visto antes que el secreto de una gran película es… contar la historia primordialmente con imágenes y secundariamente con diálogos. Dirán que lo que digo es una obviedad pero hasta lo más sencillo si no se comprende se llega a convertir en confusión.
Y es que los jóvenes duranguenses se basaban en diálogos para contar su historia, pasan a convertir a su actor principal en un narrador aburrido y plano; la construcción de la imagen en el guion es realmente complicada, así como la expresión de sentimientos sin un dialogo obvio.
ALEJANDRO
Estoy triste
Dijo Alejandro mientras lloraba.
Es aquí donde Plá nos dejaba en claro que sobraba el dialogo. El director y guionista uruguayo enfatizó durante los cuatro días de curso lo hermoso que es la simplicidad en un guion y la construcción de sentimientos en acciones.
Frente a una cámara Plá vio dirigir a los jóvenes e inexpertos guionistas, observó sus errores y se los hizo ver, y es que para él no hay elemento más importante que la imagen y la acción del personaje en su entorno para la creación de emociones ante una situación, el estilo de Plá es básico y simple pero como lo comentaba hay que entenderlo para poderlo aplicar.
Dentro de este taller era realmente impresionante ver cómo cada uno de los jóvenes cambiaba la perspectiva de su guion y se replanteaba la construcción de su historia, en ningún momento Rodrigo señaló que los guiones estaban mal, en base a la dinámica de la representación de la escena eran obvias las fallas en las que se caían.
Como buen artista audiovisual Plá entendía el ego y sobreprotección que el guionista tiene con su escrito, dejaba que por medio de la representación escénica vieran los posibles cambios y la supresión de diálogo ante más acciones así como el resultado del mismo; el rosto de los compañeros del curso se iluminaba al ver representada por los mismos asistentes su escena y después por sí mismos cambiaban la estructura de su guion.
Rodrigo Plá, sin duda alguna, supo darnos un poco de su conocimiento, a cuenta gotas, de tal manera que el entendimiento fue mucho mayor; los cineastas duranguenses crecen y este es uno de los talleres que dejará ver sus frutos en las próximas producciones en la tierra de los alacranes.
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