viernes, 27 de mayo de 2016

The Revenant: el renacimiento de Di Caprio

por ERIC EDUARTE VILLA

Vengarse, cuantas veces nos pasa por la mente hacerlo. Una historia que lleva a eso, a la búsqueda de honrar la muerte de un ser querido a través del sentimiento más oscuro que habita en nosotros. Alejandro González Iñárritu regresó no sólo para decir que es uno de los cineastas más importantes de este tiempo, sino para entregarnos una cinta donde al final quien gana no es un personaje, no es un villano, es aquello que despierta cuando nuestro lado siniestro se levanta para mirar la luz del sol. Con temperaturas realmente bajas, dándole de comer carne a un actor vegetariano, sin duda fue una odisea para el crew y el protagonista.

Una producción impresionante y no cargada por los efectos espectaculares que nos llena el tradicional cine hollywoodense, sino por la naturalidad de su luz cayendo en la mirada de quien podemos decir el mejor cinefotógrafo en el mundo en este momento, Emanuel Lubezki, ya con tres Oscares en la vitrina de su casa, y con una exigencia actoral llevando al límite a un Leonardo DiCaprio quien deja la lista de grandes actores de la actualidad que no han ganado un Oscar.

Parece que después de tantos personajes vistos en Leo, casi todos muy buenos, esta vez se puede ver un actor que ha subido de nivel, entregándonos una interpretación que sin duda será recordada, no por el premio de la Academia sino por la actuación misma, un nuevo Dicaprio que nació.

Si hay algo que nos enseña la película más allá de su producción asombrosa es ver esa lucha de los personajes en un escenario hermoso y letal a la vez, un lugar donde nada hay, donde se tiene que buscar la comida en el río (DiCaprio haciendo lo que no le gusta: cazar) a sobrevivir en condiciones extremas, y aún con los dolores emocionales no es para mandar a la lona al personaje, sino para llegar a la desesperación y matarse.

Pero el personaje de Hugh Glass (DiCaprio) nos lleva a esa lucha interna para sobrevivir en el exterior, y al final por todo lo que peleó lo dejó en un cuerpo moribundo desangrándose en un río. Más que un mensaje, una aventura, una travesía donde hay que enfrentarse a osos (una más de DiCaprio matando a la naturaleza) es ver lo que somos y cómo terminamos cuando tomamos una decisión que no es la más acertada.

Al final deja esa inquietud y debate de quien es el verdadero villano, ¿Un John Fitzgerald bajo la genialidad actoral de Tom Hardy quien muestra un personaje lleno de obsesión de poder, de riqueza, el que realmente ve a la naturaleza como un recurso explotable, de ver primero su supervivencia personal antes de la integridad de su equipo que lo respalda y apoya o… el lado malvado que lleva Glass en su interior? Lo que al final termina apoderándose de él, la fría y despiadada venganza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario